Segundo fragmento: visita a la ciudad

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Segunda parte de esta historia.

La ciudad era algo completamente nuevo para arturia, no se podía comparar ni por asomó al pueblo donde vivía.

La cantidad de personas que vivían en ese lugar era sorprendente, almenos desde el punto de vista de arturia quedando maravillada.

- Arturia no te alejes demásiado recuerda de los peligros que te hablé -. Le recordo su abuelo a arturia sus palabras antes de llegar a la ciudad.

Flashback

- Recuerda arturia apartir de ahora visitaremos ciudades cada vez más grandes, y con ello el peligro que esto significa, puede que en nuestro pueblo natal no sea para nada peligroso debido a que todos se conocen. Pero aquí no y por lo tanto habrá personas desconocidas que querrán hacerle el mal a otros -. Arturia no podía hacer más que escuchar a su abuelo después de todo el es la voz de la experiencia.

- Debes tener especial cuidado y trata de no acercarte a cualquier persona que te resulte sospechosa -.

Fin flashback.

- Todo en este mercado parecen buenas personas pero no me confiaré -. Durante su pequeña exploración de dicho mercado, había pasado por algunas calles más solitarias y oscuras sintiendo un horrible escalofrío recorría su espalda.

Detrás de la hermosa y animada ciudad se escondía la podredumbre de la misma y dónde lo peor de las personas sale a flote, no era de extrañar que personas desaparezcan de un momento a otro, si la persona en cuestión no aparecia en algunas horas se daba por hecho que fue convertido en esclavo, y simplemente no se volvía a hablar del tema por temor a que les ocurriera lo mismo.

Con su pequeño gato llamado kuro en brazos avanzo por las calles de la ciudad, aveces sintiendo como kuro reaccionaba de forma agresiva a algunas personas incluso si solo parecían simples comerciantes y vendedores, una vez vio todo lo que quería ver arturia regreso con su abuelo lo más rápido que pudo, pero no sé dió cuenta que varios ojos llenos de malicia la miraban atravesar las calles.

- Vieron eso muchachos? Ella definitivamente se convertirá en material de calidad -. Varios comerciantes se reunieron para discutir sobre la visitante a la cual habían puesto en su mira.

- Oh arturia finalmente apareces me tenían preocupado -. Con justa razón el hombre mayor no podía andar tranquilo sin saber donde estaba su nieta, incluso por mas que de negaba a ser sobreprotector simple no pidia evitarlo.

- No te preocupes por eso abuelo ya estoy aquí, además está ciudad parece bastante tranquila y segura -. En su inocencia e ignorancia arturia no sospechaba de nada en el aquella ciudad.

Mientras abuelo y nieta disfrutaban de una pequeña cena en la cocina del lugar donde se hospedarón, el gerente de aquel lugar dió la señal a los trabajadores para dar vía libre a los hombres de raiga.

Esa misma noche tres hombres entraron tranquilamente en la búsqueda de un objetivo, la señorita rubia que intereso a su jefe.

Debido a la asistencia del gerente no tardaron demasiado en llegar hasta su destino, pero en el momento en que uno trato de abrir la puerta una lanza lo atravesó justo en el corazón muriendo al instante, los otros dos sabiendo ahora que no podían ir a lo fácil llamaron refuerzos.

Otros tres hombres entraron pera está vez por la ventana causando un gran alboroto, sin embargo lo único que encontraron fueron varias lanzas apuntando a la puerta con magia que pudieron reconocer.

- Maldita sea de algún modo se dieron cuenta de nuestros planes y se escaparon -. De un solo golpe destrozó todas la lanzas.

- No creo que puedan unir por mucho tiempo -. Otro de los hombres había recibido información sobre las dos personas que estaban buscando, y la dirección en la que se fueron.

- Abuelo por cuánto tiempo debemos correr, ya no siento mis piernas -. Actualmente se encontraban ya a varias horas del la ciudad, y arturia apenas y podía seguir el paso.

- Escucha pequeña debemos seguir hasta la próxima ciudad segura, de no ser por esa advertencia no habríamos podido escapar -. Una de las meseras de aquí lugar les había entregado una nota adviertiendo sobre las intenciones de su jefe, así como aquellos que querían secuestrar a arturia.

- Pero ya estamos demásiado lejos como para que nos puedan seguir, y si lo hacen se perderán fácilmente gracias a tu mágia -. Pues a qué arturia tenía razón no era motivo para descuidarse y dejar de moverse, en especial por qué su magia ya no era lo que antes.

- Aún así pequeña no quiero arriesgar me a perderte a ti también, no volveré a cometer el error dejarte sola -. Aunque sus palabras parecía dirigidas a arturia, ella podía sentir como le hablaba a su madre.

- Está bien abuelo vamos -. Sin más opciones que seguir moviendo se ambos apretaron el paso, pero el gremio oscuro quienes les seguian el rastro y eran por mucho más rápido que la pequeña familia.

Héctor de percató de aquello, no por nada en sus tiempos era uno de los mejores magos de toda Fiore, claro si se excluye a los actuales maestros de gremio.

- escucha me mi niña tu sigue adelante y por nada del mundo te detengas, si sigues adelante detrás de esa montaña encontraras un pueblo donde podrás refugiarte -.

- Pero abuelo no quiero dejarte solo, yo...yo puedo ayudarte puedo ser de utilidad -.

- ¡Escúchame arturia dreyar! -. Un fuerte grito estremeció todo el lugar y asustando a la pequeña - escucha lamento eso, pero debes entender que el mundo no es un lugar amable, es cruel frío e indiferente con todos, y es por eso que... -. No pudo continuar por qué se vio obligado a cubrir a arturia de un ataque sorpresa.

- abuelo !!!! -. A arturia le tomó solo unos instantes el poder procesar lo que había ocurrido con su abuelo.

- arturia no hay tiempo debes correr sin mirar atrás, no te detengas por nada del mundo -. Sin perder el tiempo Héctor con mucho cuidado arrojo a arturia varios metros dejando en claro su punto, y arturia sin si quiera poder replicar se vio obligada a irse del lugar dejando a su abuelo, y sin siquiera saber si lo volvería a ver de nuevo.

- Esto es mi culpa, todo es mi culpa por querer salir y conocer el mundo -. En su mente se maldecía a si misma el querer salir de su pequeño pueblo, dónde las personas eran pacíficas y honestas.

- Hola pequeña por tan deprisa, no sabes que el bosque es un lugar para una niña -.

Arturia DreyarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora