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— ¿Su qué?

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— ¿Su qué?

— ¡Mi modelo! .— repitió (T/n).

El azabache la miró con desconfianza —. No sé cuál es su propósito, pero no crea que sea el indicado .— respondió lo más amable posible.

— Sí lo eres, sé que eres el indicado .— se aseguró —. Me queda solo un mes para entregar un lienzo que aún no lo tengo ni empezado.

— No quiero meterme en sus asuntos .— ella se levantó inmediatamente.

—  Te pagaré cada vez que hagas de modelo, por favor .— siguió insistiendo.

Él se iba a negar de nuevo pero fue interrumpido por la melodía de un teléfono.

La peli(t/c) se dio cuenta que era el suyo —. Espera un momento, por favor .— sacó el aparato de la campera, se preocupó al reconocer el número y rápidamente aceptó la llamada —. Buenas tardes, ¿sucede algo...?

— Buenas tardes, ¿es usted (T/a) (T/n)? .— la nombrada asintió pero de inmediato recordó que no la podían ver.

— Sí, soy yo.

— De acuerdo, somos la universidad de Bellas Artes que pidió que usted hiciera un examen de ingreso para comprobar su nivel .— tardó bastante para que la fémina se percatara del hilo de sangre que le estaba saliendo de su nariz, así que tomó un pañuelo que tenía en la chaqueta para limpiarse —. Le queremos informar que por algunos problemas que hay, y aún no los hemos podido resolver, la fecha de entrega se adelantará una semana.

— ¿U-una semana? .— repitió.

— Correcto, una semana. Espero que no le cause problemas.

— No, no. Qué va...

— Entonces nos disculpamos por nuestras molestias y le doy ánimos para que lo consiga. Que acabe bien el día.

— Adiós... .— frunció el ceño preocupada después de colgar. Ahora solo le faltaban tres semanas y realmente era MUY poco tiempo, y más si a ella le gusta hacer dibujos de gran formato.

Se volteó para  volver su mirada al azabache, pero todo se derrumbó en cuanto no lo halló entre la multitud.

Revisó a la gente que pasaba a su alrededor, esperando encontrarlo por algún lugar cercano, no obstante, no fue así.

Se había ido.

De nuevo otro lienzo roto

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De nuevo otro lienzo roto. Se estaba mordiendo las uñas por la desesperación al ver que no encontraba ningún resultado que la convenciera. ¿Por qué le tenía que venir un bloqueo en ese preciso momento?

Paró de dañar sus uñas al recordar que tenía las manos manchadas de pintura y decidió hacerse una infusión y así poder tranquilizarse.

Fue hacia la cocina para tomar una botella de agua, inconscientemente echó un ojo fuera de la ventana hacia abajo, puesto que vivía en el segundo piso de un edificio, fue entonces que sus ojos se abrieron de golpe al conocer esa caballera.

— ¿No será? .— abrió la ventana y se asomó para ver mejor el rostro del chico y sonrió —. ¡Es él!

De inmediato cerró la ventana y corrió hacia la puerta de entrada y vestir su campera y tomar el celular y las llaves.

En poco tiempo abandonó su casa para salir al exterior e ir a la dirección donde se había encaminado el joven.

Realmente lo iba a convencer.

Realmente lo iba a convencer

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Trazos de pintura sobre la superfície || Fushiguro MegumiOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz