ESTO NO ES UNA CITA IX

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En todo el día mi padre no me había dejado levantarme de mi cama hasta que dejara de toser, pero es que, eso sería imposible, mi garganta estaba seca pero ya no tenía temperatura y en serio necesitaba salir a que me diera el aire, además, quería pensar un poco sobre la conducta de Roberto.
Sé que no debería de estar pensando en eso, pero, en serio me intriga, es muy raro que me haya hablado de esa manera, que atrevido, ahora que lo pienso. Él es tan diferente a Liam en todos los sentidos y hasta en sus respuestas a las mismas platicas, sé que todos somos diferentes, pero, es que aquí la diferencia es demasiado marcada. Las tardes de noviembre siempre son tan reconfortantes y ya cuando me sentía totalmente recuperada decidí que sería buena idea ir a juntar hojas de árbol secas, de esas que ya se encuentran en el piso, me encantaría hacer algunos conjuntos con ellas, hace mucho tiempo que no lo hago, como solo me dedico a hacer cosas con materiales ya hechos, ya no me había dado el tiempo de crear Yo el conjunto desde cero, así que será muy divertido, tal vez después si me animo, me decida comprar la tela y hacer la ropa y no solo dejarla en una idea, me pregunto, ¿Qué cara pondrá mi madre cuando vea que estoy cosiendo?
Mientras iba caminando muy feliz escuche una voz gritar mi nombre, como ya había conocido el tono de voz no quise voltear y fingí demencia, si se preguntan a quien quería evitar pues obviamente que, a Roberto, es que, ya se, sé que me salvo y que si no hubiera sido por el tal vez hubiera muerto de hipotermia, pero, es que, no sé de qué hablar con él, sus pláticas me hacen sentir tan incómoda y odio eso. Al parecer mis grandes pasos no funcionaron porque me alcanzo, desearía haber traído tenis en vez de zapatos.
-Pensé que no te alcanzaría, ¿Qué no me escuchabas?
-Pues no, cuando camino me gusta venir enredada en mis pensamientos
-Te entiendo, yo también suelo pensar mucho, aunque no lo parezca
-Ajaja Me alegro de que estés consiente de que eres una persona pensante
-Hmmmm Estaba pensando que tal vez podríamos ir a comer algo o solo caminar……
¿Por qué insiste tanto en salir conmigo? ¿Qué no le basta con nuestros encuentros casuales por los caminos? No quería ser grosera, lo iba a rechazar, pero cuando lo voltee a ver, parecía como si le hubiera costado mucho decirme aquella invitación, así que acepte, además, le debía una.
-Claro, tu dime cuando y en donde y estaré encantada (Voltee a verle de nuevo y de repente ¿Qué onda con esa sonrisa que había puesto? IN-CO-MO-DO)
-Supongo que estaría bien que tu eligieras el lugar, yo solo soy un visitante y no se mucho
-Pues, aunque yo haya vivido la mayor parte de mi vida aquí no conozco muchos lugares, casi no salía y así, pero, cuando venía de vacaciones a la gente le gustaba ir mucho al centro, al jardín, así que podemos ir ahí.
-Entonces vayamos haya, mañana a las dos de la tarde, ¿te parece?
-Sí, está bien
-Bueno, me tengo que ir, es que, solo salí a buscar a mi hermano menor, al parecer se ha enamorado de una muchacha y se la pasa con ella, mi tía quiere verle
-Supongo que le sentó muy bien a tu hermano haber venido
-No solo a él Lidia, bueno me tengo que ir
En este punto ya me he dado cuenta amigos, no crean que soy muy tonta como para no saber cuándo a alguien le gusto, o sea, ya me quedo muy claro, es muy obvio, me intriga saber que le ha gustado de mí, no tenemos nada en común y nuestras platicas apenas y duran minutos, no tiene interés por conocer lo que hago y ciertamente a mí me viene y me va a saber cosas de él, lo que me tiene impactada es ¿Qué carajos está pasando con el mundo? Con Roberto ya son dos personas a las que le gusto en menos de un año, eso jamás en mi existencia había pasado, no soy el tipo de chica del que las demás personas se enamoran, a lo mejor es que alguien hizo un embrujo para ser irresistible y la bruja se equivocó de persona y cayó en mí, ¡ay no!, no quiero ser partícipe de brujería.
Cuando llegue a mi casa mi madre estaba enseñándole recetas nuevas a Sandra, como si ella cocinara, de seguro y hasta tiene a una señora que haga esas cosas, si desde que yo lo recuerdo ella nunca ha hecho algo, ni siquiera su cama, siempre me mandaban a tenderla, si yo algún día me caso, me pregunto si ¿También me enseñaría a mí?

- Mira Lidia, tu hermana es excelente en la cocina, apenas hoy le estoy enseñando a hacer el pay de manzana de la abuela y ya lo ha dominado
- ¿Hay alguna otra cosa que mi magnifica hermana no pueda hacer? –Dijo Lidia con sarcasmo-
Ni siquiera es tan difícil hacer un pay, yo aprendí a hacerlo con videos de Facebook, pero si Sandra lo hace debe de serle bien reconocido y como yo no quiero discutir solo fingiré asombro.
- ¿A dónde llevas todas esas hojas Lidia? –Pregunto Sandra-
- Pues, solo las colecciono
- ¿Coleccionas hojas? Ay Lidia, si sigues así, jamás podrás podrás casarte y le seguirás dando penas a mis padres
- Tal vez me case con un hierbero
- Al parecer si sigues con esas cosas

Me pude haber enojado mucho por los comentarios poco razonables de mi hermana pero, estoy muy emocionada por hacer conjuntos y ropa que la verdad me da igual, jamás he entendido porque siempre tiene que molestarme Sandra, somos hermanas, pero siempre quiere estar echándome en cara las cosas que ella hace bien, que tampoco no es como que sean muchas o que valga mucho ser bonita y estar casada, es más, yo debería ser la que le esté presumiendo las cosas, si tan solo tuviera la misma importancia que ella.
Ser alguien que escribe artículos está bien, pero ser alguien que crea las cosas, que es la encargada de darle vida a lo principal para que después las demás personas se basen de ahí para hacer lo que quieren me parece fascinante, mi ropa favorita son los pantalones a la cintura, que tapen el ombligo y que sean huangos, amo esos pantalones, me gustan las camisas cortas, los zapatos con tacón grueso y los sombreros, tengo tantos conjuntos así. Cuando hace frio me gustan los sueters tejidos, los gorros de tela y los pantalones color negro o vino, me encanta juntarlos con unas botas, de preferencia, botas con plataforma. Cuando te concentras y empiezas a crear cosas te pierdes en ti misma y en lo que haces y eso me encanta, me encanta evadir la realidad cuando está me acongoja mucho y últimamente sí que me ha estado atormentando, en serio necesitaba hacerlo y ya no pensar en todas las cosas que han pasado desde el compromiso de Liz….. Compromiso, ¿Cómo ira a ser el vestido de Liz? ¿Sera que ya lo ha elegido? De seguro y lo comprará en París, si, es que es obvio, allá es donde hacen los vestidos de novia más hermosos y estoy segura de que se lo mandara a hacer con una de las modistas más importantes de ese país y si no, definitivamente lo debe mandar a hacer con la mejor modista, no debe de haber de otra, es eso o nada.
Me quede dormida en mi escritorio y para cuando me desperté ya era la una de la tarde, me quede dormida y tenía que ver a Roberto a las dos, es obvio que debía de ultra súper apurarme, solo me bañe de rápido, me hice una trenza y conjunto de pantalones sueltos con camisa pequeña, suéter y zapatos de tacón ancho, porque fue de lo que más me lleve para visitar a mis padres, mi maquillaje ni estaba tan padre, solo delineador y labial, me apresure lo más que pude y aun así llegue al jardín a las 2:35, me atrase demasiado y no tengo su número siquiera para avisarle, cuando llegue Roberto estaba muy bien vestido, en lo que cabe decir sobre su estilo.

- Lamento haber llegado tarde –Dijo Lidia jadeando- Es que, me quede hasta noche trabajando y me quede dormida
- Está bien, lo importante es que ya estás aquí
- Sí, bueno, ¿Qué quieres hacer entonces?
- Hmmm estaba pensando en ir a comer algo
- Está muy bien, yo aún no como nada, así que me vendría bien

Es así como llegamos a un lugar de comida japonesa y la verdad es que me he sacado demasiado de onda.

- No sabía que te gustaba comer este tipo de cosas
- Bueno, pensé que sería algo que a ti te gustaría
- Pues sí que has acertado, amo la comida japonesa
- Me alegra mucho de haber pensado en eso, estoy feliz de que estés feliz
- Ajaja pues si……

Cuando nos sentamos y empezamos a leer la carta me percaté de que Roberto estaba un poco confundido y dentro de mí me empecé a reír un poco, en serio se estaba esforzando por aparentar que no estaba confundido.

- ¿Ya sabes que quieres pedir? –Pregunto Lidia a Roberto-
- Aun no me he decido
- O sea que ya has elegido varias cosas de la carta, me gustaría saber que ha sido
- Pues, estaba pensando en… que tal vez podría pedir Takoyaki o….. Udon
- Esas son buenas opciones
- ¿Tu qué piensas pedir?
- Pediré ramen y te frio, siempre me pido eso cuando estoy en Ciudad de México, si quieres te pudo ayudar a elegir si estás muy indeciso
- Está bien, no es como si fuera tan complicado ordenar, ¡ya está!, me voy a ordenar el takoyaki y el zake
- Vaya, con que Zake, me parece muy….. buena (ella quiso decir interesante) decisión

Mientras esperábamos nuestra comida, empezamos a hablar de su tía, pues es que no les digo que con él no tengo buen tema de conversación, no me juzguen, estoy dando un gran esfuerzo por no dejar que esta salida muera. Si hay algo que me gusta de él es que no puede mantener su mirada fija en mí, eso me causa bastante risa, es muy tierno y más porque se supone que es un charro, el debería ser un poco más imponente, más porque a lo charros los siguen demasiadas mujeres, si es charro es mujeriego y si es mujeriego es un infiel. Cuando llegaron las bebidas estaba impaciente por ver la cara de Roberto al probar el Sake.
- ¿Por qué me miras tanto?
- Por nada en especial, solo quiero ver tu cara al probar todo, ¿Quieres que te sirva el sake?
- Esta bien, puedo hacerlo yo solo
- Está bien…… y dime….. (En ese momento Roberto probo el sake) ¿Qué tan él sake? A que es súper fuerte
- Pues esta bueno, la verdad es que no lo está tanto. No pensé que fuera alcohol, espero no te molestes por estar bebiendo
- No hay problema –Dijo Lidia muy decepcionada-
Estaba esperando una reacción más divertida, al menos una tosidita pero nada, estúpidos charros y su tequila en estado puro, como los odio, así le quita todo lo divertido a las cosas. Mientras comíamos observaba las caras de Roberto al comer takoyaki, hizo buena elección, esperaba a que pidiera algo crudo, pero hasta eso fue astuto, de repente empezó a hablar sobre lo mucho que le gustaba salir conmigo y que se había alegrado por haber aceptado su invitación, después yo le conteste y de esa manera la plática fluyo un poco, menos mal, no quería tener que sufrir el golpe del silencio incomodo, como lo odio. Cuando terminamos de comer, decidimos caminar un poco por el jardín, acepte porque quería ver como Roberto caminaba después de haberse terminado todo el Sake, pero como si nada, como lo odio pensé, aunque si debo de decir que su resistencia al alcohol es impresionante, cuando llegamos al jardín me percate en un momento de una risa chillante, que digo chillante, detestable risa y obvio la reconocí rápidamente y al voltear vi como venían hacia mi Gabriela y sus dos estúpidas amigas Sara y Thalia, hare un pequeño comercial para explicarles quienes son estas dos individuas:
Ellas iban conmigo en la preparatoria, bueno, desde la primaria vamos juntas y Gabriela desde que tengo uso de razón siempre ha querido ser el centro de atención, así como mi hermana y al parecer ella me odiaba por eso, mi hermana le gano en todas las competencias donde estuvieron juntas, ¿Cómo si yo tuviera la culpa? De ese modo ella y sus dos amigas se encargaron de que mi secundaría y sobre todo mi preparatoria me la pasara sola y sin amigos, empezaron a correr chismes de que yo era lesbiana y que solo fingía tener amigas para después, cuando me dejaran entrar a sus cuartos robar su ropa interior, es obvio que nadie quería hablarme después de eso, a nadie le gusta una persona que roba ropa interior, ni a los honres, ni a las mujeres.

