Tras uno dias en la universidad, el ansiado sábado llegó y Jin GuangYao no podia estar más emocionado. Jiang Cheng le agradecia a sus ancestros que esta vez el Jin confiara en su sentido de la moda, por lo que en esta ocación no fue arrastrado al centro comercial en un dia de shopping.
Decidió vestirse de una vez, habia quedado en encontrarse con A-Yao en su departamento por lo que se puso manos a la obra.
Se puso un sueter cómodo con una chaqueta. Decidió ponerse algunos adornos para su pelo que su Jie-Jie le habia regalado la navidad pasada. Al final se tomó una foto y la subió a su twitter, necesitaba compartir su sufrimiento con el ciberespacio.
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No tardó en recibir notificaciones, entre ellas un comentario del culpable de que hoy no pueda emplastarse en su sillón a ver Netflix.
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No podia con los comentarios de GuangYao en cada una de sus fotos, no sabia de donde sacaba tanta imaginación para soltar frases estúpidas.
Cerró twitter y pidió un taxi por aplicativo para llegar a la casa de A-Yao.
Tardo no menos de 20 minutos en llegar, milagro para una ciudad llena de tráfico.
Cuando tocó la puerta le abrió un A-Yao parcialmente vestido, con el pelo todavía mojado y con medio ropero en el piso.
Maldita sea, Jin GuangYao.
—¡A-Cheeeeeng! —lloró en broma. —No encuentro que ponerme.
"Ajá, no encuentras que ponerte cuando yo veo mas de media tienda de ropa tirada" pensó el Jiang.
Jiang Cheng suspiró y ayudó a su mejor amigo a alistarse y en tiempo record estuvieron listos. Jin GuangYao usaba un top de lana amarillo y un pantalón de cuero, una vez su pelo estuvo seco salió disparado hacia su habitación y volvió con una cajita.
—No creias que iriamos sin maquillarnos —le sonrió.
Oh. No jodas.
Tras casi picarle el ojo a Jiang Cheng tres veces, los dos pendejos estuvieron listos para arrasar con todos en la discoteca (citando las palabras del Jin).
