Capitulo 4

221 10 10
                                    


León deja que su mirada se llene de puro odio, acerca su cuerpo al de la mujer. Deja que una sonrisa se le dibuje en los labios diciendo -señorita déjeles el trabajo duro a los verdaderos policías. No se meta en lo que no le importa. –

Altagracia se acerca más, cuerpo a cuerpo, León pudo notar como el cuerpo de aquella desconocida se acoplaba perfectamente al de él. Podía sentir su respiración agitada en sus labios e sus ojos no pudieron evitar ver a los labios rosas de aquella fiera. Esos labios rosados sonrieron acercándose más e diciendo -No sabes de lo que soy capaz, Tú no eres nada y de mi cuenta corre de que te tu vida sea un infierno-

Altagracia empuja a un león desconcertado por el peso e la seriedad de sus palabras; ve como la mujer toma la mano de Vidal adentrándose a la sala de juntas. León no pudo evitar sentir un odio hacia aquella mujer rubia. El jamás había sentido odio por una mujer, pero esa desconocida se gano su desprecio a pulso.

Adentro de la sala de juntas Altagracia deja que sus ojos verdosos exploren cada rincón en esperanzas que su enojo disminuya. Su padre hablaba con sus superiores mientras ella solo repasaba en su cabeza cada recuerdo, cada misterio, cada asesinato e cada tortura que la llevo a ella y a su padre a este punto. Su vida se había enredado en las vías de la corrupción e de la desconfianza.

- ¿Agente Sandoval, está bien? – pregunta Vidal al ver que la Mujer permanencia en silencio.

-Estoy perfecta, ese imbécil no me va a perturbar- Altagracia dice al seguir a Vidal hacia sus asientos correspondientes. La junta estaba a punto de comenzar; Vidal solo podía pensar como él estaba dejando que su propia hija se adentrara a la boca del lobo. Debajo de la mesa toma la pálida mano de su hija e con fuerza la sujeta; como si con sus dedos pudiera desaparecer todo el dolor que por su trabajo ella tuvo que sobrellevar. En sus ojos se encuentran deseos e secretos que no se han podido formar en palabras.

Mientras sujetaba en su mano fuerte la de su hija Vidal saludaba a los agentes e superiores que se adentraban a la junta, todos con ansias de conocer al nuevo jefe. Risas, murmullos e rumores se mezclaron en el ambiente. Vidal sonríe al escuchar a todos sus agentes; nota lo mucho que echara de menos la comisaria; sabia que su vida era el servir.

-Bueno ya que todos estamos reunidos; debo decirle a el comandante Vidal el placer que ha sido haber servido a la comunidad junto contigo. Hemos tenido muchas pruebas, crímenes y no se que otras mamadas. Dejas atrás unos zapatos difíciles de calzar- El presidente del ministerio público ríe e abraza a Vidal.

-Gracias por esas palabras amigo mío- dice Vida riendo

-Pero su Nuevo comandante es una persona con mucho carácter viene de Veracruz a imponer mano dura a la ley- El presidente ve como todos comienzan a mirarse entre sí; buscando entre ellos a esa persona misteriosa que se convertirá en el nuevo comandante de la ciudad de México. -por favor un aplauso a su nuevo comandante la Agente Altagracia Sandoval-

Los Agentes miraban a la mujer con asombro, el silencio emano en esa sala de juntas, pero una voz llena de rabia pudo ser distinguida. -Una mujer como comandante? Ahora si la ciudad se fue a la chingada- león se adentra en la sala e todos lo miran con preocupación.

Altagracia que no había dicho ni una sola palabra deja que el veneno inunde su caminar. La mujer rubia se acerca a el podio en donde deja caer sus papeles. -Si menciono su nombre por favor póngase de pie- Con una voz autoritaria comienza a listar nombres -Agente Rey, agente López, Agente Montes, Agente bracamontes, Agente Montiel, Agente Bonilla y por último Agente Navarro. - los agentes sonreían entre sí o miraban alrededor nerviosos. -Miren a su alrededor a los agentes con quien a compartido sus carreras. Que hoy se dan por terminada. Los agentes mencionados están despedidos. -

Los ojos verdosos siguen a los agentes que con gritos se alejan de la comisaria. Sus ojos se posan en los ojos de su padre con una sonrisa muestra en silencio lo orgulloso que esta de su hija, Vidal mira a su alrededor el e ve como todos están anonadados por los eventos sucedidos. Vidal hace un esfuerzo por no morirse de carcajadas por las miradas que los agentes le enviaban.

-En este momento No voy a tolerar ningún tipo de corrupción en mi comisaria; en el momento que se le encuentre algún rastro de corrupción por más mínimo que sea. Será despedido. ¿Entendió? - todos los agentes temblaban por la seriedad de las palabras de la mujer. – Agente Velarde-

Karen nerviosa se pone de pie e mira a la mujer -A sus ordenes Comandante Sandoval-

-Usted es la encargada del escuadrón en cubierta; elija a su equipo mañana tendremos el primer caso listo para comenzar- dice Altagracia tomando en sus manos los papeles olvidados en el podio.

-Pero comandante... nuestra comisaria no tiene escuadrón en cubierta- Karen dice con un pequeño temblor en su voz.

Altagracia sonríe al ver el nerviosismo de la mujer -ahora lo tenemos y tu eres la encargada. No me gustan las fallas Velarde. No me Falle- Altagracia posa su mirada en león e deja que su voz se torne jocosa e divertida -Ahora no solo estas bajo en mando de una mujer comandante; ahora está bajo el mando de otra Agente. – Altagracia se aleja junto con sus guardaespaldas e Vidal. – La reunión se terminó mañana los espero a las 7am- la voz de la mujer rubia resuena en las paredes como una maldición que estaba a punto de comenzar. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 14, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Las Leyes del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora