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Entró en un centro comercial al divisar la silueta del chico entre la multitud

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Entró en un centro comercial al divisar la silueta del chico entre la multitud. Le dificultaba encontrarlo, ya que había demasiada gente a su alrededor.

Se dedicó a buscarlo varios minutos, volviendo a estar esperanzada y sintiendo como su material de arte la esperaba ansioso para pintar sobre el lienzo.

Contuvo la respiración al diferenciar la espalda de él en una tienda de zapatos. Infló el pecho, tomando aire antes de dirigirse hacia el chico.

Entró e hizo ver que estaba examinando unas deportivas de ese sitio mientras lo vigilaba desde el rabillo del ojo.

Debía de ser discreta para no asustarlo.

— Buenas tardes, ¿se le ofrece algo? .— (T/n) se asustó al percatarse como una empleada estaba a su lado, quien se había aproximado a ella sin hacer ningún ruido.

— Oh no, gracias, solo estaba... ¿Mirando?

— ¿Estaba viendo estas deportivas? .— cuestionó con una gran sonrisa —. Las tenemos de varios colores, y si me deja recomendarle, las rojas le quedarían bastante bien.

La peli(t/c) dirigió sus ojos al calzado que la mayor le estaba mencionando. Se enamoró a primer vista de esas deportivas pero no se lo podía permitir, no podía gastarse los ahorros que aún no tenía.

— No, en serio, estoy bien, gracias .— rechazó amablemente.

— Entonces cuando necesite algo, no dude en avisarme .— (T/n) le sonrió hasta que se fue a otra clienta.

Rápidamente esta volvió a buscar con la mirada el chico, pero de nuevo desapareció.

Se alarmó en cuanto lo vio salir de la tienda y se perdía en la multitud de nuevo. No dudó en seguirle el rastro a toda prisa, viendo a cientos de personas abuelos, jóvenes, adultos, bebés, parejas, matrimonios... ¡Todo menos él!

De nuevo tenía que buscarlo.

No hace falta decir que lo trató de hallar en todos los pasillos, en todas las tiendas y en todos los bares. Ese centro comercial era muy grande, ¿cómo se suponía que lo iba a encontrar?

Esa misma pregunta fue la clave para, segundos después, verlo de espaldas delante de un escaparate.

Esta vez sí no se escaparía de su vista.

Sin perder el tiempo, rápidamente se acercó a él y tocó su brazo con el dedo índice.

— Nos volvemos a encontrar .— comentó ella como si no lo hubiera seguido y buscado todo ese rato.

El azabache no tardó en hundir sus cejas con molestia al reconocer el rostro de la chica.

— ¿Ya pensaste en mi propuesta?

— Le dije que no quería meterme en sus asuntos .— repitió con cansancio.

— No te tendría que importar, tendrías que sentirte halagado, ¿no ves que una futura pintora famosa quiere dibujarte? .— él la miró de arriba a bajo con desconfianza.

Trazos de pintura sobre la superfície || Fushiguro MegumiOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz