Locura

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Yoo Joonghyuk vio morir a Kim Dokja una y otra vez, durante 1863 vidas.

En su última regresión pensó que iban a ganar, que terminarían todos los escenarios juntos. Pero Kim Dokja nunca ha hecho lo que se le pide, siempre ha visto por el bienestar de todos menos el suyo, ahora Kim Dokja estaba muriendo en sus brazos, haciendo un plan suicida a sus espaldas donde se aseguró que la compañía viviera.

—Kim Dokja— llamo inútilmente.

—No te enojes, era la mejor solución, ahora el último escenario está terminado— sonrió con dolor, fijo sus ojos en los ojos negros y llenos de dolor de Yoo Joonghyuk, —por favor... diles que todo termino, cuida a los niños...si es demasiado para ti solo asegúrate que estén bien— aun en sus últimos momentos seguía preocupándose por sus compañeros, demostrando el enorme amor que les tenía.

—pero... ¿quién te salvara? — fue lo único que pudo preguntar sin quitar la vista de su compañero de vida o muerte, Kim Dokja sonrió con tristeza.

—Tuve que esperar hasta morir para escuchar que estas preocupado por mi— soltó una risa lamentable, lo que irrito a Joonghyuk, ¿cómo podía reírse en esa situación?, ¿Cómo podía hacerlo? cuando sus compañeros estaban buscándolos desesperadamente, con la esperanza de que todos regresarían a casa juntos.

—Salvamos el mundo Joonghyuk-ah— susurro mientras la luz de sus ojos desaparecía. Joonghyuk se quedó en silencio sintiendo el grito atorado en su garganta.

Habían salvado el mundo, pero para Yoo Joonghyuk, Kim Dokja se había convertido en su mundo. Y su mundo estaba muerto en sus brazos.

Casando, herido, molesto, triste y sobre todo furioso, dio un respiro particularmente largo y saco su espada con lentitud.

—¡Yoo Joonghyuk! — escucho que gritaban, pero no quiso voltear. Sin Kim Dokja, ya no tenía nada. Y sin remordimientos y con suma tranquilidad, clavo su espada en su cuello quitándose la vida.

[Regresión Nivel: 1864 Activado]

Mientras viajaba en la oscuridad, su único pensamiento era Kim Dokja, y como atravesaría los escenarios sin que Dokja se sacrificara.

Quería tenerlo entre sus brazos y solo así estaría tranquilo.

Cuando volvio a abrir los ojos, estaba de vuelta en ese maldito tren, su vista se dirigió rápidamente hacia el otro vagón, esa lamina de metal era lo único que le impedía ver a su futuro amante. Se quedo en silencio cuando el dokkeabi apareció, y al escuchar los gritos de la gente, supo que era momento de actuar, asesino a todos en una explosión.

No sintió pena por ninguno, solo espera que el tiempo acabara para poder ir con Dokja, la única cosa en su cabeza, era la misión de mantenerlo con vida hasta el fin de los escenarios. Y si alguien se atrevía a impedirlo...

Lo mataría sin dudar.

Perdido en sus pensamientos, noto que incluso la parte de patrocinio había acabado. Con una sonrisa torcida, fue a la puerta y golpeo todas las veces necesarias hasta abrir un pequeño orificio. Escucho los gritos alarmados de la gente que alguna vez llamo compañeros. Lee Hyunsung gritaba sobre abrir camino, gruño aterradoramente, un escudo inútil no tiene utilidad.

Sin remordimientos, logro partir una parte de la puerta, y lo disparo en medio de la frente del antiguo militar. El cuerpo cayo en un ruido sordo, vio con ternura como Dokja se estremeció y casi podía escuchar las ruedas de su cerebro, tratando de entender lo que estaba sucediendo.

—Lee Hyunsung causo tu muerte en la ronda 32 por un error estúpido— narro, vio la mirada impactada de Kim Dokja, Yoo Sangah se atravesó y grito lo peor que pudo haber dicho en presencia de Yoo Joonghyuk.

1864 - JoongDokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora