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La vida era tan jodida con algunas personas, no importaba cuántas buenas acciones hicieras, la vida se encargaba de todo menos agradecerte lo, y no solo eso, está también se encargaba de castigarte por errores de otros como si fueran tuyos, eso er...

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La vida era tan jodida con algunas personas, no importaba cuántas buenas acciones hicieras, la vida se encargaba de todo menos agradecerte lo, y no solo eso, está también se encargaba de castigarte por errores de otros como si fueran tuyos, eso era lo que había aprendido a su corta de edad de 19 años, (n) Mizuiro, proviniente de un familia adinerada no había conocido lo dura que podía ser la vida para aquellos que no tenían nada, hasta ahora, sobrevivir era lo primero que tenían en su lista de deseos, no importaba que cosas hicieron, si eran buenas o malas si con eso podías sobrevivir un día más en este mundo, estaba bien, y ella que alguna vez se encontraba rodeada de lujos, y que de un momento a otro se quedó en la calle misma, tuvo que hacerlo mismo, aprender a hacerlo.

Ella estaba pagando por errores que nunca cometió, aquel error de su padre fue la ruina de toda su familia, el empresario Toshihiro Mizuiro era el dueño de la mayoría de empresas en exportación de productos más vendidos de otros países, y gracias a eso su familia y él mismo pudieron disfrutar de lujos, como era ir a restaurant de cinco estrellas o vestir la más fina ropa de marca, si tenían mucho por eso mismo podían darse el lujo de regalar dinero, era como su padre lo veía, en cambio (n) y su madre lo hacían de buena voluntad, donando cantidades exageradas a orfanatos o fundaciones, aunque no solo era eso, solían hacer fiestas de caridad dónde recaudan van enormes cantidades de dinero, por supuesto tenía que ser de esa manera después de todo era una fiesta en donde solo las esposas e hijas de los hombres más poderosos del país e incluso del mundo podían asistir.

Exactamente eso era lo que hacían, ayudar, su madre le inculcó eso desde pequeña, decia que fueron bendecidas con la fortuna y que debían compartirla dejando de lado lo egoísta del ser humano que podía llegar a ser cuando poseia tanto. Sin embargo todo aquello termino, pues su padre a quien creía alguien honorable a pesar de ser un poco avaricioso, cometió el peor error de su vida o por lo menos eso quizo creer.

Fue un día cuando el pronóstico del tiempo era nublado con probabilidades de tormenta y truenos, cuando su padre se mantenía encerrado en su oficina en esa mansión en la vivían a la que llamaban casa, (n) no sabía exactamente lo que mantenía ese día a su padre tan acupado, pero estaba bien, era algo habitual que estuviera de esa manera, lo que estaba mal era que realmente estuviera encerrado, eso no pasaba a menudo, en la habitual media tarde era común que (n) le llevará algo que comer entrando siempre después de tocar la puerta, sin embargo aquella tarde no pudo hacerlo, el pestillo hechado en la puerta aseguraba la entrada de cualquier intruso incluso de ella misma, además de que la voz de su padre ciertamente muy molesta le dijo que lo dejara trabajar, así que no hizo otra cosa que dejarlo enfrente de la puerta para después irse. No quería interrumpir, llegando a ser una molestia para su padre.

❍┇𝐃𝐮𝐥𝐜𝐞 𝐌𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫𝐚 ━ 𝐒𝐚𝐧𝐳𝐮 𝐇𝐚𝐫𝐮𝐜𝐡𝐢𝐲𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora