La Madre De Luffy Está Esperando !QUE!

Capítulo. -4

"¿Mm? ¿Qué?" Brulee comenzó a despertarse, solo para casi gritar cuando vio el rostro dormido de su madre frente a ella sobre las cabezas de sus hermanos.

"Oh, estás despierto". Oven dijo desde detrás de Brulee donde la había acercado a su pecho.

"¿Hermano? ¿Qué? ¿Por qué estamos en la habitación de mamá y mucho menos en su cama?" Brulee preguntó mirando a sus hermanos confundidos. Estaban todos acurrucados en una gran pila sobre una de las almohadas con la mano de mamá impidiendo que ninguno de ellos rodara fuera de la cama, como si los estuviera acunando.

"Bueno, todavía tenías frío, así que me quedé contigo, pero nuestros hermanos querían asegurarse de que estuvieras bien. Decidimos quedarnos a dormir, pero mamá también quería vigilarte, así que nos quedamos en su cama anoche". Oven susurró para que no se arriesgaran a despertar a ninguno de sus hermanos o mamá que aún dormían.

"¿Pero qué hay de nuestro hermanito? ¿Qué me perdí en el informe?" Brulee pidió moverse para levantarse, solo para que Galette la mantuviera inmovilizada con un gruñido somnoliento y un brazo alrededor de la cintura de su hermana.

"No mucho y mamá le dio a Tamago hasta esta mañana para verificar la información mientras te recuperas". Dijo Oven mientras Daifuku se estiraba ligeramente desde donde estaba acurrucado alrededor de sus piernas.

"Deberías habernos dicho que usar tanto tus poderes te tensó así". Daifuku regañó a su hermana, quien se encogió un poco de hombros.

"Cuando obtuve mis poderes por primera vez, pensé que era solo porque todavía estaba aprendiendo. No fue hasta unos años que me di cuenta de que solo sucedía cuando viajaba largas distancias o hacia nuevos espejos. Puedo recorrer las islas bajo la supervisión de mamá. comando no hay problema, ni siquiera me cansa un poco. Pero usarlo para ir al East Blue además de usar un nuevo espejo..." admitió Brulee mientras Galette abría un ojo somnolienta y clavaba la mirada en su hermana.

"Son las tres de la mañana. Cállate y vuelve a dormir". Galette se quejó ganándose una pequeña risita desde cerca.

"En realidad son las cinco ahora". Amande corrigió a su hermanita divertida, ganándose un pequeño golpe en el hombro de un Mont-d'Or igualmente soñoliento que obviamente estaba de acuerdo con el Ministro de la Mantequilla.

"Aún es demasiado temprano. Vuelve a dormir". Galette dijo acurrucándose cerca de Brulee, quien se dio cuenta de que estaba acostada encima de Perospero.

"Él también se negó a dejarte ir. Todos estábamos muy preocupados, hermanita". Oven murmuró ante la mirada de confusión de Brulee.

"Lo siento." Brulee dijo sintiéndose culpable pero extrañamente complacido también. A veces se preguntaba si sus hermanos realmente se preocupaban por ella, sabía en su corazón que sí, pero a veces su mente decía lo contrario, y esta era una prueba de que sí se preocupaban. Ellos… y mamá.

"No te disculpes, hermana. Deberíamos haber prestado más atención y notar que algo andaba mal". Perospero fue el que dijo, ganándose un murmullo o gruñido de acuerdo de la mayoría de los hermanos mayores que estaban despiertos.

"Eres una de las más altas sin tener el cuello de serpiente o las piernas largas, pero también eres la más delgada. Puedo sentir tus huesos cuando te abrazo, hermana. Esa debería haber sido una señal de advertencia importante de que algo andaba mal". Perospero dijo en voz baja mientras abrazaba a su hermana que era un poco más alta que él. Tenía once pies y como nueve o diez pulgadas de alto. Él mismo medía diez pies once, por lo que era un poco incómodo abrazarla así con la diferencia de altura, pero estaba bien. No le importó. Solo quería asegurarse de que su hermana pequeña estuviera realmente bien.