capítulo diez.

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ChangIn

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ChangIn

Jeongin observó al pequeño pelinegro abrir sus ojitos gatunos, quedándose quieto algunos segundos o tal vez pensando en la trastada que haría el día de hoy, pero se sorprendió mucho cuando su pequeño cachorro le buscó con la mirada, gateando hasta él se acostó a su lado pasando su naricita por el pecho de su papá. Suspiró al darse cuenta que seguiría durmiendo, justo como su novio, que mantenía sus ojos cerrados a su lado.

—Innie... —susurró alzando su manita para tocar la mejilla del pálido, unos segundos más tarde sonrió como un bobo enamorado cuando el mayor abrió solo un ojo para verle pero la poca luz que había en la habitación le impedía enfocar al menor— Tienes que ir a trabajar... —murmuró muy a su pesar porque no quería realmente que su novio se fuera a trabajar, él lo quería en casa todo el día y noche pero era obligatorio pues tres niños en casa no se sacan adelante solos.

—Cinco minutos más... —convenció con la voz ronca moviéndose hasta abrazarle aún con su pequeño cachorrito en su pecho, se podía decir que Sunoo era el único de los tres que pasaba más tiempo con sus padres y era el más mimado también.

Pero además de Sunoo habían dos niños más que también buscaban atención de sus padres en todo momento, así que el primero en asomar la cabecita por la puerta fue Jungwon, intentando ver con la poca luz de la habitación a alguno de sus progenitores.

Sus pasitos resonaron por llevar los pies descalzos, lo que hizo Jeongin rápidamente alzada su cabeza en busca de su cachorro de seis años, no hizo falta mucho tiempo pues el pelinegro ya había escalado el colchón y se había acomodado al lado de Changbin.

Como tantas veces Chan había dicho, un día de esos necesitarían una casa más grande dada la petición de la pareja de mas hijos en la relación así que en estos meses estaban en temas de mudanza.

Unos tres motos más fueron suficientes para Jeongin, teniendo a Changbin cerca le fue más fácil despertarlo, dando besitos por su rostro hasta que sonrió enternecido ante la sesión de cariñitos mañanera que le dedicaba su Omega.

—¿Jungwon? —cuestionó bajito Changbin afianzando el abrazo en su pareja, sintiendo al mayor de los niños moverse hasta acostarse encima suyo— Buenos días... —murmuró con una sonrisa separándose de los menores para tomar al pequeño pelinegro entre sus brazos y abrazarlo a él, escuchando su risa a primera hora de la mañana, era lo que más le encantaba de tener una familia grande.

—Sunoo... —susurró el menor dando besitos en la cabecita de su niño para despertarle, él era el que más molestaba estos días porque no paraba de correr en la casa nueva, al ser más grande y con una habitación más amplia, no podía esconder su felicidad al saber que tendrá habitación propia y no tendrá que dormir entre sus padres.

En un principio no era tan malo tener al pequeño cachorro en la habitación pues tenía su cuna y podía dormir bien allí dentro. Además, les daba la oportunidad a los mayores a poder darse amor carnal algunas noches... pero se acabó cuando Sunoo aprendió a bajar de la cuna -cabe destacar que la primera vez dio de una en el suelo y fueron a urgencias- y al no tener mas habitaciones disponibles, la solución fue que durmiera con ellos.

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