Adventures in Yokohama 🐞

Familia De Un Tigre

—¡Papi, mira!.
El gritó de un pequeño niño de cabellos plateados retumbó por toda la habitación. Su padre, Shibusawa Tatsuhiko resopló desanimado al ver a su hijo con unas tijeras en sus pequeñas manos y el como un mechón de cabello disparejo caía por el lado derecho de su frente.
—Oh Atsushi, ¿otra vez te cortaste tú solo el flequillo?—dijo preocupado mientras lo elevaba entre sus brazos para observar más de cerca que no se hubiese rasgado con el filo.— Costó casi 3 meses que te creciera desde la última vez, tu padre Fyo estará enojado cuando se entere.
Ante aquello el pequeño infló sus mejillas y agachó la mirada, él se sentía muy complacido con su corte.
—¿No te gustó, papi?.
Shibusawa suspiró, se había rendido, de alguna forma Atsushi siempre lograba manipularlo con sus pucheros, ¿cómo podría regañarlo?. Pellizcó ligeramente sus cachetitos rosas y después lo apretó con cariño entre sus brazos haciéndolo reír.
—¡Te ves hermoso, mi niño!
Ambos, padre e hijo, comenzaron a reír emocionados. Cualquier persona que viera aquella escena se contagiaría sin poder evitarlo de su felicidad.
–Hora de irnos.
...
Tatsuhiko llegó de la mano de su hijo hasta la entrada de la escuela donde Yosano recibía a todos los niños con una sonrisa, cuando vio al de ojitos de gato (como solía llamarlo pues, para ella era un milagro de la ciencia el color peculiar de estos ) le saludó.
—Buenos días Atsushi-kun, ¿listo para clases?
—¡Buenos días Doctora Yosano!, hoy voy a sacar muchas estrellitas.
Shibusawa miró aquella escena orgulloso, su hijo siempre lograba ganarse el cariño de las personas, se preguntaba ¿cómo un pequeño ser tan puro como él podía haber llegado a su vida?". Le soltó la manita para poder agacharse a su altura, le acomodó mejor el uniforme y deposito un beso en su frente.
—Papi Fyodor vendrá por tí a la hora de salida, recuerda ser un niño obediente y diviértete mucho en clases.
Atsushi asintió, se paro de puntitas para poder dejar un beso en la mejilla de su padre.
—¡Te lo prometo papi!.
—Muy bien, ahora ve a clases.
Tras aquello el menor entró corriendo junto a los demás niños, al ver como su hijo estaba dentro del lugar Tatsuhiko se despidió de Yosano y regresó a su auto, estando arriba decidió mandar un mensaje a su esposo.

"Nuestro pequeño tigre llegó a su destino, cabe destacar que ha adquirido un nuevo corte de cabello."
                  Señor de Dostoyevsky.

Sonrió complacido al enviarlo y después condujo rumbo a su trabajo, en el hospital infantil de Yokohama.

...

Fyodor había tenido una mañana difícil, su paciente más problemática tuvo una crisis e intentó matar a varias personas. Como su psiquiatra se vió obligado a dar un testimonio sobre la salud mental de la chica, así que fue citado desde muy temprano y a nadie le gusta ser despertado a las 2 de la madrugada. Se sentía fastidiado, estaba harto de aquel lugar, solo deseaba tomar una enorme dosis de café.
Su celular vibró, era un mensaje de su esposo al cual había dejado a cargo de su preciado hijo, generalmente era él quien lo llevaba a clases.

"Nuestro pequeño tigre llegó a su destino, cabe destacar que  ha adquirido un nuevo corte de cabello."
–Señor de Dostoyevsky.

La última nota lo alarmó un poco pero, al imaginar lo que realmente sucedió entre aquellos dos lo hizo sonreír. Seguramente Shibusawa no había resistido los encantos de Atsushi y terminaron riendo de su travesura. Esa imagen mental lejos de molestarle alegró su día, amaba a su familia.

...

—Realmente eres muy infantil aún Atsushi—se burlaba un pequeño de cabellos naranjas, todos los niños estaban en su salón ya, y Chuuya (el hijo mimado de Paul Verlaine, un reconocido empresario) se jactaba de su gran madurez al ver como Shibusawa se despedía con un beso de su hijo en la entrada.—Ninguno de ustedes es tan maduro como yo, mis padres ya me dejan tomar en un vaso de vidrio.
El de cabellos plateados entrecerró los ojos molesto, él amaba el cariño que sus padres le daban y no tenía vergüenza demostrarlo en público.
—Podrás ser muy maduro Chuuya, pero jamás vas a crecer—respondió a modo de venganza al saber el efecto que tendría en el contrario.
—¡Tonto Atsushi, estoy en crecimiento!—el de ojos azules no sabía cómo responder a aquel ataque.— ¡Mi papá dice que seré un niño grande!
—Tu padre es un mentiroso, chibi~, tú nunca vas a crecer.
Una tercera voz se sumó a la discusión, era el pequeño Dazai, hijo del aclamado escritor Oda Sakunosuke y de Ango Sakaguchi, un valioso agente de gobierno. Era el terror de Chuuya y de la mayor parte de los maestros.
—Si Dazai lo dice es verdad.
Una cuarta vocesilla entró en escena, era uno de los misteriosos hermanos Akutagawa, ambos eran un completo enigma para todos en la escuela. Nadie sabía sobre su familia y había rumores de que estaba involucrados con la mafia haciendolos temidos y respetados por los demás niños. Pero si alguien no le temía ahí era Dazai, por eso el de cabellos negros deseaba con todas sus fuerzas poder ser su amigo.
—¿Eh?, ¿ Akutagawa está de acuerdo con algo que yo dije?— preguntó Atsushi sorprendido.
—Cállate tonto Jinko, solo lo digo porque Dazai lo está.
—Oh, ¿tú quién eras?—preguntó el de vendas.
—¡Estan hablando de mi altura, tontos!
Una discusión comenzó  entre los cuatro, los demás niños observaban divertidos el espectáculo, algunos alentaban más el problema, Kyouka quería defender a su amigo, Tanizaki trataba de detener la pelea y Kenji dormía tranquilo en un rincón. Después de todo... Esa era una escena normal en aquel salón de clases.