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Créditos:
Harry Potter es propiedad de J.K. Rowling, un buen puñado de editoriales por todo el mundo y, cómo no, Warner Brothers. Esta historia no tiene ningún fin lucrativo, es meramente un desahogo creativo, y una declaración personal de amor a la pareja Deamus.

Advertencia:
Esta historia es slash en general: esto es, hay mariconeo entre los chicos. Si los temas homosexuales te ofenden, por favor, no sigas leyendo. Avisado queda. Y el que avisa no es Slytherin.

Notas:
- Los diálogos están entrecomillados al estilo anglosajón, porque así es como empecé a escribir fic, para distanciarme mentalmente de mis escritos originales (actualmente llenos de telarañas, porque no dejo de escribir fic).

- Publicada originalmente en 2018  en ffnet y en AO3. Esta es la edición revisada en 2022.

- Ambientada en el sexto libro, la noche de la victoria de Gryffindor contra Ravenclaw, en la que Gryffindor ganó la copa de quidditch por la diferencia de puntos, cuando Harry y Ginny se enrollaron por fin (y Dean rompió el vaso que tenía en la mano).


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PECAS

"La vida es injusta," sentenció Dean Thomas, y dio un sorbo a su bebida.

"Dice el que tuvo la potra de entrar en el equipo de Quidditch," respondió Seamus Finnigan, quitándole la botella. Habían dejado atrás la fiesta de la victoria en la sala común bien surtidos de alcohol.

"¡Ja, como sustituto reemplazable! ¡La historia de mi vida!" se lamentó Dean, derramando lagrimones.

Al menos a Dean, en ambos casos, le habían dado una oportunidad. Pero Seamus se mordió la lengua y dio un buen trago, antes de apoyar la cabeza contra el muro y suspirar con la mirada perdida en las estrellas. Por primera vez en mucho tiempo se sentía realmente bien. Pero como la causa de su felicidad era la de la miseria de su amigo, se sentía también algo culpable. Allí, solos, sentados en los escalones de una pequeña torre abandonada que ni los de séptimo frecuentaban, Seamus intentaba consolar a Dean mientras sopesaba si era buena idea seguir haciendo malabarismos sobre esa línea entre amigos que estaba tan dispuesto a cruzar.

Dean, mientras tanto, seguía rebozándose en su propio lodazal del desamor:

"¡Lo que más me fastidia es que la caballerosidad está muerta! ¡Muerta, tío! Todavía no me cabe en la cabeza que me dejara por ofrecerme a ayudarla a pasar por el hueco del retrato... ¡Llevaba semanas inhibiéndome para que no se molestara! Me hacía sentir un pesado, y no sabía ya ni cómo comportarme. ¡Qué impotencia!" Dean sorbió los mocos y se secó la cara con la manga. "Tratas a tu chica como una princesa y así te lo paga: al final se va con el que la estuvo ignorando seis años. Ahí, en todo el cliché."

"Ginny tiene seis hermanos mayores," sonrió Seamus, pensando en el idiota de Ron, "es buscadora de Gryffindor," una buscona, "y una bruja de primera", y una zorra de primera. "Es una superviviente, Dean, no una princesa".

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