Historia de mis seis platones.

El primer platon.

Plasmar mi historia de mis seis platones realmente es dificil, no se por donde comenzar, pues ni yo misma puedo distinguir cuando fue que me engache como un pez en un ansuelo en esta historia sin fin.Simplemente empezare donde creo que se origino.

Era un 17 de mayo de 1987, yo tenia al menos unos 5 años, solia jugar con mi hermano Robin en una llanta vieja que amarrada con una cuerda gruesa en un hermoso arbol no muy frondoso formaban un columpio, el insitador de nuestra felicidad infantil e inmadura. En esos momentos yo era tan feliz y dichosa, que mas podria pedir ademas del exquisito olor del campo en unas adelantadas vacasiones, el incomparable paisaje del atardecer, mi felicidad absoluta en los inolvidables juegos de mi hermano Robin, me sentia realizada.

La casa de mi abuela solia ser el centro de visitas tanto de familia como de amigos en esas fechas, todo era monotono y sin ninguna señal de ser algo autentico en esta primavera.

Ocurrio ese mismo dia, mi hermano y yo regresabamos de una larga jornada de juegos y risas, estabamos tan exaustos que no notamos la prescencia de las muchas personas que habian en la sala. Lo primero que hice al llegar a casa de la abuela fue tomar una ducha; pero fue hasta despues cuando me percate de la enorme cantidad de personas que ese dia visitaba a la abuela.

Baje sigilosamente hasta llegar a la ultima escalera, y justo cuando crei haber evitado la verguenza de saludar a esas personas con mi atuendo, mi abuela me pidio que fuese a saludarlos.
- Bridget, ven te presentare a algunos amigos de tus padres cuando eran niños- dijo la abuela tomandome suavemete la muñeca para dirigirme hasta ellos- señores les presento a la pequeña Bridget- todos me saludaron y yo segui ahi parada mientras todos se dirigian al comedor.
-Querida es mejor que uses uno de esos vestidos tan lindos que sueles usar y venir a cenar con nuestros amigos- ordeno nuevamente con una sonrisa en su cara.

Subi las escaleras con un juego que invente yo misma, tratando que mis talones no pisaran ninguna de ellas, mientras subia ďe dos en dos y brincando, pero eso era media ronda, una ronda era subir y bajar, y cuando hacia rondas pares agregaba un movimiento mas.

Habia terminado mi media ronda cuando al llegar al ultimo piso encontre al PRIMER PLATON.

En esos momentos no se me hubiese ocurrido una descripcion tan exacta como ahora que ya ha cumplido 20 años desde la ultima vez que lo vi.
Era un chico con una simpatica sonrisa dejando al descubierto unos marcados hoyuelos dibujados en sus mejillas, haciendo aun mas notorio su color rozado, sus ojos color avellana hacian perfecto juego con su piel dorada, provocando que estos contrastaran mas a la luz dandole un brillo sin igual; su cabello estrategicamente acomodado de un color tan simple como el negro gratificaba su belleza natural.

Nos miramos por algunos instantes entonces el me dio la mano en forma de saludo, yo la tome, senti algo en mi estomago, algo que yo no se aun describir, entoces me dijo su nombre.

-Hola tu debes ser Bridget, yo soy David-
-Hola, mucho gusto, si soy Bridget ¿como lo supiste?-exclame asombrada
-Me dijo tu abuela que mañana podrias ayudarme a quitar la aburrucion, y me dijo exactamente como eras, y al ver como subes las escaleras supe que eras tu- agrego con tranquilidad.
-Entiendo, no te preocupes mañana te ayudare con eso, para mi no es ningun problema, pero por ahora necesito arreglarme para la cena, nos vemos en el comedor- respondi con un ademan.
-Claro que si, te veo en unos momentos-dijo dirigiendose al piso de abajo.
Despues de un dilema con mis vestidos decidi utilizar uno de mis favoritos, floreado y con un moño menta que me hacia lucir una niña distinguida y con clase.
Al bajar, me sente a la mesa y despues de las acciones principales antes de la cena nos dispusimos a disfrutar de los ultimos alimentos del dia.
Al terminar la cena, me despedi de todos y decidi marcharme a descansar, con alguna esperanza de seguir pensando en aquel niño que me habia sorprendio en ese dia. Pero ese dia dormi sin tener algun recuerdo de haber soñado con el.