Capítulo 2

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Abigail

Llegamos a la casa donde va a ser la fiesta y Erick se estaciona junto a otros carros que están ahí. Mateo se baja del carro y se acerca hasta mi puerta para abrirme y ayudarme a bajar.

-Gracias Mateo-.

-No hay de que Abi. Pero no me digas Mateo por favor, mejor dime Mati-.

-Ok Mati-.

Nos acercamos a la entrada de la casa, la puerta esta abierta así que entramos.

Observo por un momento la casa. Es bastante amplia, esta completamente pintada de blanco y tiene muchos cuadros de arte en las paredes.

Hay muchas personas. La mayoría estudian en la misma escuela que yo. Reconozco a algunos de ellos pero solamente de vista.

Nos acercamos a una mesa donde hay botana, refrescos, alcohol y cervezas. Tomo un vaso y me sirvo refresco. Mateo toma una cerveza, la abre y le da un trago.

Ana y Erick se van a la pequeña pista de baile que pusieron en la sala de la casa y comienzan a bailar.

Mientras tanto yo camino hasta la parte de afuera y tomo asiento en una de las sillas que están acomodadas en el jardín y Mateo acerca otra hasta que ésta queda totalmente pegada a la mía.

-¿Te puedo hacer una pregunta Abi?-.

-Claro, dime-, agradezco que estemos sentados uno al lado del otro y no nos miremos directamente, porque tenerlo tan cerca comienza a ponerme nerviosa.

-¿Por qué jamás te habías acercado a hablar conmigo? Sé que yo tampoco lo hice pero... Es que no sé... yo esperaba que tu tomaras la iniciativa y te acercaras, porque no quería incomodarte-.

-Espera ¿qué? ¿Incomodarme? Jamás me hubiera incomodado que tu me hablaras, de hecho me alegro de que por fin nos atreviéramos a hablar. Siempre me has parecido un chico muy lindo pero, pensé que un chavo tan popular como tu no querría ser amigo de alguien como yo-.

-Pues pensaste mal, la verdad es que me encanta tu forma de ser, eres una chica muy inteligente, amable y especial. Y además eres una chava muy bonita-.

-¿En serio piensas eso?-, bajo un poco la cabeza al sentir como me empiezo a ruborizar.

-Claro que si Abi-, se gira un poco hacia mi, toma mi barbilla y levanta mi cabeza para que lo mire-.

-Gracias. Tu eres un chico super lindo Mati-.

-Gracias Abi. -

Él se acerca a mi y me da un beso en la mejilla, lo que hace que me ría como una boba y me sonroje aún más.

-Te ves hermosa cuando te sonrojas tomatito-.

-Gracias niño tierno-. Ríe un poco al escuchar como lo llame.

Es perfecta su sonrisa. Es perfecto todo en el.

Me termino mi refresco y juego distraídamente con mi vaso.

-¿Quieres ir por otra cosa de beber?-

-Si Mati-, me levanto de la silla.

-Bueno, pues vamos-, se levanta y me ofrece su brazo. Lo tomo y comenzamos a caminar hacia la entrada de la casa-.

Mientras nos vamos acercando a la mesa de bebidas me paro en seco cuando veo a un chico vestido de mesero preparando bebidas. Inmediatamente mi felicidad es remplazada por la perplejidad y el miedo. Conozco perfectamente bien a ese chico.

El trabaja preparando bebidas alcohólicas. Tiene un bar en Italia y se supone que debería estar allá.

El nació en Italia igual que yo. Vivía como a 10 minutos de mi casa, pero cuando yo tenía 10 años me mudé a México. La última vez que supe de el fue hace 2 años, me enteré de que seguía viviendo en Italia y que estudiaba fotografía allá.

El levanta la mirada de la bebida que esta preparando y sonríe burlonamente al verme.

-¿Abi?-. La voz de Mateo hace que aparte la vista de él y voltee a mirarlo.

-¿Eh?-

-¿Estas bien?-.

-Mejor vayamos a bailar, ¿si?-

-¿Está todo bien? Te quedaste pasmada al ver al chico que está preparando la bebidas, ¿lo conoces?-

-No, no lo conozco-. Siento como me empiezan a sudar las manos.

Mateo trata de decir algo, pero no lo dejo.

-Necesito ir al baño, vuelvo en un momento-. 

Comienzo a caminar por uno de los pasillos de la casa y después de abrir dos puertas encuentro el baño. Entro y cierro la puerta con seguro.

Tengo ganas de vomitar y me siento mareada. Los recuerdos se juntan en mi mente y de pronto siento que me faltaba el aire.

Trato de calmarme un poco. Me acerco al lavabo y me echo un poco de agua en la cara, sin importarme que mi maquillaje se arruine.

Miro un momento mi reflejo en el espejo.

-¿Por qué? ¿Por qué tuvo que regresar? Otra vez no por favor. Dios mío no permitas que el pasado  vuelva a mi -.

En ese momento me derrumbo. Las lágrimas comienzan a bajar por mis mejillas. Me siento en el suelo del baño y abrazo mis piernas. Empiezo a temblar.

No sabía porque había regresado, pero estaba segura que no era para nada bueno. 

*****


-Abi súbete a tu cuarto y no salgas, ponle llave a tu puerta-.

-Pero mamá...-

-Cállate y sube-. En ese momento se escuchó el azote de la puerta de un carro.

Asustada subí corriendo a mi habitación. Entré y cerré la puerta con llave. Me acosté en mi cama y me puse una almohada en la cara. Solo tuve un momento de "tranquilidad" antes de que la pesadilla volviera a empezar.

Escucho que alguien aporrea la puerta.

Y luego de un momento una voz masculina.

-¿Dónde esta?-

-Cálmate por favor. ¿Estás drogado otra vez?-

-¡Yo no estoy drogado. Solo quiero que me digas donde está!

Sin pensarlo dos veces salté de la cama y bajé corriendo las escaleras justo a tiempo para interponerme entre mi mamá y ese chico y evitar que éste le pegara.

-Por favor no le pegues -las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas.

-Quítate de en medio niña-.

Sabía que tenía que alejarme, pero no podía permitir que volviera a lastimar a mi mamá.

-No, no me voy a quitar-.

Él levanta la mano y me da una fuerte cachetada. Llevo mi mano a mi mejilla y comienzo a sobarla. Mi mamá se pone frente a mi para evitar que me vuelva a pegar, pero gracias a Dios él se da la vuelta y sale de la casa.

-Hija, lo siento mucho-. Ella me da un beso en la frente y me abraza.

Yo me limito a abrazarla con fuerza y a llorar.

No puedo creer que ella siga permitiendo que pasen estas cosas


Confío en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora