~ Capítulo I ~

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~ Capítulo I: Día Nacional del Buen Vecino ~

(Narrador Omnisciente)

28 de septiembre del 2017

Todo comenzó en 1978, cuando el presidente Jimmy Carter proclamó el 28 de septiembre como el Día Nacional del Buen Vecino, ante la necesidad de una convivencia sana y que aporte valor a la sociedad como miembros participativos en la comunidad con valores de solidaridad, respeto y hospitalidad.

Desde ese día en adelante, esta celebración acontece con el propósito de brindar un gesto retribuyente a tus vecinos, algo tan simple como regalarles una flor o darles un efusivo saludo. Aunque claro, hay muchos que son ajenos a esta celebración y desconocen por completo la fecha, entre ellos está Louis Tomlinson, el joven tímido con ojos zafiro, estatura promedio y cabello castaño que vive en el piso 28 del Plaza Park en Manhattan.

Su desconocimiento se debe más a su constante distracción y retraimiento social, ya que él en cuestión no es un mal vecino, pero hay aspectos en los que le falta mejorar. Por ejemplo, cuando el elevador está a punto de cerrarse y una persona quiere subirse, él amablemente detiene las puertas y permite que pase, eso denota que es servicial; sin embargo, cuando esa misma persona en el elevador trata de entablar una conversación, él falla. Louis es especial, sin duda lo es, pero hay pocas personas capaces de apreciarlo. Con su carácter taciturno y sus respuestas vagas con monosílabos como si no le importara hablar, no da la imagen correcta, porque es su miedo el que lo hace permanecer en su burbuja.

Si un vecino hace una fiesta y resulta ser muy ruidoso, Louis no será aquel que vaya a su puerta a decirle que puede disminuir el volumen del estéreo, claro que no... Lo que Louis hará es ir a su cama, cerrar los ojos y meditar hasta que olvide el mundo real.

Está por demás evidenciado que la interacción entre Louis y sus vecinos es nula. Aunque ese no es el caso de Harry, el rizado que está a punto de mudarse hoy mismo al otro apartamento en el piso de Louis.

Según lo planeado, su vuelo aterrizará a las 6:00 am. y sus cosas ya están siendo transportadas por el camión de mudanza por lo cual, lo único que trae en el avión es su abrigo debido al frío y un bolso de mano con cosas de aseo personal junto con unas mudas de ropa por si la mudanza sufre imprevistos al llegar.

En el vuelo, todo transcurre con normalidad, salvo por un poco de turbulencia. Su asiento a diferencia de otras veces está ubicado en la ventana y aunque Harry ame ver atardeceres, el hablar y conocer nuevas personas es aún mas divertido para él... Lástima que haya obtenido una gran y renuente negativa del hombre a su lado.

Mantuvo su tiempo entretenido en una agradable lectura y pronto fue acompañado de un profundo ronquido a su lado. Y no es para menos, el vuelo de Shanghái a Nueva York dura aproximadamente 14 horas. Eventualmente, Harry también se queda dormido pero despierta a tiempo para cuando el capitán anuncia que aterrizaron y agradece a la tripulación por elegir Rue Sky Line; caso contrario al hombre bordeando los sesenta a su lado, que sigue en los brazos de Morfeo.

Harry trata de ser lo más amable y cortés posible, al despertarlo e informarle la situación. Va por su bolso de mano y se dirige a la salida rápidamente.

Aborda un taxi con destino al Plaza Park y se registra, listo para brindar el resto de la documentación que le falta para arrendar el apartamento. Le entregan sus llaves y sube a darse una ducha rápida.

Su vestimenta es simple, porta unos jeans azules, un hoodie blanco y está usando unos botines color beige estilo militar. Aun faltan 4 minutos para que sus pertenencias lleguen, su estómago ruge y vuelve a la recepción, donde le recomiendan una cafetería para que pueda desayunar cómodo y a gusto. Hace exactamente eso, pide un capuccino acompañado de pastel de zanahoria y de regreso, el camión de mudanza ya está descargando sus pertenencias.

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