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Nadie se metía con ésa pareja, nadie se podía meter con ésa ruda pareja de motociclistas.

Adrien caminaba con sus manos en los bolsillos, usando gafas de sol con forma de corazón (es la única que encontró) mientras caminaba junto a su ruda novia.

¿Qué le propondría Marinette hacer?

¿Caminar por el medio y no por un costado? ¿Mirar fijamente a las personas? ¿Decirle a las personas buenos días ya siendo la tarde?

Sólo en pensar en las cosas malas que podían hacer como rudos novios motociclistas, le hacían temblar de la emoción.

-Muy bien, Adrien, quiero dejar esto bien en claro, el más raro de esta relación seré yo y no se discute.- dijo la azabache, molesta antes de pararse con sus manos y caminar así, ganando las miradas de las personas.

Nadie era más rara que Marinette Dupain-Cheng y éso se lo dejaría bien en claro a Adrien.

-¿De qué hablas? Yo no soy raro, soy alguien perfectamente normal.- dijo Adrien, el normal.

Marinette se paro con los pies, para mirar fijamente a su ahora novio.

El único motivo por el que le sigue gustando Adrien luego de dejar de verlo como "perfecto", es porque él es casi tan raro como ella.

Sí, Kim y Alya eran más raros que ella, pero a ellos sólo los respeta como sus superiores en lo raro.

Sin previo aviso, Adrien agarró la mano de su novia, sorprendiendola para los dos seguir con su camino, avergonzados.

Iba a ser difícil acostumbrarse a éso.

-Por cierto, ¿cuándo vamos a andar en nuestras motocicletas en la puesta de sol?- preguntó Adrien.

-No arruines el momento, por favor.- pidió Marinette, rogando que el chico no le diga nada sobre su sudorosa mano.
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En la mansión Agreste.

Gabriel estaba caminando afuera de la habitación de su hijo, esperando a que Nathalie salga y le diga su veredicto, sobre qué tal estaba... la cabeza de Adrien.

-¡Ahora lo sé, odio a mi padre! ¡Odio a ése mal intentó de padre al que no le importó!
¡Gracias por hacerme dar cuenta de éso Nathalie!

Gabriel sintió el gritó de alegría de Adrien y se sobresalto.

¿Qué rayos acababa de escuchar?

Seguramente... seguramente era un raro código que estaba usando Nathalie con Adrien.

La mujer pronto salió con cara de espanto, para mirar a su emocionado jefe con arrepentimiento.

-¿Y? ¿El muchacho esta bien de la cabeza? ¿No hace falta encerrarlo en un manicomio?
¿Te dijo que admira a su padre como a una deidad?- preguntó el hombre, muy emocionado.

Nathalie desvío la mirada mientras sudaba nerviosa.

-Yo... Adrien tiene novia y... es felíz.- dijo la mujer, con su garganta seca.

Mejor no decirle a su jefe que por la terapia, Adrien se dio cuenta de que lo odia.

-Ya veo, todavía no se siente listo para hablar de mí, su ídolo.- exclamó Gabriel, orgulloso de él mismo.

Nathalie sólo dio un suspiro, sabiendo de donde sacó Adrien ése lado tan... especial.

La locura no tiene arregló, y mucho menos con Gabriel Agreste como padre.

Fín...
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¡Hola!

Y aquí concluimos está historia, con otro trabajo bien hecho por nuestra querida Nathalie.

Muchas gracias por leer esta pequeña historia hasta el final.

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⏰ Última actualización: Apr 16, 2022 ⏰

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Adrien necesita un psci... vacacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora