Jiang Cheng nunca había sido tan feliz en su corta vida. ¡Lan XiChen era perfecto! Ya llevaban un mes de relación sana y estable (mucho más larga de lo que Jiang WanYin estaba acostumbrado).
El único que sabía de su relación era Lan WangJi, que se encontraba lo suficientemente ocupado follando a su hermano en todas la posiciones existentes como para andar de chismoso.
Lo que no le dejaba dormir por la noche (exagerando, ya que el Jiang tiene el sueño pesado) era no poder decirle la verdad a A-Yao.
El Jin sospechaba algo, eso pensaba Jiang Cheng ya que siempre lo miraba complice cuando sonreia a su celular.
Jin GuangYao también habia estado en su mundo, mandando mensajes, sonriendo como bobo y sobre todo teniendo 'muchos proyectos pendientes'.
Ajá, y yo tengo un cartel en la frente que dice estúpido —pensó el Jiang. Solo esperaba que no estuviera haciendo algo ilegal.
No se sentía con el derecho de interrogar al Jin mientras él le estaba ocultando su relación.
Espera un poco, A-Yao, definitivamente te contaré. En un década tal vez...
Lan XiChen había ido a pasar tiempo con su novio. A pesar de que su relación era 'secreta' salian bastante seguido, y tampoco les importaba mostrarse románticos en público. Lo único que el Jiang no quería era que subiera fotos, cosa que estaba de acuerdo porque no le gustaba ventilar su vida privada.
—A-Cheng, ya estoy llegando a tu apartamento —le mandó un audio.
Jiang Cheng sonrió y respondió con un 'te espero'.
—Tu papá ya esta viniendo —le dijo a Peludito que comenzó a ladrar. No sabía que era un 'papá' pero mientras le llevara galletas como el otro tipo celeste, le trataria con cariño.
Jiang Cheng se sentó en el sofá con su mascota al lado.
El timbre no tardó en sonar y Jiang Cheng caminó (definitivamente no corrió) hacia la puerta. Peludito al ver que era un conocido corrió ganandose la atención del Lan.
—Eyyy... —Jiang Cheng bufó. Derrotado por una bola de pelos.
Lan XiChen rió acercandose hacia el Jiang.
—Hola amor —le dijo dandole un beso en los labios que Jiang Cheng recibió gustoso.
—Vamos, pasa —le dijo a su pareja.
Habían quedado en ver una película en Netflix, o tal vez simplemente dejar correr la película mientras se ocupaban de otros asuntos.
El perrito se fue hacia su cama, llevaba casi un mes con su dueño morado como para saber que era preferible dejarlo solo si estaba con el hombre celeste.
Al final la interesante pelicula quedó en segundo plano. Lan Huan examinó profundamente a WanYin a base de besos. Jiang Cheng no pudo negarse.
Aprovecho el momento para subir una historia a su whatsapp. Hace tiempo que no lo hacía y la foto con su novio había salido bonita.
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