xᴠɪ: "ʀᴏᴍᴘᴇ-ᴄᴏʀᴀᴢᴏɴᴇꜱ"

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Al siguiente día, Harry despertó debido a los golpes en su puerta, y llamados de su madre, quien le advirtió sobre sus clases. Frunció su ceño cuando estiró su cuerpo bajo las cobijas, sintiéndose adolorido. ¿Por qué estaba tan cansado? Agotado. Cuando sus ojos se abrieron, parpadeó con rapidez al notar que Louis, quien se encontraba de pie a un lado de su cama, lo observaba fijo, alzando con lentitud una de las comisuras de sus finos, y rojizos labios.

—Lou... —Carraspeó su garganta al oír su ronca voz, volviendo a cerrar sus ojos, y sonriendo un poco al sentir que la mano del Diablo tomó su mentón, acariciándolo. Sintió el oro de los fríos anillos quemar contra su cálida piel, pero lo ignoró cuando sintió el aliento de su esposo contra su pómulo, el movimiento de la cama cuando acomodó su cuerpo a un lado del suyo, y las caricias en sus rizos—. ¿Estuviste aquí durante la noche?

Repentinamente, recordó su sueño. Fue lúcido, precioso, e inolvidable. Creyó que, tal vez, Louis estuvo allí, sumergido en sus pensamientos, y emociones. Tal vez fue él quien lo provocó.

—No —Respondió el rey del inframundo, dejando un suave, pero casto beso en el pómulo de su niño favorito—. Llegué hace unos minutos.

<< Oh >> ¿Por qué le resultaba extraño?

Sin pensarlo demasiado, refregó sus ojos con una mano, y se posicionó de lado, poniendo demasiada voluntad en ello, ya que su cuerpo dolía. Ignoró el cansancio extremo, alzando su rostro, a la par que su mirada encontró los labios ajenos, pidiendo un beso sin siquiera emanar palabra. El Diablo lo notó, por lo cual no dudó en inclinarse un poco más, tomando el labio inferior de su esposo entre los suyos, sin evitar succionar con suavidad antes de comenzar un lento, y muy delicado compás.

El cuerpo del mundano se relajó, ladeando su rostro en dirección contraria al ajeno, mientras llevó su brazo izquierdo al hombro de Louis, y rodeó su cuello. Los torsos de ambos se rozaron, aún más cuando el Diablo decidió envolver su brazo en la cintura de su niño favorito, amenazando con alzar su camiseta del pijama en cuanto las yemas de sus dedos rozaron el final de la tela.

Permaneció de aquella manera por unos segundos, sin romper el beso, que se intensificó con el pasar del tiempo, pero decidió acariciar sobre la ropa, llevando su mano a la espalda del rizado. Era muy temprano, Harry estaba agotado, por lo cual no era el momento de dejarlo peor.

Sin embargo, el momento se arruinó cuando la palma de la mano de Louis sintió algo por debajo de la camiseta de su esposo, quien se estremeció de dolor, reclamando en un siseo a la par que abrió sus ojos, sorprendido cuando dejó de doler al instante. El Diablo sanó aquellos largos rasguños con hinchazón en su espalda, y el precioso azul en sus ojos fue reemplazado por un negro opaco.

—¿Qué sucedió? —Exigió saber.

En el momento que Louis apareció en el cuarto de Harry, no se molestó por la presencia demoníaca en la casa, porque un demonio poseía el cuerpo de su queridísimo suegro, por lo cual le resultó normal.

—¿Qué? —La voz de Harry tembló un poco, asustado, sin siquiera intentar tantear su espalda, ya que era imposible. Al no obtener respuesta, suspiró, cerrando sus ojos, sintiendo que no podría lidiar con algo más, por lo cual no evitó ocultar su rostro en el cuello ajeno—. Estás asustándome.

—No tienes nada que temer... —La voz del arcángel sonó suave, atrayéndolo aún más cerca, con su mentón sobre los rizos del mundano—. Creí que algo te sucedió, porque luces agotado, pero tal vez fue mi presencia, y el largo día que tuviste ayer —Por primera vez, le mintió.

No era aquello, era algo más, y lo descubriría.

Porque nadie tocaría a Harry otra vez.

Dancing With The Devil | Larry Stylinson. 👹 | TERMINADO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora