Darryl Noveschosch no se consideraba una persona especialmente interesante. En realidad, creía que era alguien bastante mundano al que probablemente podrías ignorar su te encontrases con él y otras tres personas en una misma habitación. Si acaso, lo notarías por ser algo alto, fornido y con el cabello castaño largo y siempre enredado, pero entonces te darías cuenta que no habría nada interesante que ver e irías inmediatamente con cualquier otro de los humanos allí dentro.
Sin embargo, eso sólo era su autopercepción. Como siempre, prácticamente nadie tenía una buena percepción de sí mismo, ya fuese muy mala, cayendo en la mala autoestima, o muy buena, cayendo en el egoísmo y narcisismo.
En realidad, Darryl era bastante interesante. Sí, su apariencia física era algo a destacar. Alto, cuerpo fornido, cabello largo, castaño, sedoso, piel clara, ojos verdes claro siempre ocultos por unos lentes de montura cuadrada. Tenía una apariencia con la que no era difícil obtener miradas. Académicamente destacaba, incluso aunque no era el mejor de su clase. Era un buen jugador del equipo de fútbol americano, voluntario en un centro de niños con necesidades especiales y muchas más cosas.
Si no fuese por su tendencia a vestir con colores oscuros y escuchar hard metal, sería el yerno perfecto que toda madre quiere para sus hijas. O hijos, dependiendo el caso.
Pero, lo dicho, su percepción propia no era la mejor.
¡Sin embargo, el asunto de su mala autoestima no es algo a tratar! Al menos no en estos momentos. En estos momentos, el inicio del caos es a lo que nos enfocaremos.
El inicio fue una mañana de jueves. ¿Qué de importante tienen los jueves? Los lunes son días odiados por la mayoría. Los viernes son los días en que todos los estudiantes ven por concluida la horrible semana escolar. Los sábados y los domingos, días de descanso sagrados. Los martes comparten algo de odio por los lunes que los preceden. Los miércoles son la mitad de la semana. ¿Pero los jueves? Sólo el día odioso antes de que sea viernes. Nada importante debería pasar. Y lo hizo, sin embargo.
Ese fue el día en que Darryl conoció a una persona que, sin saberlo en ese momento, sería una de las personas más importantes de toda su existencia.
El castaño no tenía muchos amigos. No era el tipo popular que sus características anteriormente descritas sugieren. Principalmente porque él lo decidió así. No le costaba hacer amigos, en realidad. Simplemente se acercaba a las personas, hablaba y la cosa se daba de forma bastante natural. El hecho de que no tuviese muchos amigos se basaba más en su propio criterio de entablar amistades sólo con personas que él de verdad pensase que valiesen la pena.
En ese momento se encontraba caminando por uno de los pasillos de la escuela con uno de sus selectos amigos. Un chico de rostro amable, lentes y cabello castaño, apodado Antfrost tan a menudo que muchos ya tomaban este apodo como si fuese su nombre. Aunque, en realidad, su nombre era... bueno, no importa.
Estaban charlando sobre cosas tontas que habían hecho el día anterior en un servidor privado de Minecraft que tenían entre ellos y otros cuantos amigos. Una casa que alguien había quemado, un Wither que habían invocado... cosas normales de un server con amigos. Bromas y venganzas por doquier, construcciones arruinadas y vueltas a hacer.
Entonces lo interceptó. Casi fue como si lo hubiese estado esperando, lo cual no era verdad. Sólo estaba pasando por allí, buscando a alguien que le ayudase en ese momento tan desesperado. Y ese alguien, al parecer, había desfilado frente a sus ojos.
—¡Hey! —exclamó una voz detrás de Darryl en el mismo momento en que este comenzaba a soltar una amenaza vaga a Antfrost si es que algo le había pasado a su pez mascota dentro del juego.
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¡Sólo un poco de CAOS! [Skephalo]
FanfictionDarryl repentinamente se encontró sufriendo el típico cliché donde el nerd invisible es notado por el súper popular capitán del equipo de fútbol, excepto que el nerd no era tan nerd ni invisible, y el capitán ni era capitán ni súper popular. ¡¿Quién...