-Me voy mamá, Theo está esperándome en la puerta.
-El amor, el amor-canturreó ella; ja, y luego la inmadura soy yo.
-Ya, basta, pareces una niña de 5 años-dije tratando de sonar ofendida.
-Cinco años... y medio- contestó y puso su mejor cara de "jaque mate".
-Touche.
Salí de mi casa corriendo a toda velocidad. Mentira, a quien engaño. Solo salí de mi casa. Pude visualizar a Theo, las ganas de matar a alguien que reflejaba su cara eran envidiables, supuse que era porque hacía unos 10 minutos que estaba allí esperando. Chicas.
-Hola Chubby.
-Hola rojita.
-Bien, ¿adónde vamos?
-Sorpresa- contestó él moviendo las manos alrededor de sus ojos cual mago profesional. Okay, no me imagino a Theo como mago. Más bien, no me imagino a Theo siendo algo más que Theo. Ya, Ginger, concéntrate, basta de trabalenguas mentales.
El camino no fue para nada incómodo. ¿Por qué lo digo? Por el sencillo hecho de que ya tome confianza con Theo, lo que significa que puedo ser cantante, bailarina, copiloto, policía, y otras tantas profesiones; lo que significa que el pobre terminará en un loquero en cualquier momento; lo que significa que soy un poco ¿loca, graciosa, payasa, Ginger?
-Bien, dime adónde vamos.
-Surprise.
-Tu inglés es pésimo.
-Tú eres pésima y no me quejó- oh, eso dolió. A quien engaño, no dolió, es verdad. Pero debo hacerme la ofendida.
-Para el auto-dije. Mi voz sonó malvada. EXCELENTE.
-¿Qué, qué?
-¡Qué pares el auto!
-No pienso parar el auto, ¿qué te pasa?
-Me hiciste sentir muy mal, ¡para el auto! No quiero ir a ningún estúpido lugar contigo.
-Ginger, lo siento, en serio. Solo fue un chiste, perdóname-risa no vengas a mí.
-¡Para el maldito auto Theo!-dije gritando. Oh, después de esto merezco ser contratada en Broadway.
-¡Perdón! Lo siento, ¿está bien? Sólo quise hacerte un chiste, no pensé que te lo fueras a tomar así- sus ojos estaban posados en mí, se notaba lo mal que lo ponía la situación. Que actriz por Dios. Espera, sus ojos estaban posados en mí.
-¡THEO MIRA HACÍA DELANTE POR FAVOR! -dije en un completo estado de crisis, estábamos yendo en contramano. Como llegamos a ese nivel, no sé, pero por favor que mire hacia adelante.
-Oh lo siento, lo siento- dijo a la vez que se reincorporaba en nuestro lado de la calle.
De golpe comencé a reír como una loca, y me refiero a literalmente. Mi boca estaba abierta de par en par, y de allí salían horrorosas carcajadas, y mis manos golpeaban sin parar en mis piernas. Algo así como una foca retrasada. Imagínenlo.
-¿Y a ti que bicho te picó?
-Es, es... -inhala, exhala, así no puedes ni hablar Ginger, inhala, exhala- es solo que quise hacerte un chiste, un muy buen chiste, y tú te la creíste...-inhala, exhala- deberías de haber visto tu cara-la cara de Theo se deformó en una extraña mueca que me causaron la extraña sensación de querer estar en mi casa abrazada a mi mamá. ¿Raro? Ni creas.
-Ginger por un momento pensé que te habías enojado en serio, y me sentí muy mal. No vuelvas a hacerme eso jamás, porque así las cosas no van a funcionar entre nosotros- oh, él estaba enojado de verdad. Que tonta fui.
-Pe...perdón Theo, es solo que- y mis disculpas fueron interrumpidas por su estúpida risa. Genial.
-Jajaja... tú...Jajaja. Tendrías que haber visto tu cara-ESTÚPIDO THEO.
Y así fue como continuamos varios kilómetros riendo de nuestras respectivas caras. Y escuché a Theo cantar el estribillo de una canción, la cual cabe recalcar que no había oído en toda mi vida.
Vuelve, todo lo que das la vida te devuelve.
Cuando haces el mal te vuelve.
Y si das amor también...eeeeeeeeen.
Una hermosa y desafinada ternura.
-Está bien, ¿adónde se supone que estamos yendo?-interrumpí yo.
-Ya te dije que era una SORPRESA-contestó él. Y acto seguido estaciono el vehículo. ¿Adónde estamos? Y yo que sé.
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Aquel Lugar - Ginger
Short Story...Y al volver a mi casa me hice dos promesas: una era que definitivamente haría lo posible por volver a ese hermoso lugar, y la otra, y no por eso menos importante, era que algún día conseguiría la respuesta que en verdad quería oír ese día. -Y las...