Cɑpítulo Diecinueve

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ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴅɪᴇᴄɪɴᴜᴇᴠᴇ: ᴅᴇᴄʟᴀʀᴀᴄɪᴏɴ. ¡¿ɴᴏᴠɪᴏs?! ¡ᴀᴘᴘɪ! ¡ʜᴇʀᴍᴏsᴏ ᴅɪᴀ!

Metawin quería gritar de la emoción y de la felicidad

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Metawin quería gritar de la emoción y de la felicidad. ¡Bright lo estaba besando!

Pero volvamos al principio y como comenzó la noche para el par de tórtolos...

Bright temblaba de los nervios, preparó cada detalle pensando en su amado y en si le gustaría la sorpresa que le estaba preparando. Hoy sería el día en que se declararía y todo tenía que estar perfecto. Si o sí.

Metawin guardaba sus cosas en su bolso, rápidamente, queriendo desaparecer cuando sus amigos lo dejaron solo, bufó, caminó hasta el ascensor, miró dos cabelleras conocidas, a pasó rápido se acercó, pero fue demasiado tarde, el ascensor se cerró en su cara.

Gun y Gulf corrieron al ascensor sin esperarlo, puchereó arrepintiéndose de contarles lo que le pasaba con Chiva-aree. Porque sí, ellos quieran que él fuera con Bright a quien sabe dónde, y aunque él también quería, no se le quitaban esos nervios, las sospechas de que el castaño gustaba de él se hacían cada vez más reales.

Lo que le pidió y como se lo pidió, no era muy profesional de su parte, más aún en el trabajo y en medio del pasillo principal.

Se quedó mirando el ascensor, bueno las puertas de metal. Una mano tomó la suya, no se sobresalto al sentir el perfume llenar sus fosas nasales, era nada más y nada menos que Bright Chiva-aree. "¿Nos vamos?". Susurró un pequeño "sí" y como por arte de magia el ascensor se abrió y entraron.

Metawin mordió su labio inferior en señal de nerviosismo.

Ambos chicos caminaban por el estacionamiento buscando el coche del castaño, aún con las manos entrelazadas, cuando estuvo a la vista de los dos, Bright apretó el botón de sus llaves para quitarle el seguro. "Adelante". Brincó de alegría de ver al pelinegro estar dentro de su coche sin verlo.

Dios, todo lo estaba poniendo nervioso.

Bright conducía y Metawin miraba la carretera curioso, estaban a las afueras de Bangkok. Y eso era lo que lo confundía aún más.

"¿Qué hacían en las afueras de Bangkok? ¿Por qué y a dónde lo quería llevar? ¿De que era lo que quería hablar?". Y más pensamientos similares inundaban su cabeza.

Bright se estacionó, y apagó el vehículo, los dos salieron del auto, Opas talló sus manos con sus brazos buscando un poco de calor.

Y como en la típica historia cliché, que el chico le da su chaqueta a la chica, Bright se quitó su abrigo y lo colocó en los hombros del más bajo, Metawin se sonrojo y tímidamente le sonrió.

Bright paso una mano y lo atrajo a él para seguir caminando por la vereda. Opas no se negó, le gustaba.

El sol iluminaba levemente los árboles e igualmente comenzaba a descender, el cielo azul con hermosas y resplandecientes estrellas, los focos se encendían, todo era al aire libre, bueno no tanto, lo separaba unos grandes ventanales de cristal que se podían abrir para disfrutar de la vista, un muy buen ambiente.

¡Winnie cάsɑte con pɑpά!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora