Para mí, el pensamiento primario al integrarse a un equipo había sido que, lo más difícil era adaptarse y entenderse con los compañeros.
Pero después, más tarde me daría cuenta de que si trabajabas y las cosas te salían bien, era mucho más fácil ganarte a los compañeros. Entonces, llegué a la conclusión de que, cuando iba a un equipo, al único al que tenía que convencer era al entrenador.
Empecé jugando en el barrio como todos mis amigos, algunos estuvieron en alguna que otra escuela, pero el 90% no fue a una escuela de fútbol.Después de varios años en Malabo, conocía a varios chicos que jugaban en un equipo de tercera división, Atlético Hermandad, que este último año 2021/2022, estaba en segunda, aunque no le fue muy bien, tenía entonces como entrenador al míster Pepa, actual entrenador del Cano Sport Academy B.
Hablé con los que eran mis amigos, les dije que me gustaría jugar en un equipo y ellos estaban en uno y, me gustaría poder entrenar con ellos. Me dijeron que no había problema, los entrenamientos eran los fines de semana, por la mañana, era en Vicatana, los partidos se jugaban entre semana.
Fui, me presenté con el entrenador y me dijo que efectivamente podía entrenar con ellos. Llegué a estar varias semanas entrenando, con un buen nivel, a los compañeros les gustaba y en el equipo hice amistades buenas. Pero, el criterio de selección era por antigüedad, más que por el rendimiento, el trabajo o el sacrificio en cada entrenamiento.
Al final de un tiempo me desanimé, porque llegué a la conclusión de que, el míster no me daría la oportunidad y tuve que quedarme en casa y no ir más.
En este tiempo estudiaba en el Inés Bioko Norte, recuerdo que se formó un equipo infantil para representar al centro en el primer campus para la formación del Cano Sport Academy, con lo que, sería un partido en el que se seleccionaría a los que llegaban a destacar.Pero, yo no acabo de entender la finalidad del partido, al no saber por qué jugábamos realmente, opté por jugar en una posición en la que jamás había jugado, mediocentro, cuando era más defensa que de media, porque todos mis hermanos habían sido defensas, de los buenos y yo tenía las mismas dotes.
Así fue que perdí la posibilidad de formar parte de un proyecto que a día de hoy sigue siendo de los más importantes del país. Tenía compañeros de clase que jugaban en Ebenezer B y, me habían dicho que podía ir con ellos, pero fue entonces que nos fuimos de vacaciones, porque ya era verano.
A la vuelta, el equipo deja de existir, porque el Cano Sport se quedaría con todos sus jugadores, sea A como B. Y volví a perder la oportunidad de formar parte. Después hubo un incendio en el colegio y tuve que cambiar de colegio.
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Fútbol y Yo
Non-FictionEn esta historia te cuento mis vivencias en el fútbol, lo que he llegado a ser gracias a esta forma de vida. Intento compartir contigo mi pasión, los baches, los cambios. Es la historia de el "Fútbol y yo", mi historia.