C A P I T U L O I: "Quiero cantar una canción que sea solo nuestra."

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 Algunos personajes son propiedad de Gege Akutami.

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Intercambios semestrales, castigo o bendición de los dioses injustos que traen a la escuela a nuevas personas solo para arrancarlas en 6 cortos meses, en algunos casos se vuelven personas importantes y relevantes para el crecimiento emocional de cada estudiante y bla bla bla... me perdí luego de los primeros 10 minutos de explicación del coordinador de la carrera.

Debo mencionar en este punto como un dato muy relevante, mi nombre es Suguro Jeto, un japo-americano, bueno más japo que otra cosa, mis padres vinieron américa cuando mis abuelos huyeron de Japón, ¿por qué? Bueno tampoco yo lo sé, solo sé que son asuntos de familia, tampoco es que me interese mucho.

Y como les iba diciendo, esperen... ¿han sentido alguna vez una mirada tan fija sobre ustedes que no pueden sacársela de encima por nada del mundo? Pues bien justo ahora la siento sobre mí, con algo de discreción inicie la búsqueda de su dueño solo para encontrar al joven albino que traía puestos aquellos lentes de sol, lentes de sol en un aula cerrada, admito que me contuve de reír, la razón no era porque no quisiera, simplemente algo se quebró en mi interior y una sensación de pesar invadió mi pecho, de forma lenta, embriagando cada parte de mi ser hasta ahogarlo en el silencio del momento

Su nombre es Satoru Gojo, es un estudiante de intercambio de la universidad de Washington, estará aquí por este semestre así que espero puedan ayudarlo a acoplarse de la mejor manera —Informo el hombre de edad que se encargaba de presentar uno a uno a las 10 personas de intercambio, sin embargo, fue solo ese joven de apariencia apuesta quien capto totalmente la esencia de Suguro— bienvenidos sean a la escuela de arte del instituto de Chicago

Geto —Susurro por tercera vez aquella chica de cabellos castaños en un intento de hacer volver a la tierra a su amigo que en evidencia estaba en otro lugar—

¿Si?

Que ya nos vamos, necesitamos ir a comprar los acrílicos —Soltó con una suave risa aquella chica que había notado la manera en la que su amigo observaba al albino, si no lo conociera juraría que era su mirada de enamorado, o claro que sí, esa mirada tan intensa que logra ver cualquiera por más tonto y distraído en el amor que sea—

Amm... si vamos —Respondió por fin para romper ese lazo visual con el joven de intercambio, bajo incluso un segundo la mirada para apretar su mochila y suspirar antes de ponerse de pie e ir junto a su amiga en silencio fuera de aquel auditorio—

El albino, es bonito —Soltó con toda la intención de molestar al de ojos alargados que no hizo más que sonreír de manera un tanto boba— sabes...

Oh por dios, ¿Ya le pusiste encima los ojos a ese también?

La verdad es que es guapo pero... el me gusta para ti Geto, tiene algo que me hace pensar que harían una linda pareja

No puede ser, ¿Te diste duro en la cabeza verdad? —Cuestiono el pelinegro con una sonrisa burlona mientras del bolsillo de su pantalón sacaba una cajetilla de cigarrillos para sacar uno y llevarlo a sus labios, acto seguido busco su encendedor y se encargó sin más de darle vida a esa flama—

Vamos si es lindo, y no sé si te diste cuenta de que nos está siguiendo

Claro que me di cuenta pero me estoy haciendo el loco —Respondió tras una risa para ignorar ese primer encuentro que le pareció más que divertido—

Another LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora