El caos

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La monotonía se recuperó, y mis imaginaciones y angustias las liberaba mediante un dildo que compre por consejo de mi hermana, que tomo con absoluta normalidad lo sucedido con el marido de su amiga.
Luego de una visita de la mamá de Enzo a la casa, y creo que intuyendo algo le sugirió a Manú que me presentará a alguien, por diversas razones el evento se fue postergando, hasta que logró concertarme una cita con un joven ingeniero, bonito pero algo nerd.
Fuí al salón de belleza, me compré un vestido nuevo y estaba acabando de maquillarme cuando aquel hombre entro como una fiera al cuarto, intenté echarlo pero termine obstaculizando la puerta con mi cuerpo, estaba atrapada,confundida, inerte, con un hombre que me tapaba la boca para que no grité y que se reclinó sobre mí, respirando agitado sobre mi cuello, dueño de una erección prominente, capaz de romper el pantalón de un momento a otro....el tiempo...la gente en la casa....todo era un torbellino danzante en mi cabeza, estaba a punto de desfallecer cuando nuestras miradas se encontraron quitó su mano de mi boca, me halo el cabello hacía atrás, dijo algo inteligible, se lamió dos dedos, bajo la mano, corrió las bragas y me penetró en forma violenta, si no estuviera atrapada entre la puerta y su cuerpo, me habría desmayado, lancé un pequeño gemido de aprobación en contra de mi voluntad, me soltó y se fue tal como había llegado.
Cuando logré salir del cuarto, la casa parecía inalterada, los niños hacían tareas y Manuela me dijo que tomo un baño de inmersión porque estaba agotada con tanto trabajo, Enzo miraba de reojo el tv mientras cocinaba, como si nada hubiera pasado, hasta tuvo el descaro de sonreír y decir que estaba bonita.
La cita no fué mala, me obligue a comer y sonreír, fingir que todo estaba bien, aunque no lo estaba.

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