—¡ESTOY BIEN, JODER!—gritó HongJoong haciendo que su esposa diera un brinco en su lugar—¡Llevas preguntando lo mismo desde ayer!—Exclamó frustrado.
Con la respiración errática y el corazón palpitándole desbocadamente, HongJoong dejó caer los cubiertos sobre el plato creando un estruendoso sonido qué volvió a sobresaltar a la mujer quien no daba crédito ante el comportamiento de su esposo. Únicamente deseaba saber su estado de ánimo pero sus intenciones no fueron recibidas.
—Cálmate, cariño. Yo sólo deseaba saber que estas bien pues desde ayer estás un poco extraño, pareces ausente—explicó la mujer con calma—No es algo por lo que debas alterarte.
En cierta forma su esposa tenía razón, pero HongJoong se negaba a aceptarlo en voz alta. Se negaba a aceptar varios hechos y entre ellos estaba todas las sensaciones placenteras que el día anterior experimentó en su consulta. Y era ello lo que lo mantenía ausente de la realidad. Soltando un pequeño profundo suspiro, Hong se levantó de la mesa y disculpándose con su esposa se encaminó hasta el pequeño despacho del departamento donde se encerró.
En la soledad de su despacho HongJoong se atrevió a recrear las sensaciones del día anterior. Cerrando los ojos le dió libre albedrío a sus recuerdos, aquellos recuerdos que había suprimido por tantas horas.
El recuerdo de la gruesa voz del doctor Song cerca de su oído le envío un escalofrío que le recorrió por todo el cuerpo, haciéndolo suspirar. Sin embargo cuando el recuerdo de aquellos largos dedos completamente lubricados introduciéndose en su entrada anal, HongJoong tuvo que contener el gemido que se había formado en su garganta.
Las duras penetraciones que aquellos dedos le brindaban habían llevado a Kim a una molesta erección, obligándolo casi por incercia a comenzar a tocarse para liberar la frustración que se había acumulado en su entrepierna. Las leves caricias a su polla sobre la tela de su pantalón iban acompañadas de los recuerdos e fantasías con el doctor Song. Conforme iban pasando los segundos las leves caricias comenzaron a no ser suficientes así que sin pudor alguno y completamente cegado por su fantasía Kim aumento la presión de sus caricias, pero no eran suficientes.
Completamente desesperado por satisfacer su necesidad HongJoong desabrochó y bajo la cremallera de su pantalón de vestir, y posteriormente bajar un poco la tela de su ropa interior dejando al aire libre su gruesa y erecta polla, entre jadeos HongJoong la tomó entre sus manos y sin perder tiempo comenzó un trabajo manual rudo y lento que sólo le recordaba a la actitud del Doctor Song.
Jadeos y sonidos lascivos provocados por su movimiento sobre su polla inundaban el despacho de Kim a tal forma que solo lograban excitar más al hombre. Cuando los espasmos que anunciaban un potente orgasmo comenzaron a formarse en el, la puerta del despacho fue absurdamente abierta, provocando que HongJoong diera un salto en su lugar y dejara su trabajo manual. Con el corazón latiéndole desbocadamente HongJoong llevo su vista a la puerta donde se encontraba su esposa.
Cuando sus ojos fueron testigo de los pasos que Soyeon había dado para acercarse, fue consciente de que se había excitado con el recuerdo del doctor, pero sobretodo se había masturbado pensando en él, lo había hecho como lo haría cualquier niño de doce años que acaba de ver su primer video porno o porque le había visto más arriba de la falda a la niña que le gustaba. Él, un adulto completamente casado y con una vida sexual activa hasta hace unos días, se había masturbado.
—Soyeon, yo...—intento hablar cuando su esposa se encontraba parada frente a él—Esto...
Pero todos sus intentos fueron callados por el fino dedo índice de la mujer.
—¡Shhh!—Gesticuló la mujer—No te preocupes se que ha sido mi culpa por amenazarte con falta de sexo, así que voy a liberarte.
Dichas aquellas palabras, HongJoong fue testigo de cómo su esposa comenzaba a desnudarse, lentamente casi queriendo que este se excitara, la cual no sucedió, Hong miraba las curvas de su esposa esas curvas que días antes lo excitaban con locura. Cerrando levemente sus ojos, HongJoong se dijo a si mismo que una buena ronda de sexo con su esposa lo llevaría de nuevo a la realidad y fuera de las estúpidas fantasías con el doctor.
Entre besos largos y pocos profundos HongJoong logró subir a su esposa sobre el escritorio, donde se dedicó a acariciar el cuerpo de Soyeon sin delicadeza alguna. Sin embargo Hong había perdido la erección en su miembro lo cual lo llevó a separar su boca de su esposa.
—Lo siento. Yo no me siento bien—dijo mirando su flácido miembro.
—¿Que pasa, amor?—preguntó ella recomponiéndose en su lugar.
HongJoong no sabía cómo decirle que ella ya no le excitaba, que el deseo que anteriormente sentía por ella, se había marchado y que ahora un hombre se ocupaba de excitarlo como nadie. HongJoong no sabía con que cara mirarla. Estaba muerto de vergüenza por la situación en la que se encontraba y con pocas salidas para él, Hong se miraba obligado a decir la verdad, de confesar algo completamente humillante tanto para ella como para él. El incómodo silencio que se había formado fue cortado por el estrepitoso sonido del teléfono celular de HongJoong sonar, captando la atención de ambos.
HongJoong al escuchar su celular sonar, soltó un suspiro de alivio antes de tomarlo y contestar, mientras se arreglaba su pantalón.
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Con una toalla alrededor de su cintura y otra sobre su negra cabellera, Song Mingi salió de su cuarto de baño para encaminarse hasta su armario donde sacó una pijama a rayas. Una vez estuvo vestido se encaminó hasta su escritorio el cual tenía sobre si las diferentes carpetas de trabajo, unas eran de los expedientes de sus paciente y otros casos médicos del hospital donde laboraba como médico de medicina general y no como especialista.
En la necesidad de liberar un poco su carga laboral, Song se dedicó a leer los casos médicos y así escribir observaciones y soluciones. Completamente concentrado en la elaboración de observaciones, Mingi se perdió en el tiempo, terminando dos horas después. Soltó un suspiro y estiró los músculos de su cuerpo para dedicarse a revisar los expedientes de sus pacientes uno a uno, tomando primero los de sus antiguos pacientes debido que eran los más fáciles de estudiar debido que conocían su recorrido médico y la forma en la cual tratarlos.
Cuando llegó a los expedientes nuevos, se dió cuenta que únicamente había uno y una sonrisa lasciva se formó en su rostro al recordar quién era. Así que movió su cuerpo hasta el otro extremo del escritorio para tomar su laptop e ingresar el código para poder acceder al sistema de vigilancia de su consultorio. Dónde busco el vídeo de la cámara de seguridad de la hora y fecha en la que HongJoong había estado dentro del consultorio.
Cuando el vídeo apareció en la pantalla de la laptop, Mingi no dudó en darle Play, para poder ver la imagen de su paciente, con los segundos y minutos corriendo en la grabación, Song espero a que la imagen donde Kim HongJoong era sometido a sus acciones; Cuando el minuto minuto veintitrés llegó, la imagen de Hong saliendo del pequeño vestidor apareció en la pantalla y Song comprendió que después de esa grabación necesitaría un poco de trabajo manual en su entrepierna.
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𝑇𝐻𝐸 𝑈𝑅𝑂𝐿𝑂𝐺𝐼𝑆𝑇 _𝑀𝑖𝑛𝑗𝑜𝑜𝑛𝑔
أدب الهواة𐀔ʾʾ.𝑤𝑤𝑤.𝒎𝒊𝒏𝒋𝒐𝒐𝒏𝒈.𝑐𝑜𝑚 : Quien iba a decir que las visitas al urólogo se convertirían en las más excitantes. 𒀭 Adaptación a "The Urologist" de gucciwinx, todos los créditos van a su respectivo autor. Cuento con el respect...