1. Idiota

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Capítulo 1

No llevo ni un mes aquí y ya me quiero ir. Mi madre; No me comprende en absoluto, ni siquiera me hacía caso cuando estaba en casa. Se la pasa todo el día trabajando, nada más que trabajando. Mi padre es lo mismo, pero a él lo veía más seguido.

Siempre es lo mismo. Mis malas notas no hacían más que darles razones para meterme a este maldito internado. No mentiré, es lindo. Pero ¿Hasta cuándo? Me hartan los maestros con sus estúpidas reglas. Me hartan desde las chicas más inocentes hasta las chicas más zorras.¡¡Me harta todo!!

Mi única amiga es Lili. Mi compañera de cuarto. Y lo es, porque me sabe escuchar y yo a ella.

No soy de esas personas que va contando su vida a quien se encuentre, soy de esas personas que se reserva del mundo, (bueno... a veces) debo decir que mi maldito cambio de personalidad ¿como decirlo? mi otro yo. Es extraño, lo se. Depende mi humor soy lo que soy con la gente. Mi "Otro yo" es el lado lindo, tierno, adorable, demaciado torpe, inocente y todos los sinonimos posibles. Los doctores le llaman "Transtorno de Identidad Disociativo" o algo por el estilo. Yo le llamo: Normalidad. Ellos no entienden que estoy bien. Búsquelo en Google, él les dará la respuesta.

Por eso prefiero permanecer alejada del amor, pero mi físico me lo impide. Mi cabello es negro y un poco rizado, ojos color azules y bueno, tengo trasero y bubis.

Estoy sentada en mi escritorio cuando entra Lili cerrando de un portazo. Está enojada.

-¡¡AAAAAAGG!!- Grita demasiado alto- ¡LO ODIO! ¡Lo odio! Lo odio, lo odio, lo odio- Va bajando de volumen poco a poco hasta convertirlo en un sollozo. ¡Maldito! ¿Qué demonios le ha hecho?

-¡Oye! Estoy pensando, ¿Podrías bajarle a tu volumen un poco?- Le digo para saber qué tan mal está.

Me da una sonrisa triste como respuesta y me dice:

-Qué bueno que utilices tus neuronas,-dice con un hilo en la voz- ya me estaba preocupando de que se pudieran...-se le quebró la voz. Oh no. Está muy mal.

-Oye- Digo en un susurro- Tranquila.

Se tira en medio del cuarto y comienza a llorar desconsoladamente. Me siento a su lado y le toco el hombro

-¡Oh Dali!- Comienza a sollozar- Lo vi. Lo vi. La estaba besando- Logra decir tartamudeando. -Y él me vio- Me voltea a ver con una cara llena de dolor- Se separó de ella, le dijo algo, se acercó a mí y me dijo "ella es mejor"

¡LO VOY A MATAR! Pero antes tengo que arreglarlo con ella. Me levanto y la hago levantarse conmigo. Me le quedo viendo. Es hermosa. Su cabello rubio que le llega al busto la hace parecer una diva, sus ojos verdes brillantes, y su hermosa piel pálida la hacen ver tan bella.

-¿Qué? ¿Te gusto?- me dice con una sonrisa triste.

-No eres de mi gusto- Le digo con una mueca de asco.-A dormir. Es tarde.

No dice nada. Solo se acuesta y se queda dormida muy rápido.

Ay Liliana Saniles. Como te voy a sacar a ese chico de la cabeza. Will es un tipo que se tira a toda la que se cruce por su camino, incluyendo a Lili. Lili es tan... abierta a sus sentimientos, que la protejo todo lo que puedo, pero siempre termina lastimada.

Salgo muy furiosa del cuarto en busca de ese tipo. Entro en el elevador y pulso el segundo piso. Lo encuentro en su cuarto con una chica asiática, y eso me pone más furiosa aun.

-¡LARGO!- le grito a la chica-¡AHORA! Ella da un respingo y sale disparada del cuarto. -¡TU!- le digo a Will señalándolo, lo más amenazadora que puedo con mi dedo índice- Eres un insensible. ¡JUGASTE CON ELLA!

-Mira nada mas- Dice con un tono de voz muy tranquilo y su sonrisa "encantadora"- Dalila Jhonson. ¡Qué sorpresa!

-Imbécil- susurro.

-Ella se lo busco. Yo se lo dije desde un principio-dice- Es tan linda, tan delicada e inocente. Creo que fui algo rudo con ella pero sé que le gusto. Esos pequeños gemidos en mi oreja lo decían todo.

No pude más. Me acerco bruscamente y le planto una cachetada.

Ay! Mi mano.

-¡IDIOTA!- le grito en la cara y me voy.

Salgo de su cuarto y me dirijo al mío. Entro cuidadosamente. Es cómodo. Un cuarto no muy grande con dos camas, una al lado izquierdo de la puerta de la entrada y la otra al lado derecho de la puerta del baño que está justo en frente de la puerta de entrada. Dos armarios, dos escritorios y dos mesitas de noche junto a las camas.

Decido relajarme un poco. Me acuesto y me doy cuenta de cuanto me duele la mano.

El amor no es para miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora