NICOLE
-Bendito sea, voy llegar tarde! digo entre dientes, mientras con mis manos trato de darle forma a mi rebelde cabello ondulado y si... digo bendita en vez de maldita, no es un chiste, la verdad es que soy de una familia cristiana y esta prohibido decir malas palabras, ¿pero quieren saber algo? realmente no me gusta ser cristiana, me parece aburrido tener que estar todo el tiempo en un culto viendo cosas que no entiendo, escuchando a un pastor gritar a los cinco vientos como es que debo vivir para ser salva y además tener que usar ropa tapada todo el tiempo es toda una odisea, los cristianos siempre tratan de llevar una vida que es casi imposible sostenerla, tratando de ser santos todo el tiempo, es por eso que desde que vivo en la ciudad y sin la presión de mi madre no he vuelto a ninguna iglesia.
Mi hermana Carolina me saca de mis pensamientos cuando grita y dice:
-Nicole, apresúrate o llegaras tarde
Lo único que hago es enrollar mi cabello, tomo mi bolso y salgo corriendo
-Ya me voy, chao
-¿A que horas llegas?
- Por ahí a las 09:00 de la noche
Salgo corriendo de mi casa a coger el primer bus que pase y en mas o menos una hora y media después llego a la universidad. Realmente desmotivada, medicina veterinaria no era lo mío, a pesar de que ya iba para el tercer semestre y estaba en la tercera mejor universidad del país y para una chica con bajos recursos como yo no quedaba de otra que estudiar ahí o estudiar en una universidad publica, ya tengo 17 años, casi 18 y no quiero tener que volver a empezar en una universidad de nuevo cuando mi novio va a terminar a los 21 años y la mayoría de mis ex compañeros del colegio también están adelantados en sus carreras y lo se porque todos presumimos nuestras carreras universitarias en redes sociales aunque en realidad la mayoría no estemos satisfechos con las carreras que llevamos.
Al salir de mi primera clase, me dirijo junto con dos amigas a la cafetería para almorzar, reviso la comida que yo misma empaque y me percato de que se ve simple y aburrida, cocinar no se me da muy bien que digamos, ya llevo casi un año viviendo con mi hermana y Alberto su compañero en la ciudad; mi mama, mi papa y demás hermanos se han quedado en el pueblo, con todas sus esperanzas puestas en mi de verme algún día como toda una profesional, pero aquí estoy yo con una comida mal preparada por mi y sin nada de ganas de seguir en esa carrera.
A veces me siento tan pequeña en una ciudad gigante, sin motivación, a veces siento que soy como un zombie que solo hace las cosas por hacerlas y ya, pero ninguna de las cosas que hago me causa emoción, todas son monótonas y aburridas, cuando salgo de la universidad camino un aproximado de 20 minutos para llegar a la estación mas cercana, cuando hago trasbordo de estación mi cara y mis ojeras parecen estirarse mas de l normal, ha un tumulto de gente que ni siquiera me permite caminar hasta el metro, las personas dentro del metro parecen salchichas en bolsa, nadie puede evitar tocarse y todos sudan quizás por el calor dentro del metro o porque vienen de sus labores de todo el día.
Me coloco mis audífonos para evitar escuchar a las personas pelear o chismear, cuando llego a la ultima estación tomo un busque lleva hasta la casa, al llegar a casa y abrir la puerta me percato de que mi hermana aun no ha llegado de la peluquería donde trabaja como manicurista y mi cuñado tampoco esta en casa, todo esta oscuro, al revisas mi celular mientras me quito los zapatos la primera notificación es un mensaje de mi madre:
Mama:
Hija, ¿ya estas en casa?
Nicole:
Hola, si
Mama:
Como estas? como te fue?
Nicole:
Bien mami, gracias
Te dejo por que voy a comer
No estaba bien, estaba lejos de estarlo, pero no podía ser una carga para mi mama, ella no podía saber que mi corazón parecía una uva pasa, estaba arrugado y vacío, mis días eran grises, tenia todo lo que todo joven hoy en día quiere, vivir lejos de sus padres, estudiar en una excelente universidad y un novio casi perfecto, pero yo simplemente no estaba feliz y no entendía el porque, ni siquiera tenia ánimos para llorar o a alguien para contarle lo que sentía, me sentía al borde de morir de sequedad, con una oscuridad que me acompañaba, sentía una voz llamándome y eso me daba la esperanza de que algún día todo cambiaria, pero tardaba demasiado el ver ese rayito de sol entrando a mi oscuridad, aunque lo que yo no sabia era que muy pronto iba a cambiar eso, por que Dios tenia planes conmigo.
Jeremías 1:5
«Antes de que yo te formara en el vientre de tu madre, ya te conocía. Antes de que nacieras, ya te había elegido para que fueras un profeta para las naciones»
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ALMAS DESIERTAS
Spiritual¿Qué tanto puedo escribir a cerca de el? oh! si que cambió mi vida para siempre, aun cuando me hundía y mi alma se secaba de sed y las grietas en mi corazón pedían ser sanadas a gritos... Esta es la historia Nicole y la experiencia que vivió con Dio...