03. Historia de una planta

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Recordando algo tan fugaz como la lluvia de hace un año no he podido pegar ojo. Solo pude encender el teléfono y escribir, pues la memorias comenzaron a golpearme sin descanso. Cosas que no recordaba, cosas que no quería ver y me hacían preguntarme si la lluvia y yo fuimos esos compañeros de días nublados como me prometieron las nubes. Sonrío para no reír, porque cuando fui advertida de recoger su agua, no escuché y ahorae encuentro vagando por el desierto, intentando descubrir mi rumbo, intentando alcanzar a la lluvia, pero no está. Un cactuse dijo que el agua aquí era escasa y que una planta como yo se marchitaría rápidamente en un ambiente tan hostil, pero creyéndome invendible preferí desafiar las circunstancias y ahora yazco aquí, a pocos pasos de secarme. Miro a cielo implorando por que regrese. Un oasis aparece ante mí y puedo recargar fuerzas para continuar. He visto a la lluvia, en la lejanía. Retozaba con otras plantas. Pregunto si se acordará de mí. En primera instancia me alejé porque no soportaba que fuese para todos y no solo pata mí, pero ¿qué puede una planta ofrecerle a la lluvia? No importa cuan hermosa sea, no le reporto ningún beneficio... Podría decirse que tampoco la necesitaba pues tenía una regadera artificial en el jardín privado donde vivía, pero fui codiciosa y quise más que solo observar desde el cristal del lugar. ¿Quién no se enamoraría de la lluvia? Creo que los humanos no son capaces de comprender placeres tan simples, pero nosotras lo hacemos, yo lo hago. Estoy saliendo del desierto, dejando tras de mí el camino arenoso. Puedo sentir las gotas caer sobre mí. Pensé que tardaría más en encontrarla gracias a que no estamos conectados, pero me equivocaba. Si bien es cierto que cuando deseas mucho una cosa se termina cumpliendo, mi sed la atrajo. Como siempre, la lluvia, con su aspecto frívolo y sereno. Venía con intensiones de jugar. Caía como caricias y melodioso chin-chin me hizo pensar en muchas cosas que habíamos vivido. Cada vez me sentía más atraída. Se despojó de su aspecto acuoso y una silueta alta, inmensa, majestuosa se formó frente a mí. Al masculino pero aniñado rostro de un joven que solo quería seguir vagando por aquellos lugares a donde el viento pudiese llevar. Me alcé desde la tierra, humanizando mis facciones por las de una joven... Desde esta posición no se notaba tan alto. Extendí un brazo, atrapando sus dedos con los míos y sentí la liquidez escurrir por mi mano. Algo a lo que, como planta ya estaba acostumbrada. Así comenzó mi travesía con la lluvia... O eso es lo que recuerdo...

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⏰ Última actualización: Apr 10, 2022 ⏰

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