Como ya era bien sabido, para Bad, hacer amigos era complicado porque él mismo ponía la tabla alta en base a quienes llamaría y a quienes no llamaría amigo.
El desconocido, en cambio, se saltó la mayoría de puntos posibles dentro de los privilegios sobre su persona que Darryl les daba a sus amigos.
Tenía su número de teléfono, para empezar. Y alguna fuerza misteriosa, por llamar de alguna forma a la cantidad increíble de mensajes que mandaba Zak por minuto, le mantenía respondiendo constantemente a los mensajes que llegaban a su dispositivo.
¡¿Por qué no podía mandar un sólo mensaje contando toda su idea?! ¡¿Cuál era la necesidad de mandar una avalancha de mensajes en lugar de uno sólo algo largo?!
Pues Darryl no se hacía ni la más mínima idea. Probablemente esa era su pequeña y sucia táctica para destacar y causar que le respondiese. O quizás simplemente tenía esa naturaleza tan desordenada ya de por sí. A saber.
Y no podía decir que le molestaba hablar con el extraño. En general, el tipo no era alguien con quien pudieses hablar y no tener una opinión. Buena o mala, siempre la tendrías. Darryl no sabía si su opinión era favorable o no. Al menos no en ese momento, (pero ya veremos en el futuro).
Una semana pasó sin mucho más que decir o pensar. Los primeros exámenes del semestre traían un poco a todos sin cuidado. Si bien era de conocimiento general que esforzarse al inicio les traería menos dolores de cabeza al final, a la mayoría les daba completamente igual.
Darryl no estaba completamente de acuerdo con la mentalidad colectiva. Si bien compartía el punto de vista que los primeros exámenes no debían de ser tomados con la misma seriedad que un examen final, no compartía la idea de esperar a la suerte hasta el día del examen. Eso sí, tampoco estaba estudiando con mucho frenesí. Las cosas eran, más bien, tranquilas.
Hasta que pasó el tercer encuentro. Porque, claro, si la vida hubiese sido tranquila siempre, esta historia no se estaría contando.
Bad estaba caminando por los pasillos mientras releía vagamente un pequeño recuadro de papel mal doblado que había hecho como una guía de estudio rápida. Sólo había copiado unos cuantos conceptos y poco más. No creía que el examen fuese a abarcar mucho más que eso. Cualquier otra cosa que viniese, probablemente no sería lo más fácil del mundo, pero creía que se iba a poder defender con sólo su mente.
—¡Oh, eres tú! —exclamó una voz a su lado, mucho más cerca de lo que esperaba para alguien que le había visto de repente.
Se quedó congelado en su sitio y giró la cabeza para toparse frente a frente con el tipo ese de las notas perfectas que no paraba de asaltar su teléfono a cada oportunidad que tenía con un montón de mensajes hablando de puras banalidades.
—Soy yo —dijo sin mucho entusiasmo, bajando sus notas y saliendo del flujo del pasillo, juntándose con el chico que estaba parado al lado de la puerta de un aula.
—Estudiando, ¿eh? —murmuró mientras le daba un vistazo apreciativo—. No pareces el tipo.
—¿Huh? —Detrás de sus gafas, Darryl entrecerró los ojos, esperando lo que sea que le fuese a decir. Zak solamente negó con la cabeza, guardando sabiamente sus pensamientos para sí mismo—. ¿Tú no estudias?
—Nah —El chico de piel morena se encogió de hombros, como si nada—. Tengo las respuestas del examen de hoy, me las robé el otro jueves después de clases. ¡Fue después de que hablamos, de hecho!
El castaño puso los ojos en blanco.
—No voy a caer en eso, y lo sabes.
—Así que no tropiezas dos veces con la misma piedra, ¿eh? —El tono de suficiencia que ocupó terminó por crispar los nervios de Darryl, quien estuvo a punto de irse sin más, pero el chico a su lado lo detuvo simplemente siguiendo la plática—. ¿Conoces a Puffy? —preguntó cómo quién no quiere la cosa.
—¿Puffy? —Darryl se extrañó, parando al momento su intento de huida. Zak, por el contrario, hizo un gesto de golpearse la frente con la palma de la mano, pero no llegó a golpearse de verdad.
—¡Perdón, a Cara! ¡O Caroline! ¡Cómo sea que la conozcas! —exclamó, claramente habiendo llamado a la chica por un apodo que no era, o no debía ser, público. Mal por él.
—¡Oh, sí, la conozco! —dijo, dejando pasar el desliz ajeno. De todas maneras, ni siquiera le incumbía—. Es mi compañera de clase, pero no creo haber hablado mucho con ella.
—¡Bueno, pues deberías! —dijo el desconocido con renovadas energías—. Es una chica genial. Solíamos ser mejores amigos, pero recientemente apenas y la veo.
El castaño soltó un suspiro apenas audible, esperando por la historia desgarradora de una amistad rota por la distancia, realmente cliché, que nadie nunca pide, pero siempre se ve obligado a leer en múltiples novelas juveniles. Pero Zak no le dio eso, al contrario, movió un poco la mano en el aire con desdén.
—Es una hija de puta conmigo, pero se le quiere igual.
Darryl casi sonrió cuando escuchó esas palabras, pero puso los ojos en blanco en su lugar.
—No llamas así a la gente que quieres.
—No entiendes el verdadero amor, entonces —respondió condescendiente. Darryl soltó el inicio de una carcajada.
—No vas a empezar con todo el rollo del amor rudo y eso, ¿verdad?
—No, no estoy seguro si me atrae el BDSM.
Bad casi se atragantó en ese mismo instante. Los colores subieron a su rostro tan rápido que casi se sintió mareado, y fue en ese mismo instante en que su contrario rompió a reír tan fuerte que algunas cabezas de otros estudiantes voltearon en su dirección.
—¡Dios, realmente amo las caras que pones! —dijo entre risas.
—¡Y yo realmente te odio! —reclamó el castaño, aplastando sus notas en su puño—. ¿Puedes dejar de decir tantas cosas tan horribles?
—Lo haré cuando dejes de darme las mejores expresiones del mundo —Zak se encogió de hombros, mostrando su mejor sonrisa. Darryl estuvo a punto de romper su veto de malas palabras en ese mismo instante y dedicarle unas cuantas muy bonitas al tipo que no paraba de crisparle los nervios. Pero se contuvo y no lo hizo.
El chico de cabello negro sacó su teléfono del bolsillo de su chaqueta y soltó un gruñido.
—Aunque me encanta hablar contigo, ya es hora de irnos —mencionó, algo molesto—. Ya casi toca la siguiente clase.
—¿Oh? —Darryl se sintió aliviado por esas palabras—. Nos vemos después, entonces.
—¡Sí, nos vemos! ¡Adiós! —Zak presionó la última s un montón, haciendo un sonido molesto—. ¡No repruebes!
—¡No voy a reprobar, tú vas a reprobar! —El castaño hizo una mueca enfadada. Su acompañante se rió abiertamente de su expresión.
—¡Ya quisieras! —Fue lo último que dijo antes de irse con paso rápido por el pasillo. Darryl suspiró y estuvo a punto de irse cuando vio un papel tirado en el suelo, donde cinco segundos atrás había estado el extraño. Seguramente se le había caído del bolsillo cuando había sacado su teléfono.
Se inclinó para recogerlo y reconoció al instante que tenía cosas escritas con la misma letra con la que había estado escrita la famosa hoja de una semana atrás. Ese papel era de su amigo forzado, lo tenía por seguro.
Alzó la vista para ver si estaba por allí, pero el tipo ya se había desvanecido entre la marea de estudiantes que caminaban a sus aulas.
Bajó la vista y dio un vistazo rápido a la hoja, más que nada para revisar si no era algo que pudiese ser importante.
No, parecía ser una guía de estudio como cualquier otra. Pero era algo más rara. En concreto, era una guía para estudiar filosofía. Tenía preguntas que eran bastante más específicas de lo que era de esperar. Ya de entrada era raro ver a alguien estudiando en forma de preguntas y respuestas, pero siendo tan específico…
Guardó la hoja con un mal presentimiento. No estaba seguro de que la iba a devolver a su dueño.
Notas:
Alguien va a valer verga. Y probablemente sea el autor pq no actualiza el csm---- Ah, y quizás Skeppy tmb.
The4Demons
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¡Sólo un poco de CAOS! [Skephalo]
FanfictionDarryl repentinamente se encontró sufriendo el típico cliché donde el nerd invisible es notado por el súper popular capitán del equipo de fútbol, excepto que el nerd no era tan nerd ni invisible, y el capitán ni era capitán ni súper popular. ¡¿Quién...