30. Nicholas Jones, ¿la C es decorativa?

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Amelia

El viaje desde el edificio al Matisse nos toma menos tiempo del que esperaba, y en su mayoría Nicholas se dedicó a observarme en silencio con una leve sonrisa. Habría sido incómodo de no ser porque cada que tenían oportunidad, Thor y Loki saltaban desde los asientos de atrás hacia mí, acaparando toda mi atención.

Al bajar del auto; Nicholas, los perros y yo nos dirigimos a una de las mesas con parasol que están frente al establecimiento. A pesar de su comportamiento travieso, Thor y Loki se vuelven mansos de un momento para otro y simplemente se acuestan a la izquierda y derecha, respectivamente de su cuidador.

- Amelia Carter...- La forma que tiene el hombre de traje negro y ojos verdes de decir mi nombre, es algo que creo que jamás podré tomar como una persona común.

Acaricia cada sílaba con una suavidad y picardía poco comunes de alguien con su poder. Esperaba a alguien más hermético, pero es considerable tomando en cuenta que Marshall es alguien cálido y cordial.

- Esa soy yo...- Siento que me sonrojo cuando ríe con voz ronca.

- Carter, hay una duda que me está comiendo por dentro, y espero no ser intrusivo pero necesito saberlo... ¿Por qué nunca presentaste quejas contra Wells?

Incomodidad. No esperaba que mencionara a Alexander, aunque es razonable pensando en todo lo que ocurrió esta mañana. La pelea, su rostro de enojo cuando notó la marca en mi brazo. Instintivamente la observo para notar que ya no está.

Carraspeo mirando a otro lado.

- Pues... Éramos pareja... Nunca lo vi como algo malo hasta que empezamos a tener problemas.

- Entiendo, pero el que fuera tu "novio".- Dibuja comillas en el aire y levanto una ceja medio indignada.- Discúlpame, sí era tu pareja. Fui desubicado; a lo que me refiero es a que el hecho de tener una relación íntima contigo no le daba el derecho de ser un explotador, eso da pie a problemas. No sólo en el trabajo, también en lo profesional.

Asiento.

- Si... Bueno... No sólo eso nos trajo problemas...- Murmullo.

- ¿Cómo dices?

Niego con la cabeza.

- Nada, ¿Podemos ordenar? Es que muero de hambre.

- Yo me encargo.

Levanta la mano atrayendo la atención de un joven mesero.

- ¿Disculpe podría traernos la carta?

- Enseguida, señor.

Vuelve en poco tiempo con menús plastificados para cada uno, y a mi jefe le ofrece uno extra ya que al parecer tienen un "menú para mascotas".

Ordeno pasta, él un filete con vegetales y para los perros unos "bocados especiales".

- Cuéntame, Amelia.- Apoya los codos en la mesa y me mira con una sonrisa.- ¿Cómo es tu vida?

- ¿Disculpe? - Me río.

- Si, quién eres, qué haces, qué te gusta, todo eso...

La situación se me hace cómica por lo que río sin dejar de mirarlo.

- ¿Por qué quiere saber eso, señor Jones? - Imito su pose obteniendo una sonrisa curva que me pone nerviosa.

Se encoge de hombros sin apartar la vista de mí.

- Interés, si quieres ser editora tengo que conocerte bien. - Me guiña un ojo.

Ya veo por qué Alan y él son amigos.

El Club de las Máscaras [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora