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—Es demasiado estúpido como para darse cuenta, un niñito...

Sabía que escuchar tras las puertas era malo. Te sorprenderías con lo que llegabas a pillar y la mayoría de las veces-por no decir todas-eran secretos y verdades horribles.

Este era uno de esos casos.

¿Conocen ese sentimiento? Cuando la venda se cae de tus ojos, todo se detiene y pequeños fragmentos recorren tu mente uno tras otro sin parar hasta mostrarte la verdad de las cosas; la cruel realidad.

Su esposo es un puto mentiroso.

Si, en este momento no se detendrá para mantener los modales; lo repetiría mil veces porque es jodidamente necesario e injusto.

Puto, puto, puto...

—No... no...— los pasos detrás de la puerta se escucharon de un lado a otro y temió que su sombra se reflejara por debajo de ella— el plan sigue igual... ya se, ya se — se pegó más a la pared y apretó las manos en su boca, siendo lo más silencioso posible—  solo tengo que firmar el contrato de unión de manadas y ya está... si, nadie sospecha nada, amor...

"Amor"

Jimin dio una risa seca antes de ahogar un sollozo. Apretó las manos en su pecho, ocultando su aroma y arrinconando a su lobo, y siguió escuchando, obligándose a dañarse aún más con las crueles palabras del contrario.

—Mmh, él no se aparece por aquí nunca, pero habla con Jimin de vez en cuando— mordió su labio al comprender que hablaba de su tío — Si, todo es a escondidas, ya sabes que fue traición...— su voz bajó el tono, quizá recordando que no se encontraba del todo solo y Jimin podría entrar a la habitación en cualquier instante. 

Apretó los puños y se alejó. Sabía que eso ocurriría algún día, pero no esperaba que fuera tan pronto. Tenían seis meses casados, sin marca y durmiendo en diferentes habitaciones.

Pero él hombre debería respetarlo y era más que obvio que la boda y toda la maldita cosa estaba planeada desde antes.

Se mordió los labios con tristeza, su lobo rasgando en su pecho tratando de salir y huir. Acomodo la mesa, tal y como le enseñaron, teniendo especial cuidado en la comida de su alfa, que todo quedara perfecto en sabor y se mantuviera caliente.

Jimin no quería ser azotado nuevamente.

Colocó su plato, el cual contenía la dieta que debía seguir regularmente para que no se pusiera gordo y lo dejaran. Eso último estaba clavado en su mente desde que se presentó. Sus tías y su abuelo se lo recalcaban siempre.

Jimin era un omega y no podía negarse a las órdenes del "Don" ; su abuelo. 

Esperó pacientemente al lado de la mesa, hasta que las pisadas acercándose tras él lo hicieron temblar de enojo; lo cual no tenía permitido.

Sonrie, sonrie, sonrie.

—¡Vaya! Al fin está lista y a la hora justa— los frios ojos negros lo miraron con burla, Jimin asintió timido, con las manos tras la espalda y las piernas temblorosas.

Oculto todo lo posible su aroma y reprimió con tristeza a su lobo, después tendría que recompensarlo saliendo a mojarse al río. Era lo único bueno que tenía, ese gran río con el agua cristalina y las flores a su alrededor.

Miró con nerviosismo como el hombre se llevaba una cucharada de arroz con carne a la boca. Mordió su labio girando su vista a los hombres alrededor de ellos, no invaden su privacidad, pero siempre estaban ahí, tras las sombras, cuidando a Jimin y al capo, pero nunca hacían nada realmente; solo ser los lamebotas de su esposo.

FORELSKET     |Yoonmin| (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora