Abigail
Llegamos a la casa donde va a ser la fiesta y Erick se estaciona junto a otros carros que están ahí. Mateo se baja del carro y se acerca hasta mi puerta para abrirme y ayudarme a bajar.
-Gracias Mateo-.
-No hay de que Abi. Pero no me digas Mateo por favor, mejor dime Mati-.
-Ok Mati-.
Nos acercamos a la entrada de la casa, la puerta esta abierta así que entramos.
Observo por un momento la casa. Es bastante amplia, esta completamente pintada de blanco y tiene muchos cuadros de arte en las paredes.
Hay muchas personas. La mayoría estudian en la misma escuela que yo. Reconozco a algunos de ellos pero solamente de vista.
Nos acercamos a una mesa donde hay botana, refrescos, alcohol y cervezas. Tomo un vaso y me sirvo refresco. Mateo toma una cerveza, la abre y le da un trago.
Ana y Erick se van a la pequeña pista de baile que pusieron en la sala de la casa y comienzan a bailar.
Mientras tanto yo camino hasta la parte de afuera y tomo asiento en una de las sillas que están acomodadas en el jardín y Mateo acerca otra hasta que ésta queda totalmente pegada a la mía.
-¿Te puedo hacer una pregunta Abi?-.
-Claro, dime-, agradezco que estemos sentados uno al lado del otro y no nos miremos directamente, porque tenerlo tan cerca comienza a ponerme nerviosa.
-¿Por qué jamás te habías acercado a hablar conmigo? Sé que yo tampoco lo hice pero... Es que no sé... yo esperaba que tu tomaras la iniciativa y te acercaras, porque no quería incomodarte-.
-Espera ¿qué? ¿Incomodarme? Jamás me hubiera incomodado que tu me hablaras, de hecho me alegro de que por fin nos atreviéramos a hablar. Siempre me has parecido un chico muy lindo pero, pensé que un chavo tan popular como tu no querría ser amigo de alguien como yo-.
-Pues pensaste mal, la verdad es que me encanta tu forma de ser, eres una chica muy inteligente, amable y especial. Y además eres una chava muy bonita-.
-¿En serio piensas eso?-, bajo un poco la cabeza al sentir como me empiezo a ruborizar.
-Claro que si Abi-, se gira un poco hacia mi, toma mi barbilla y levanta mi cabeza para que lo mire-.
-Gracias. Tu eres un chico super lindo Mati-.
-Gracias Abi. -
Él se acerca a mi y me da un beso en la mejilla, lo que hace que me ría como una boba y me sonroje aún más.
-Te ves hermosa cuando te sonrojas tomatito-.
-Gracias niño tierno-. Ríe un poco al escuchar como lo llame.
Es perfecta su sonrisa. Es perfecto todo en el.
Me termino mi refresco y juego distraídamente con mi vaso.
-¿Quieres ir por otra cosa de beber?-
-Si Mati-, me levanto de la silla.
-Bueno, pues vamos-, se levanta y me ofrece su brazo. Lo tomo y comenzamos a caminar hacia la entrada de la casa-.
Mientras nos vamos acercando a la mesa de bebidas me paro en seco cuando veo a un chico vestido de mesero preparando bebidas. Inmediatamente mi felicidad es remplazada por la perplejidad y el miedo. Conozco perfectamente bien a ese chico.
El trabaja preparando bebidas alcohólicas. Tiene un bar en Italia y se supone que debería estar allá.
El nació en Italia igual que yo. Vivía como a 10 minutos de mi casa, pero cuando yo tenía 10 años me mudé a México. La última vez que supe de el fue hace 2 años, me enteré de que seguía viviendo en Italia y que estudiaba fotografía allá.
El levanta la mirada de la bebida que esta preparando y sonríe burlonamente al verme.
-¿Abi?-. La voz de Mateo hace que aparte la vista de él y voltee a mirarlo.
-¿Eh?-
-¿Estas bien?-.
-Mejor vayamos a bailar, ¿si?-
-¿Está todo bien? Te quedaste pasmada al ver al chico que está preparando la bebidas, ¿lo conoces?-
-No, no lo conozco-. Siento como me empiezan a sudar las manos.
Mateo trata de decir algo, pero no lo dejo.
-Necesito ir al baño, vuelvo en un momento-.
Comienzo a caminar por uno de los pasillos de la casa y después de abrir dos puertas encuentro el baño. Entro y cierro la puerta con seguro.
Tengo ganas de vomitar y me siento mareada. Los recuerdos se juntan en mi mente y de pronto siento que me faltaba el aire.
Trato de calmarme un poco. Me acerco al lavabo y me echo un poco de agua en la cara, sin importarme que mi maquillaje se arruine.
Miro un momento mi reflejo en el espejo.
-¿Por qué? ¿Por qué tuvo que regresar? Otra vez no por favor. Dios mío no permitas que el pasado vuelva a mi -.
En ese momento me derrumbo. Las lágrimas comienzan a bajar por mis mejillas. Me siento en el suelo del baño y abrazo mis piernas. Empiezo a temblar.
No sabía porque había regresado, pero estaba segura que no era para nada bueno.
*****
-Abi súbete a tu cuarto y no salgas, ponle llave a tu puerta-.-Pero mamá...-
-Cállate y sube-. En ese momento se escuchó el azote de la puerta de un carro.
Asustada subí corriendo a mi habitación. Entré y cerré la puerta con llave. Me acosté en mi cama y me puse una almohada en la cara. Solo tuve un momento de "tranquilidad" antes de que la pesadilla volviera a empezar.
Escucho que alguien aporrea la puerta.
Y luego de un momento una voz masculina.
-¿Dónde esta?-
-Cálmate por favor. ¿Estás drogado otra vez?-
-¡Yo no estoy drogado. Solo quiero que me digas donde está!
Sin pensarlo dos veces salté de la cama y bajé corriendo las escaleras justo a tiempo para interponerme entre mi mamá y ese chico y evitar que éste le pegara.
-Por favor no le pegues -las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas.
-Quítate de en medio niña-.
Sabía que tenía que alejarme, pero no podía permitir que volviera a lastimar a mi mamá.
-No, no me voy a quitar-.
Él levanta la mano y me da una fuerte cachetada. Llevo mi mano a mi mejilla y comienzo a sobarla. Mi mamá se pone frente a mi para evitar que me vuelva a pegar, pero gracias a Dios él se da la vuelta y sale de la casa.
-Hija, lo siento mucho-. Ella me da un beso en la frente y me abraza.
Yo me limito a abrazarla con fuerza y a llorar.
No puedo creer que ella siga permitiendo que pasen estas cosas
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Confío en ti
Teen FictionAbigail es una chica como cualquier otra. Es inteligente, divertida y bonita. Ella esta enamorada de Mateo, el chico más popular de la escuela. Ella cree que Mateo jamás se fijará en ella pero, no es así. Mateo también esta enamorado de ella. Pero...