Un recuerdo para Jake

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Jake y su hermana tenían una tradición; todos los días, después de clases, al terminar de comer, a las tres en punto, con un paquete de palomitas y la televisión reproduciendo Phineas y Ferb, era una cita. 

El momento mas esperado del dia. 

Pero ese día, Jake había decidido faltar, algo que solo pasaba cuando alguno estaba castigado. 

Anne no sabia como reaccionar, ya antes noto un comportamiento extraño en su hermanito, llegaba a casa decaído, se molestaba con facilidad y no quiso ir al parque cuando su padre se ofreció a llevarlos. 

Ella no era la mayor fan de ver películas o series en compañía, pero pasar tiempo con su hermano lo compensaba, le gustaba tener a quien mandar por palomitas a mitad del capitulo y con quien discutir por su personaje favorito al acabar la reproducción. Era consciente de que no cambiaba mucho el que Jake estuviera presente, siempre estaban en silencio y era poco caso el que se hacían el uno al otro, pero, estaba preocupada. 

Sabia que tenia que subir a la habitación de el niño para hablar con él, preguntarle qué le pasaba y por qué la había dejado sola, pero no fue hasta que el episodio se termino. 

Jake estaba haciendo sumas y restas, concentrado, tanto que no noto cuándo su hermana entro a la recamara; o no lo hizo hasta que una mano con esmalte rosa le arrebato el cuaderno de un tirón. 

—¿Que te pasa?, cara de moco—La cara de Anne remplazo el lugar que su vista ocupaba en el cuaderno, y se molesto. 

Normalmente amaba a su hermana, pero en ese momento la quiso correr del cuarto y decirle que no lo volviera a molestar. 

–Esa es mi tarea, dámela– le dio un pequeño empujón, y trato de arrebatarle la libreta de ejercicios. 

–Son solo sumas, bobo, las puedes hacer luego– se aprovecho de ser mas alta que Jake, subiendo el cuaderno por encima de su cabeza, riéndose y sacándole la lengua. 

–Son restas y las estaba haciendo ahora, déjame, vete a jugar con tus muñecas– Anne reventó la paciencia de Jake, y el empujón que le dio dejo de ser inofensivo, impulsado por la molestia termino por hacer a la niña caer y golpearse. 

Entonces, todo reventó. 

Anne no lloro, se quejo un poco pero no le dolió, de hecho le causo algo de gracia, pero Jake se sintió mal de inmediato. Nunca había lastimado a su hermana ni a ninguna mujer a postas, su madre siempre le explico que a ninguna mujer debía tocarle ni un pelo y que la violencia era el camino mas cobarde ante una situación. 

Seguramente su hermana ya no lo querría, su madre se decepcionaría y su padre sentiría vergüenza.

De pronto el vaso de dudas, posibles respuestas y desilusión, se desbordo por un pequeño empujón y Jake empezó a llorar. 

Se sintió ridiculo por llorar, sus amigos decían que los hombres no deberían de hacerlo. 

Empezó a cuestionarse su capacidad para las matemáticas, nunca había tenido problemas para contestar unas sumas, pero ese día no lograba concentrarse en contestarlas. 

Se vio al espejo en cuanto llego a casa,  se sintió raro, sus pecas eran raras, su cabello demasiado naranja y le creyó a Doug, supo que era feo. 

Entonces pensó en Sea, en la falta de respuestas de su parte, desde hacia una semana y cuatro días; todos esos días no dejaba de maquinar una idea tras otra, buscando saber el por qué no le había buscado aun, ¿había hecho algo mal?, ¿no le gusto el avión?. 

Al día siguiente de mandar el avión de papel, llego a clases con uno nuevo, invitándola a jugar en el castillo y poder darle emparedado de jalea extra que guardaba en su mochila, solo estaba esperando a que ella le mandase uno de vuelta, para estar seguro de que no la molestaría; pero nunca llego, día tras día lo esperaba paciente, pero conforme la espera se alargaba mas seguro estaba de el no le caía bien.

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⏰ Última actualización: Oct 06, 2022 ⏰

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