II

232 22 4
                                    

– ¿Sasha, Jean, Connie...?

La joven se adentraba a su departamento el cual compartía con tres chicos más, quienes al escucharla rápidamente salieron a recibirla.

– ¡Hasta que llegas! –exclamó Connie, acercándose a su amiga para abrazarla.

Sasha hizo lo mismo, Jean sólo se dispuso a hacer un ademán con la mano, no quería atormentar a la Italiana.

– Hey, hueles a helado de... –Sasha se dispuso a olfatear a _____, posteriormente la miró con intriga.– ¡Hueles a helado de limón! ¡¿Por qué no trajiste?

La pobre castaña estaba a punto de lloriquear, su amor por cualquier cosa que se pudiera comer era más grande que el amor a sus amigos.

– ¿Dónde estuviste, _____? Te estábamos esperando para ir a comer. –comentó Jean tranquilamente, para después reír levemente por la reacción de Sasha.

– Bueno, yo iba por el Central Park tranquilamente porque iba a despejar mi mente... Después sentí a alguien chocar conmigo y se disculpó, cuando le miré ¡Morí! –la de cabello cobrizo hizo una expresión dramática, llevando su mano a su pecho.– Era como ver a un Ángel... Toda una principessa

Siguió contando aquella historia a sus amigos, mientras sentía sus mejillas ruborizadas, sobre todo por la mirada que estos brindaban, en especial la de Jean que podía llegar a ser extremadamente chistosa y a la vez lograba ponerle nerviosa.

– Pero aquí va la pregunta importante ¿Cómo se llama? –inquirió Sasha, sacando unas galletas de un cajón al lado del sofá.

– Hange Zoë.

– Que raro nombre, nunca lo había escuchado. –dijo Connie.

– Lo mejor es que me dió su número y pronto iremos a Broadway, fue por petición suya.

_____ sentía que moriría en ese momento por las expresiones faciales de sus compañeros, quiénes estaban a nada de explotar de alegría.

– ¡NO PIERDAS EL TIEMPO Y LLÁMALA, TONTA! –gritaron Sasha y Connie.

– Tienen razón, anda.  –Jean comenzó a empujarla suavemente hacia su habitación.– Llama a la chica bonita y da lo mejor de ti, espero pronto nos muestres una foto, eh.

– Ya veremos, si me disculpan voy a tratar de comunicarme con ella, arrivederci!

Sin más, corrió a encerrarse en la habitación y tomar el papel que tiempo atrás Hange le había brindado..

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Con Hange...

– Y eso fue todo.

La castaña se hallaba conversando por teléfono con una de sus mejores amigas, Yelena.

– Bueno, te deseo suerte con esa chica, Hange. Sólo recuerda que eres casi diez años mayor, viejita.

Hange enrojeció al escuchar la risa de su amiga de fondo, cuando en ese preciso momento divisó en el panel de notificaciones un número desconocido.

– Yelena, te dejo, alguien me ha escrito, quizás es ella.

Ambas se despidieron y posteriormente Hange entró al chat para revisar quien era.

Número desconocido:

Ciao signorina, soy _____ ¿me recuerda? 😺

𝐌𝐀𝐆𝐈𝐂 | 𝙷𝚊𝚗𝚐𝚎 𝚡 𝙵𝚎𝚖 𝚁𝚎𝚊𝚍𝚎𝚛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora