❛YOU and ME got a whole lot of HISTORY, we could be the GREATEST team that the world has EVER seen. So don't let it GO, we can MAKE some more... We can live FOREVER❜
cover inspo: nightwvngs
HIGH SCHOOL MUSICAL FANFICTION
(troy bolton x fem!oc)
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CAPÍTULO XVIII: TRULY, MADLY, DEEPLY. . . (MEANT TO BE)
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DE MANERA INEVITABLE, claro está, el tiempo no iba a detenerse por el simple hecho de que Megha estuviera asustada. Mentiría si dijera que no soñaba con que así fuera, pero la vida real se acostumbraba a ponerle los pies en la tierra aunque lo odiara.
Y así era.
Megha no era ingenua ni nada por el estilo, desde muy pequeña su padre se había asegurado de que conociera cierta dureza de la vida, de que no perdiera el tiempo creyendo en cuentos de hadas o que pensara que un ratón vendría por la noche a darle dinero por sus dientes. Sabía que su último año sería complicado, pero no se imaginó cómo su vida daría giros tan inesperados como los que le habían ocurrido. Como, por ejemplo, llegar a enamorarse de un constantemente confundido basquetbolista que le encanta el teatro (aunque prefiera negarlo frente a ciertas personas) y que daría todo por las personas que son importantes para él.
Porque si, luego de escribir algunas canciones increíblemente cursis y románticas para el acto que protagonizaría junto a Troy? (el cual era literalmente basado en su relación) se dió cuenta que esa pregunta del verano sobre si lo amaba o no, estaba más que resuelta. Megha estaba sinceramente, locamente y profundamente enamorada de Troy Bolton.
No es como si pudieran culparla, es decir, mírenlo. Apuesto, inteligente, amable, cariñoso... Megha podría seguir si quisiera pero tiene que disimular un poco.
El punto es que estaba en las nubes, casi soñaba despierta luego de sus citas y sus conversaciones hasta la madrugada por teléfono, no podía evitar pensar en un futuro más allá de la preparatoria... Pero al igual que un globo, la realidad le explotó en la cara.
Megha iría a Stanford, que quedaba en California, Troy se supone que iría a la Universidad de Albuquerque, junto a Chad. Su separación era inevitable y aunque la morena sabía que ninguno de los dos quería terminar, en algún momento tendrían que prepararse para decidir si continuar e intentar una relación a distancia o... no.
Y eso no era lo peor, oh no, porque cuando está a punto de gritar por sobrepensar la situación demasiado, mientras busca un lugar para estacionar, su teléfono suena de repente, asustándola. La morena maniobra para poner el aparato en su oreja, sosteniéndolo contra su hombro, en tanto se apresura a tomar un lugar y estacionar su auto de manera perfecta. —¿Hola?
