La desaparición de Yiling Laozu [Traducción]

Capítulo 2: Comerciantes

Resumen: La búsqueda del Patriarca Yiling y sus Remantes Wen

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Tres meses después del asedio

Los Túmulos Funerarios eran tan estériles como siempre.

Las nubes sobre la montaña parecían oscurecerse aún más a medida que se acercaba. Los árboles retorcidos se balanceaban de un lado a otro con el viento, el olor a podredumbre y ceniza flotaba en el aire.

Deteniéndose al borde de la montaña, Lan Wangji echó una rápida mirada a su alrededor. Flechas rotas y huellas de botas cubrían la base del lugar plagado de muerte.

Wei Ying, pensó pateando una flecha con plumas violetas.

No pensó que llegaría a esto. Todo el mundo del cultivo uniéndose para matar a un hombre.

¿Habrías usado el Sello?, Lan Wangji observo toda la destrucción, ¿Los habrías matado ese día?

A pesar de lo que pensaban los otros cultivadores, no había estado en una cacería nocturna el día del asedio. Esperando a que su hermano y su tío se fueran con su parte del ejército, los siguió desde la distancia y cuidó de Wei Wuxian mientras el ejército rugía para que se mostrara.

Pero el hombre nunca lo hizo. Tampoco los que están a su cargo.

Con un movimiento de sus mangas, Lan Wangji comenzó a subir la montaña.

La investigación en el camino Qiongqi tomó un mes entero para obtener todos los relatos de los muertos allí. Había tomado otro mes encontrar suficiente tierra para ponerlos a descansar adecuadamente. Actualmente, los discípulos de las sectas menores estaban levantando una tumba a las víctimas.

Si bien no querían divulgar información de la investigación antes de tiempo, algunas cosas no podían ignorarse hasta el final para que algunas personas no intentaran escapar de su justo castigo. Con lo que ya tenían, Jin GuangShan, Jin GuangYao, Jiang Wanyin y varios de sus discípulos estaban actualmente detenidos en sus habitaciones. Permanecerán así hasta su juicio.

Las sectas menores querían ir a juicio de inmediato, pero con algunas palabras de su hermano se detuvieron.

—No podemos estar seguros de hasta dónde llega esto— anunció Lan Xichen a una sala de hombres enfurecidos, —pero el juicio debe esperar. No debemos apresurarnos y terminar perdiéndonos detalles cruciales en el futuro.

Lan Wangji se encontró con un enorme montículo de cadáveres. Habiendo sido arrojados unos sobre otros, era difícil distinguirlos.

Sin piedad, vio un cuerpo decapitado no muy lejos del montículo.

Hace dos años, había una barrera de muertos vivientes gruñendo que se abalanzaba sobre alguien cada vez que se acercaba demasiado. Sin embargo, ahora todos ellos yacían en el suelo, ya sea completamente purificados o quemados por Zidian.

Pero Wei Ying no estaba aquí ¿Cómo podrían haber permanecido en guardia todavía?, reflexiona Lan Wangji.

Arrodillándose en el suelo, Lan Wangji estudió las huellas de los pies. Las impresiones eran profundas, más profundas que cualquier huella de pie en la ladera de la montaña. Los cadáveres habían permanecido en sus lugares a través de la lluvia, la nieve, el viento y el fuego; solo se movían cuando los intrusos se acercaban demasiado y luego volvían inmediatamente a sus lugares exactos.

Las cejas de Lan Wangji se fruncieron en la contemplación. No me digas...

De pie, Bichen fue rápidamente desenvainado. Lan Wangji hizo cortes largos y profundos en el suelo. La tierra voló a su alrededor.