- Pero mira quien es, ¡Lidia! –Dijo Gabriela percatándose de la presencia de Roberto-
- Ammmm Hola Gabriela, cuanto tiempo
- Y que lo digas, te desapareciste, como si la tierra te hubiera tragado. Que mala que ni siquiera le hayas querido decir a tus amigas que estabas aquí y, además, veo que vienes con alguien
- Ah sí, Roberto ellas son Gabriela y su seq…. Digo, Sara y Thalia
- Mucho gusto, al parecer ya tienes amigos o mejor aún, ya te gusta tratar a la gente de una manera normal
- ¿Normal? –Susurro Roberto-
- Ajaja sí, es que nuestra Lidia era una roba panti medias en la secundaria, era tan gracioso, por eso nosotras le ayudábamos a que tuviera a amigos
- Claro que no, jamás hice eso y lo sabes
-Querida, que agresiva eres, no has cambiado nada y nosotras que tanto tiempo te ayudamos
-Ya entendí la situación y me está dando mucha risa, pensar que personas como ustedes tres en verdad existen, yo que creía que eran solo cuentos, pero sí que hay brujas en Juventino y sí que son feas
-¿Cómo me dijiste?
-Creo que escuchaste lo que te dije bruja
-Puedes ser guapo, pero es obvio que eres un perdedor y los perdedores solo se llevan bien entre ellos
Cuando Gabriela y sus amigas se habían ido, no pude levantar mi cabeza hacia donde estaba Roberto, estaba demasiado apenada para hacerlo, me dejé pisotear por ellas de nuevo, se supone que yo ya había cambiado y que estas cosas ya no me afectaban, me hice más fuerte y aun así me dejo vencer por estas cosas. Mientras me queda inmersa en mis pensamientos Roberto me dijo:
- Ahora sé porque no te gusta estar aquí, a mí tampoco me gustaría. Una persona tan hermosa como tu rodeada de tanta gente tan horrible no puede quedarse o se volverá igual que las demás, pero no te preocupes, si alguien más trata de hacerte daño mientras estés aquí yo te defenderé
- ¿De qué hablas? Es obvio que yo tenía la situación más que controlada
- Sí, me pareció que sí, pero es bueno tener ayuda de vez en cuando, así que, déjame protegerte

¿Cómo se supone que voy a actuar con el después de eso? Y ¿Qué onda con su actitud de príncipe sacado de una novela? Después de eso solo nos quedamos sentados hablando, fue una buena platica después de eso, como que me solté más con él y los temas empezaron a surgir, ya se, era yo la que le ponía una barrera, pero fue su culpa por decir que mi trabajo es crear cánones de belleza, claro que no. Fue divertido, después me acompaño hasta mi casa, de repente, mientras se despedía empezó a acercarse mucho a mí y entre en pánico, así que me alejé y me metí a mi casa, pues ¿Qué pensaba? Si yo no doy besos en la primera cita.
- Ay hija mía, Qué feliz sería si tú también te casas –Dijo su padre que estaba sentado en la sala- Tu serás la novia más hermosa que podría salir por esta puerta y de seguro que el sobrino de la señora Lupe será un excelente marido, con esto ya te doy mi visto bueno
- Papá, cálmate. Roberto ni siquiera me gusta, salí con el solo para agradecerle lo de la otra vez
- Bueno, aun así, ya sabes que él ya fue aprobado por tu padre
Es cierto que hoy tuvimos una salida muy buena y esas cosas, pero ¿Ya para que me guste? Es obvio que no, no tiene muchas cosas con las cuales yo podría caer rendida a él, o sea, si me salvo y me defendió de aquellas, pero solo por eso no lo voy a querer. Después de ese día la señora Lupe, Roberto y sus hermanos empezaron a visitarnos mucho, a veces Roberto venia solo, yo sabía cuál era el por qué y la señora Lupe me lo confirmaba cada vez más con sus insinuaciones hacia su sobrino, lo malo es que a mí no me gustaba y es que, eso era lo peor, porque me sentía muy presionada por todos al querer que mis sentimientos le correspondieran, todos hasta mi madre y mi hermana también, haciéndole segunda a la señora Lupe.


“Auxilio, esto es mega incomodo, no quiero romper el corazón de nadie”.

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⏰ Última actualización: Apr 07, 2022 ⏰

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