Capítulo V: Rut 1:16-17

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𝐀𝐒𝐄𝐒𝐈𝐍𝐀𝐓𝐎 𝐄𝐍 𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐌𝐏𝐎 𝐃𝐄 𝐓𝐑𝐈𝐆𝐎
𝘝𝘦𝘤𝘪𝘯𝘰𝘴 𝘦𝘯𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘳𝘢𝘯 𝘦𝘭 𝘤𝘶𝘦𝘳𝘱𝘰 𝘴𝘪𝘯 𝘷𝘪𝘥𝘢 𝘥𝘦 𝘚𝘩𝘢𝘳𝘰𝘯 𝘊𝘢𝘮𝘱𝘣𝘦𝘭𝘭

Un brutal asesinato conmociona a Treacy Village. La madrugada del cinco de abril fue todo un misterio para la mayoría de vecinos, nadie escuchó nada, nadie vio nada... Y, sin embargo, a las seis en punto de la mañana se notificó a la policía la aparición de un cadáver en el campo de trigo que se halla detrás de la iglesia.

El cuerpo, sin vida y desfigurado, fue identificado como Sharon Campbell; una vecina que quiso pasar las vacaciones en su pueblo natal. Y terminó siendo un espantapájaros.

Según las declaraciones policiales y filtraciones a la prensa, el cadáver se encontró completamente desnudo, con varias quemaduras y heridas abiertas. Los testigos que encontraron a Sharon aclaman que tenía los párpados arrancados, con gotas de sangre bajando por sus mejillas, y un corte en diagonal en el abdomen. 

Pero lo más obsceno de todo, y sin duda lo que llama la atención de este caso, es que el cuerpo fue crucificado post mortem. Haciéndola lucir como un espantapájaros.

Sin una gota de sangre en todo el escenario del crimen, sin sospechosos ni testigos, lo único que nos queda es preguntarnos: ¿Por qué?

Louise Padmore.
La Verdad ®

El padre Matthew se estremeció al leer el artículo, sentado en su despacho mientras un cuadro de San Miguel Arcángel lo vigilaba. 

Le parecía nefasto como los propios vecinos llegaban a sacar lucro del dolor ajeno, aceptando dinero por vender información morbosamente detallada de la muerte de una amiga, de una hija, de una hermana. Siendo conscientes de que sus familiares podrían leerlo.

Cerró los ojos, y se pasó una mano por la cara, murmurando algo. El sueño lo seguía de cerca, pero no podía dormir.

Tragó saliva, y se recostó en la silla. Detrás de él había una ventana, y el sol se encontraba en su punto álgido. El escritorio de madera estaba perfectamente ordenado, como toda la habitación, ni una mota de polvo decoraba los libros de las estanterías. Esa era una de las tantas manías que habían hecho mella en Matthew después de abandonar el ejército.

Revisó la hora en el reloj de su muñeca: las cinco y media de la tarde. Pudo respirar con alivio al haber terminado todos los trámites del entierro, y haber organizado toda la comida y ropa donada en la parroquia. Lo único que seguía en blanco era la planificación de Semana Santa tras ese brutal asesinato.

Apoyó los codos en el escritorio y se rascó la nuca, sin saber qué escribir en su agenda. ¿Deberían ignorar los actos oficiales en señal de luto? ¿O la iglesia debería seguir con la planificación litúrgica? Como la misa en la playa que había sugerido Addy antes de todo.

Addy.

Abrió el segundo cajón del escritorio, y sacó una fotografía que retenía las arrugas de haber sido doblada varias veces. Era una fotografía en blanco y negro de su boda, que con la exposición al sol se había difuminado ligeramente.

Ella llevaba el velo blanco recogido, y se la veía de perfil, dejando una imagen nítida de su nariz, su mandíbula y sus ojos entrecerrados al estar sonriendo tanto. Acarició su rostro con el pulgar.
Detrás de ella estaba él, oficiando la boda.

Guardó de nuevo la fotografía en el cajón. Se levantó de la silla, y salió del despacho pensando en el granizado que le esperaba. Salió de la iglesia, y anduvo por las calles adoquinadas, con una brisa dolorosamente cálida.

Ruega Por NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora