17. Somos Amigos, ¿no?

419 19 1
                                    

Despierto levantándome de golpe. He tenido una pesadilla, a todo lo que le tengo miedo.

Christofer no puede querer algo más. No creo. Somos amigos. Yo se lo dije.

A parte, en mi sueño él canta, no creo y estoy completamente segura de que el no canta. Y maldito sueño recordándome que estoy enferma. Él no es así, no lo haría así.

***

Recapacitar, recapacitar, recapacitar. ¿Quién mierda inventó esa palabra? No me sirve de nada. Sigo sin llegar a ninguna conclusión. Esto es frústrate.

Pero tengo que hablar con Christofer. Y no lo encuentro. Agh.

Oh, ya lo vi. ¿Porque lleva un gorrito gris? ¿El usa gorritos?

-¡Christofer! ¡Ey! - grito. Veo que mueve sus hombros, ósea, se está riendo. - ¡El feo! - Bendita mentira que he dicho.

Un chico voltea a verme.

-¡No, tú no! ¡El feo de allá! - digo señalando a Christofer. Vuelve a sacudir sus hombros. ¡Se está riendo más!

Corro hacia él y me trepo en su espalda. Me acerco mi boca a su oído y susurro:

-Eres un grosero... Te estaba hablando.

-Lo siento pero tú llamabas a un feo. Yo no lo soy.- me sostiene mejor tomándome de las piernas, yo paso mis manos por sus hombros.

-Es lo mismo... Igual te llamé por tu nombre.

-¿Y a qué se debe esta sorpresa?- pregunta.

-Cierto, es que soy tan genial que te sorprende que te hable. Ya sé.

El ríe.

-¿Y a donde puedo llevar a esta bella dama? - pregunta.

-Dalila. Tengo un hermoso nombre como para que no lo digas.

-Bien, Dalila. ¿A dónde puedo llevarte?

-Uy no, lo dices muy feo. Dime de otra manera.

-Ya, linda. Dime porque estas en mi espalda.

-Amm. Somos amigos, y los amigos se hablan. No me hablas. Ha pasado muuuucho tiempo y no me has dicho ni hola.

-Para empezar, ni siquiera sabía que ya habías regresado. Y no tengo tu número de teléfono.

-Oh ya entiendo. Una indirecta, quieres mi celular.

-No fue una indirecta, linda. Si quieres te lo pido. ¿Me dirías tu celular?

-Claro. ¿Tienes algún plumón?

-Mmmm. No.

-Oye, ¿no te has cansado? Deberías bajarme. - murmuro.-¡Espera! ¿Por qué llevas un gorrito?

-No, no pesas nada. Porque yo quiero usar gorritos.

-Oh ya. Vaya, que respuesta... Estaba por darte mi celular. - me bajo de su espalda y volteo a ver a un chico que pasa a un lado de nosotros.

-Ey, amigo. ¿Tendrás algún plumón que me prestes? - digo poniéndome en frente de él. El revisa en su mochila y me entrega un plumón permanente, y sigue caminando.

Tomo el brazo de Christofer y en su muñeca escribo mi número.

-Te has ganado mi número y un plumón. - tomo su mano pongo el plumón. Tomo la otra y lo arrastro por todo el pasillo. - Hay un lugar que descubrí hace poquito. Tienes que verlo. Bueno, en realidad está detrás de los cuartos de los conserjes... Pero es genial.

Cuando llegamos, es lo mejor. Es una vista impresionante. Son montañas y se puede ver desde aquí un campo de flores, no puedo identificar que tipo de flores son, pero son geniales, se ve de muchos colores. Es simplemente hermoso.

-¿No te parece hermoso? - pregunto.

-Sí, lo es. Es impresionante.

Nos recargamos en una pared de ladrillos para apreciar mejor la vista. Aún no hemos soltado nuestras manos, de hecho, entrelazamos nuestros dedos, y se siente muy bien.

-Creo que la escuela no es lo mío.- menciono- pero cada quien tiene su "don". ¿Cuál es el tuyo? No sé... ¿Qué piensas estudiar?

-Mi don...

-No me digas, te gusta cantar. - digo recordando el sueño. Tengo la pequeña posibilidad de que sea verdad.

-No, no es mi don. Me gusta tocar la guitarra.

-Oh. Creí que eras cantante o algo. - él sonríe. Voltea a verme pero yo sigo viendo el paisaje. Siento sus dedos en mi barbilla, haciéndome verlo. Sus ojos me ven con tanta intensidad, como si tratara de descubrir algo.

No puedo perder más el tiempo. Me coloco enfrente de él y acerco mis labios a los suyos. Al hacer contacto siento una gran satisfacción. Oh, Dios. Que bien besa.

Dejo mi mano en su cuello y la otra en su hombro. Él pone sus manos en mis caderas. Lame mi labio inferior haciéndome jadear. Tira suavemente de mi labio. Abro mi boca para dejar que se adentre a esta. Sus movimientos me dejan sin aire. Necesito respirar. Tengo que alejarme para tomar aire.

El recarga su frente en la mía mientras tratamos de recuperar el aire. Sonrío.

-¿Qué? - pregunta también sonriendo.

-No sé... Besas muy bien.

-Oh, linda. Deberías saber que besas mucho mejor que yo.

Traslado mi mano a su mejilla acariciando un poco. Es suave.

Me separo completamente de él y vuelvo a recargarme en la pared de ladrillo, a su lado.

-No deberías hacer eso, linda. Me dejas con ganas de más. - susurra con voz ronca.

-Me pasa lo mismo... - murmuro- pero somos amigos, ¿no?

-Sí, linda. Lo somos.- lo miro por un momento. Cierra sus ojos, supongo que sabe que lo veo.

-¿Y los amigos se besan?-pregunto desconcertada. No creo que los amigos se besen. Digo, es amistad.

-Bueno, linda. En este caso es diferente. Nosotros nos atraemos.

-Atracción...Sí, me atraes. Tus pompis me atraen.- le digo.

-Tus pompis también me atraen, linda.- suelto una gran carcajada. Le doy un leve empujón.- Es cierto. Me atraen.

-Bueno, a quien no. - Digo.- Deberíamos volver. Quede de hablar con Lili. Ella está cuidando a Tobby. Ya sé. Hay que vernos aquí antes de que se oculte el sol, a eso de las 6:00.

-De acuerdo.

***

Me siento demasiado mal y mareada, siento esa conocida sensación de querer desmayarme. Mierda. Ahora no. Tengo que comer. Ya.

Trato de llegar al elevador para ir al comedor antes de desmayarme. Pero es demasiado tarde, todo se vuelve negro...

~~~

Hola. Ya subí. Por un momento creí dejar la novela pero alguien votó y luego otro alguien y dije que no. Y aquí estoy. Lean y voten.

El amor no es para miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora