—22/07/2023
La chica se quitó los lentes de sol dejándolos colgados del escote de su blusa antes de entrar al restaurante donde saludó con una sonrisa a los comensales.
—Buenas tardes, buen provecho —dijo mientras cruzaba hasta el mostrador que daba a parar a la cocina.
—Norika, ¿cómo estás? —saludó la mujer que se asomó al ver cómo había entrado una persona nueva al local, pero al reconocerla supo que no se trataba de una clienta.
—Kia ora, muy bien, ¿y usted? —sonrió recargando las manos en el mostrador.
—Igual, bien. Ya empieza la temporada así que hay que prepararse —asintió de vuelta—. ¿Vienes por Myrna?
—Sí, me la vengo a robar un ratito —asintió fingiendo un poco de timidez que le arrancó una risa a la mujer.
—¡Myrna, ya vino Norika!
Pronto la vio salir desde otra parte de la cocina quitándose su delantal para acercarse al mostrador y tomar su bolso de la parte baja de este.
—El pedido de la mesa dos ya casi está, ya le puse la ensalada, ahora se acaba de freír el pescado y ya —le dijo a su madre mientras terminaba de recoger sus cosas.
—Okay, ahora yo lo llevo —asintió para darle un abrazo una vez se levantó—. Te vas ya a la casa, ¿no?
—Sí, tenemos que estar en la plaza a las siete así que voy directamente a casa para bañarme y ponerme el traje. ¿Los veo allá?
—Sí, nosotros cerramos a las ocho hoy, pero para cuando salgan ya vamos a estar allá.
Las dos asintieron y se despidieron de Jomara, la mamá de Myrna, prometiendo tener cuidado.
—¿Qué tal? —preguntó Norika mientras caminaban por el lado de la acera contrario a la playa.
—Bien, bien. Cogiendo el ritmo de trabajar de nuevo —asintió antes de acomodar un poco sus lentes y mirar hacia el mar—. ¿Tú?
—Yo vengo reventada —dijo con un largo suspiro haciéndola reír—. En la mañana me mandaron a llevar un encargo a Kagubatan, luego volví y tenía otro pero ahora era aquí en Kahakai, estuve ayudando a destripar pescados un rato y luego ya me alisté para venir.
—¿Hasta Kagubatan? ¿Hacía frío?
—Mira, muchacha, yo me fui confiada de que estaría como aquí o en Pikomakani, pero nada más empezar a entrar a la zona del este empezó a sentirse el frío, y cuando bajé para entregar las cajas me estaba congelando.
—Es que ahí siempre hace frío —dijo entre risitas.
—Sí, pero no creí que tanto.
—Es que es ley de vida: En la capital y en el sur hace calor, en el oeste está templadito y depende de la estación sube o baja un poco pero está bien, en la costa del este está más fresco pero bien incluso en invierno. Pero en el este, sobre todo en los pueblos de Marama, siempre hace frío. Bueno, y en toda la zona de los barrancos hay humedad todo el año, en invierno es un congelador pero en verano te asfixias.
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𝑁𝑜𝑟𝑖 | 𝐼𝑛𝑎𝑧𝑢𝑚𝑎 𝐸𝑙𝑒𝑣𝑒𝑛 𝑂𝑟𝑖𝑜𝑛
FanfictionNo sabía qué me faltaba hasta que te conocí, ahora no recuerdo cómo podía vivir antes de eso, no sé cómo podría vivir si volvieras a irte. Olvidé que no encajo, que no soy ni blanco ni negro, ni la luna ni el sol; sólo quise volverme tu eclipse, tu...