Capitulo 5

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Caminamos juntas hacia el ascensor y al bajar salimos del edificio y ella me guía unas 5 cuadras hacia el norte. Es un restaurante latino pequeño, tiene muchos colores y todo el mundo habla español lo cual agradezco mucho.

Nos sentamos en la mesa cercana a la cocina donde todos los olores invaden mi nariz.

-Yo invito. -Dice amablemente.

¿Qué? -Me pregunto.

-No tienes porque hacerlo. -Respondo.

-Quiero hacerlo, tranquila. -Sonríe.

Pedimos nuestros platos, ella pide un jugoso churrasco que me esta aguando la boca, y yo pido tacos al pastor.

-¿Cómo llegaste a Louisillan? -Pregunta con intriga mientras corta la carne.

-La empresa en la que estaba trabajando quebró y perdí mi trabajo. -Digo con decepción.

Jenn me mira con expresión de comprensión.

-¿En donde trabajabas?

-Era la encargada de las finanzas de Kellf.

-¿Te encargabas de las finanzas de la competencia? -Se asombra.

-Así es. Pero un día el esposo de la jefe vendió el 80% de la empresa para ganar dinero y la empresa quebro. -Le cuento mientras me llevo el taco a la boca.

La verdad nadie pensaría que una mujer vestida de tal forma como voy ahora comería tan maleducadamente. Pero no hay nada que pueda hacer, son tacos.

Comemos en silencio para no desperdiciar nuestra hora de almuerzo en hablar. Pero entonces ella interrumpe el ultimo bocado de su churrasco y me mira desafiante.

-Le gustas al jefe. -Escupe las palabras.

Abro los ojos como platos. Llevo el puño a mi pecho y me doy unos cuantos golpes para desatascar el pedazo de taco que se quedo en mi garganta.

-¿Qué dijiste? -Digo mientras me llevo el vaso de gaseosa a la boca.

-Eso. Cualquiera se daría cuenta de que mueves algo en Samuel.

-No lo creo. -Digo sin mas.

-He trabajado con el desde que el mismo tallaba a mano sus esculturas. Créeme, se que le gustas. -Afirma.

-Pero a mi no. -Miento.

-¿Estas de coña? -Me mira raro.

-No. No me gustan los hombres misteriosos, ni mujeriegos ni polémicos. Y ese es el tipo de hombre que el es. Aparte, el es mi jefe y no sería correcto que me fijase en el. -Sigo mintiendo.

Ella levanta los hombros y da el ultimo bocado de su churrasco mientras yo le acabo mi bebida.

Ella levanta su muñeca para ver el reloj y abre los ojos como platos.

-Corre. Tenemos 3 minutos para llegar. -Dice alarmada.

Las dos nos ponemos de pie, ella deja el dinero sobre la mesa y salimos corriendo del restaurante hacia el edificio.

Al entrar al piso se siente el aire tibio de la calefacción y vuelvo a sentirme cómoda. Excepto por la parte de tener que trabajar tan cerca de este hombre que me pone los pelos de punta.

Entro en la oficina de Samuel, y le saludo cordialmente como de costumbre.

-Buenas tardes. -Responde.

Vuelvo a dejar mi abrigo en el perchero. Y me siento petrificada. Este hombre no deja de observarme un puto minuto de su vida.

Me siento en el escritorio y sigo los procesos que ya me había ordenado el.

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⏰ Última actualización: Apr 23, 2015 ⏰

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