Un triste recuerdo

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*Penélope*
Volvimos a la escuela algo tristes por el final de nuestras vacaciones y preparándonos mentalmente para el inicio de las clases.
-Ahhh~Que pereza -suspire cansada al entrar por las puertas de la escuela.
Loky me miro indicandome que pensaba lo mismo y ambos reímos levemente.
Cada uno nos fuimos a nuestro cuarto quedando en vernos al día siguiente en clase.
-Leí, has estado demasiado callada en la playa.-le dije a la ninfa que salio del colgante y me miro divertida.
-Se te veía muy entretenida con Takeru -alzó las cejas.
-¿Q..que quieres decir? -dije notando como se me subía el color a las mejillas.
-Te gustara- canturreo.
-¡Claro que no! -mentí avergonzada.
No podía negar que me había fijado varias veces en el peliazul, y que me parecía guapo. Era totalmente mi tipo: guapo, atletico, ligeramente malhumorado... PERO NO PODIA HACER NADA. Cuando nos reafirmamos cada uno volvería a su lugar y no volvería a ver a ninguno de ellos nunca, bueno quizás a Dionisio sí, que venía a visitarme frecuentemente a la tierra.
-Lo que tu digas...-su voz se fue disipando mientras volvía al colgante.
Suspire cansada y recordé a Perseo.
*FLASHBACK*
Caminaba por la Tierra en busca de la víctima que Zeus me había encargado liquidar, estábamos en Grecia y yo deambulaba por el bosque siguiendo a un grupo de soldados esperando cualquier descuido para atacar. En ese momento uno se giró percatándose de mi presencia y se separó silenciosamente del grupo.
Yo traté de esconderme tras un árbol o de regresar al Olimpo antes de ser descubierta por el humano, pero no podía volver hasta completar mi misión.
-¿Perdida niñita?-me pregunto aquel joven soldado sorprendiendo.
-No es de tu incumbencia- dije yo, me molestó bastante que me llamara niñita. Vale que tenía una apariencia de una niña de 10 años, solía tomarla para evitar sospechas, es decir...¿Quien sospecha de una niña de 10 años? Absolutamente nadie.
Me gire evitando la mirada de aquel joven de ojos azules y pelo negro como el carbón y me levanté dispuesta a buscar otro camino por el que a echar en silencio a mi presa. Debía eliminar al grupo entero de soldados lo que significaba que el también moriría antes de terminar el día.
Una vez que me asegure de que no estaba alrededor volví a mi forma original de 16 años y seguí persiguiendo entre las sombras al ejercito hasta llegar la noche ...mi turno de atacar.
*FIN DEL FLASHBACK *
Sacudi la cabeza alejando esos pensamientos de mi cabeza y me metí en la cama para tratar de dormir, mañana sería un día largo.
Me despertaron los golpes y gritos de,mi primo desde la puerta.
-¡MIERDA!-grite mientras me caía de la cama.
Le abrí la puerta a mi primo y corrí por toda la habitación cogiendo el uniforme mientras me peinaba y me lavaba los dientes.
-No hay tiempo para explicaciones, me he quedado dormida. -le dije mientras me arreglaba la falda del uniforme.
Me di un rápido vistazo en el espejo y salí corriendo de la habitación cogiendo el brazo de Dio y dirigiéndome hacia la clase.
Cuando atravese las puertas de esta estaba completamente vacía.Mire al dios griego algo confusa.
-Sabía que te quedarías dormida y fui a buscarte antes.Iba a decírtelo, pero no me dejabas hablar.-me explicó divertido.
Lo mire con mi típica mirada de "te odio" y me fui a sentar a mi pupitre y esperar a que los demás llegaran.
Pasaron más de veinte minutos hasta que aparecieron los nórdicos.
-Buenos días- saludo Baldr alegre mientras Loki ocupaba su sitio con la misma cara de cansancio que yo.
Más tarde llegaron Takeru y Tsukito que se sentaron sin decir nada. El peliazul tan sólo me miro de reojo.
Y luego llegaron mi hermano y mi tío.
-Pen-Pen, que raro verte tan pronto por aquí- dijo sorprendido mi hermano.-Me alegra que estés espabilando.
-No te confundas princesita- le corte llamándole por su mote- Ha sido culpa de aquel uva pocha- señale a Dionisio enfurruñado.
-Eso duele- dijo haciéndose el ofendido y todos rieron.
Entonces llegó el profesor y comenzó la clase.

La semana paso extremadamente lenta, lo único divertido eran las actividades de los clubes.
Una tarde estaba deambulando por los pasillos y encontré una sala en la que aun no había entrado nunca. Mire a los lados y al comprobar que no había nadie alrededor entre en silencio por aquella puerta. Al pasar me encontré con un estudio de baile: el suelo de madera perfectamente encerado, las barras, la pared de espejos. Era precioso. Cerré la puerta y conecte mi móvil al equipo de música. Me tomo unos minutos encontrar la canción en el aparato, pero cuando la encontré y esta empezó a sonar por los altavoces comencé a bailar siguendo las emociones que aquella melodía me transmitían. Estaba tan perdía y concentrada en aquel envolvente sonido que no me percaté de que ya no estaba sola hasta que no terminó la canción. Entonces vi en el reflejo del espejo a Takeru mirando sonriente y que ,al darse cuenta de que le había visto, se sonrojo.
Me acerqué a hablar con el.
-Lo...Lo haces muy bien- dijo perdiendo poco a poco su imagen de chico duro.
-Gracias- dije sonriente.
Un silencio algo incómodo se formó entre los dos hasta que vi una cabellera granate asomar por la puerta.
-Wahh, ¿estabas bailando Penelope? -me pregunto mi discordante primo.
-Así es, y es realmente buena- le contestó el peliazul al ver que yo bajaba la mirada.
-Pues claro que lo es, además a Pen le encanta bailar. Hace mucho que no te veo hacerlo.
-Sólo bailó cuando tengo ganas. Pero encontré este estudio y...bueno.
Ambos me miraron sonrientes y me abrazaron ,no entendía muy bien el por que de ese abrazo pero se lo devolví encantada.

Weenas mis pequeñas nubes de azúcar.
Sisisisisisis aquí está el nuevo capítulo,siento que tardara tanto...
Enfin, espero que lo disfrutéis.
-A que no os esperabais que Penélope fuera bailarina eh eh eh .
-Poco a poco va a saliendo a la luz la historia de Perseo ¿os vais haciendo una idea?
Tuve una idea genial, pero tendréis que esperaros al siguen te capítulo para saberla.
Un beso
*Maria

Rodeada de dioses /Kamigami no asobi/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora