Capítulo 2

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Jamás había visto este lugar en toda mi vida. Había un sol radiante. Por la calle no transitaba ningún vehículo, el auto estaba estacionado en la banquina. Había verde por todos lados. Mucho verde, era un paisaje hermoso. Si fuera una fotógrafa profesional no dudaría en venir a aquí. Todo era tan hermoso.

-Emm...-Theo carraspeó, de modo que gire mi vista maravillada hacía él. Que lindos ojos tiene, okay no seas cursi- ¿Te gusta?

-No me gusta-su cara dejo de ser tierna y apretable-ME ENCANTA-y nuevamente volvió a la normalidad. Mi novio sería un excelente actor. Mi novio...suena raro. Pero me gusta.

-Ufff-suspiro - sino te gustaba te juro que...

-Ya calla-lo interrumpí-y bien ¿a dónde estamos?

-¡SORPRESA!-gritó.

-Shhh-le hice seña de que hiciera silencio- no ves que puedes molestar a alguien.

-¿En serio Ginger? ¿No ves que aquí estamos solos? Puedo gritar todo lo que quiera.

Vi sus intenciones. Por Dios este chico en verdad está loco.

-¡TE QUIERO ROJITA!-gritó, pero muy, muy, muy fuerte.

-Ya, ya calla... estás loco.

-Yo no sufro de locura, la disfruto a cada minuto.

-Cero originalidad-rematé yo- la profesora de Lengua nos dijo esa frase el otro día y...

-Mejor calla chiquita.

-Oh ya basta de estupideces, dime que hacemos aquí... no hay nada, ni nadie.

-Estás muy equivocada-dijo él, ¿en serio? Estábamos en el medio de la nada-ven, sígueme-y obedecí.

Theo se dirigió a una zona llena de árboles. Movió un poco las ramas y yo pasé entre ellas. A cada paso que daba iba viendo más verde, árboles de todos los tamaños y formas, incluso había unas preciosas flores amarillas y anaranjadas. También había pozos, con los cuales tropecé varias veces. Torpe.

Luego de unos 20 minutos de caminar por el medio de ese hermoso lugar llegamos a la civilización.

-ESTOY SALVADA-comencé a gritar-PENSÉ QUE IBAMOS A PERDERNOS AQUÍ Y QUE IBA A TENER QUE COMERTE PARA SOBREVIVIR.

-Y luego el loco soy yo-contestó. Cargado de ironía.

En realidad no había civilización. Sólo era una rústica y pequeña casa de piedras. Muy linda. La intriga me estaba matando. ¿Qué significaba todo esto?

-Y bien... bienvenida-dijo sacando una llave de su bolsillo y colocándola en la cerradura de la puerta.

-¿Theo, no iremos presos por usurpación de morada verdad?

-Que dramática-contestó y luego abrió la puerta sosteniéndola para que yo pasará primero. Todo un caballero.

Cuando sea grande, bueno, más grande de lo que soy ahora me encantaría vivir en un lugar como este. Por dentro era muy linda. A simple vista pude ver unos sillones y una chimenea. Todas las paredes eran de piedra.

-Sígueme- dijo Theo.

A medida que íbamos avanzando noté que el lugar no era tan pequeño como yo pensaba. Estábamos recorriendo un pasillo. Había 2 habitaciones. Un baño. Y...

-BAILANDO...BAILANDO...TU CUERPO Y EL, HOLA CHICOS- Oh Dios Nate. Cuando leía el libro pensé: a este chico debe de gustarle mucho esa canción. Pero por lo que veo tiene un fanatismo oculto por...como era. Cierto, Enrique Iglesias.

-¡Ginger!-saltó Abby corriendo hacia mí y me abrazó como si no hubiera un mañana. En serio, mis pulmones gritaban HELP.

-Tú, suéltala, deja un poco de Ginger para mí- dijo Nate sonriendo.

-Tú, suéltala, deja un poco de Ginger para mí- retrucó Abby haciendo una genial imitación de Nate. Los quiero tanto. Y eso que los conozco hace poco...

-Cuñadita-dijo Nate abrazándome. Por lo que veo, la familia me ha aceptado. Genial.

-Ya, ya, ya-gritó Theo- ¿nada de cariño para mí? -que inmaduro y celoso de su parte.

Ambos, Nate y Abby, corrieron y se tiraron encima de Theo, llenándolo de besos. QUE LUEGO NADIE DIGA QUE YO SOY RARA.

Aquel Lugar - GingerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora