Con pasos lentos Camus ingresó a la casa de Milo, al pasar cerca del señor Antares sintió como su corazón comenzaba a latir con desesperación, amenazando salir de su pecho.
En ese momento se le vinieron a la mente las palabras de Kanon, jamás se percató que el padre de Milo tuviera un cierto interés en él; admitía que era lindo pero por favor...
Podía hasta convertiste en el padrastro de Milo y eso no era lo correcto.- Toma asiento - Respondió Kardia extendiendo su mano para invitarlo a qué pasara a tomar su lugar en la sala.
Cerró la puerta y se dirigió a la cocina para poder traer un poco de agua para ofrecerle a su visita inesperada.
Después de que Shaina dejara ese lugar, a Kardia le costaba tomar el orden de su hogar, entre ello no sabía ni que ofrecer ante el joven de cabellos escarlata, no tenía alimentos en casa, sin duda la vida de padre de familia era demasiado difícil y más aún que no hubiera alguien que le ayudara.Camus jugaba con sus manos nervioso mientras esperaba que el señor Antares regresara, con la mirada recorría cada pequeño lugar de los muebles de la sala; estaban cubiertos de polvo en su totalidad, además en la esquina se encontraba una chimenea que sin duda le hacía falta mantenimiento y arriba de esta se encontraba una fotografía de una mujer demasiado hermosa, de largos cabellos en tonalidad lila y de piel clara.
- La madre de Milo es bellísima - Susurró mirando cada detalle de la dama en el retrato.
Unos pasos aproximándose a él lo alertaron, se acomodó en el sofá y esperó que el señor Antares regresara.
- Siento no poder ofrecerte algo pero... Apenas estoy poniendo orden en mi vida - Le contestó entregando un vaso de cristal que contenía agua natural.
- No es necesario yo, solo venía a entregarle los apuntes a Milo.
Camus recibió aquel vaso intentando no perderse en la mirada intimidante del señor Antares; segundos después se acomodó en el sofá de la derecha.
- Milo no ha regresado, lo cual me preocupa... Sin embargo espero que no demore en llegar.
- ¿Puedo hacerle una pregunta señor Antares?
Las dudas alimentadas por la curiosidad empezaban a invadir su mente, experimentaba una sensación distinta ante la presencia del señor Antares y esa es que en realidad ese hombre comenzaba a llamarle la atención.
Una muy diferente cuando tuvo pareja años atrás, esas épocas cuando era un adolescente a punto de experimentar el primer amor y que no fue correspondido.Esta ocasión, algunos dirán que solo es una atracción que seguramente le pasará en días; esa sonrisa que Antares se carga fue lo suficiente como para empezar a perder la razón.
- Dime.
El joven de cabellos escarlata se quedó unos momentos callado, no sabía cómo comenzar un plática con un hombre mucho más maduro que él.
Es una persona que ya ha pasado los mejores momentos de su vida a lado de una mujer que amó con todo su corazón, y él...
Aún comenzaba a vivir la vida.
Dentro de tres meses llegaría a la edad de un adulto pero aún así, la diferencia era demasiado notoria; también sus padres desaprobarían totalmente una relación con una diferencia de edad notoria.- Yo... - Comenzó a jugar con sus manos.
Kardia se dió cuenta del nerviosismo de Camus, se levantó del sofá y con pasos firmes se fue acercando al joven para tomarlo de la mano.
- Desde la mañana he notado que te vuelves más vulnerable ante mi presencia. Jamás te había visto sin embargo algo tienes que me ha atrapado.
- ¿Cómo lo sabe?
Kardia se agachó para quedar a la altura del amigo de su hijo y comenzó a reírse - Mis treinta y siete años no pasan desapercibidos Camus, entre los años pasan ganamos más experiencia de la vida.
Camus se quedó impresionado por qué eso significaba que el señor Antares llevaba veinte años de diferencia.
Estaba por indagar un poco más de él, sin embargo una llamada en el celular de Kardia interrumpió ese momento.- Permíteme, en unos momentos regreso.
El señor Antares tomó su celular que reposaba sobre la mesa del centro y se alejó lo suficiente para atender aquella llamada.
No negaba que de tan solo con tener de cerca su presencia, sentía desfallecer en sus brazos.El ruido de la puerta interrumpió sus pensamientos, esas risas las conocía a la perfección.
Al entrar detrás de la puerta miró como llegaba Milo acompañado del gemelo menor quienes seguían tomados de la mano y dándose algunos pequeños besos.- ¡Camus!
Lo saludaron al unísono mientras Milo cerraba la puerta.
- Hola... Solo pasaba a dejarte los apuntes - Camus se levantó del sillón para poder pasar a retirarse.
- Quédate... Ordenare algo para comer - Respondió Milo sacando su celular de su bolsillo mientras que Kanon tomaba asiento en el sofá.
- No es necesario Milo, mis padres esperan que llegue a tiempo para que me lleven a cenar.
Kanon estaba por tomar la mano del joven pelirrojo pero los pasos repentinos que se escuchaban cada vez más cerca de ellos hizo que los tres desviaran su mirada a su derecha.
- Si papá ya llegué, buenas tardes - Contestó Kardia en tono de reproche cruzando los brazos mirando a su pequeño retoño.
- Perdón papá - Respondió acercándose a su progenitor y estrechó su mano con él - La costumbre de que nunca estabas en casa, debo comenzar a recordar que ya estarás disponible en este lugar.
Camus se dirigió a la puerta dispuesto a salir de la casa de su amigo sin embargo la voz de Kardia lo detuvo totalmente.
- Espera, después de traer los apuntes para mi hijo, permíteme llevarte a tu casa - Kardia se colocó frente a él acomodándose la corbata y el saco de su traje ante la mirada atónita de Camus.
- No hace falta señor, insisto.
Sin embargo desde atrás, sin que se diera cuenta el señor Antares; Milo comenzaba hacerle señas a Camus para que lo ayudara a deshacerse de su padre.
Entendió la indirecta, era más que evidente que Milo pedía un poco de privacidad estando Kanon en su casa.El pelirrojo pasó un poco de saliva al darse cuenta de lo que Milo le pedía. ¿Cómo se comportaría ante Kardia? ¿Que pensarán sus padres al verlo llegar a lado de un hombre quien prácticamente le dobla la edad?
- Yo... - Comenzó a tartamudear nervioso - Yo... acepto su propuesta señor Antares.
Me gusta mirarte cuando no te das cuenta.
Fue el pensamiento de Kardia al tomar sus llaves para poder llevar a Camus a su casa, le avisó a su hijo que llegaría tarde porque pasaría por unos documentos a la oficina mientras que Camus movía su mano en el aire para despedirse de esa parejita que sin duda no se quedarían a portarse bien.
- A tu papá le gusta Camus.
Susurró Kanon al verlos salir de la casa.
- Jamás había visto sonreír a mi padre... Hasta ahora.
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Entre Beso Y Beso (Kardia X Camus)
FanfictionPor una simple casualidad la vida aburrida de Kardia toma un nuevo comienzo cuando conoce al mejor amigo de su hijo. Hay quienes le aconsejan que es un amor imposible, otros más que no es lo correcto, la realidad es que Milo aprueba totalmente esa r...