lover

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—¿Podemos dejarlas?

Hyunjin le miró desde arriba y sonrió, Seungmin hizo lo mismo por inercia.

—¿Quieres dejar las luces de navidad? Ya es febrero.

Sostuvo la escalera cuando Hyunjin comenzó a bajar, ahora ambos observaban las luces decorando la entrada de su hogar.

—Sí, las dejaremos encedidas hasta enero del próximo año—la mano del más alto se mezcló entre el frío y tocó la suya, sus masculinos dedos largos que rodearon con calidez su piel.

—Tengo una mejor idea—Hyunjin lo atrajo para darle un breve abrazo entrando en calor, la lana en el chaleco de su pareja le hizo cosquillas en la barbilla—Podemos dejarlas para siempre.

Seungmin rió acompañado de un asentimiento de cabeza, adoraría llegar a casa cada noche y encontrarse con luces de todos los colores iluminando el rostro de Hyunjin, esperando por él con un cariño que se asemejaba al cuidado que ponía en cada letra de sus libros, de sus poemas. Cada uno dedicados secretamente a él.

—Siempre estarás tú para encenderlas—susurró apoyándose más cerca, los labios fríos de Hyunjin picaban en su comisura.

¿Qué piensa de mí?

Los ojos de Hyunjin se estrecharon en misterio, el día más nublado no se comparaba a lo increíble que era conocer a Hyunjin todos los días, una y otra vez. Seungmin juraba a Dios enamorarse siempre que despertaba junto al hombre que le abrazaba por las noches, deseando un buen día y dejando un beso sobre su frente.

—Eres un caprichoso—Hyunjin lo besó en medio de una sonrisa, con el tiempo descubrían que besarse felices era mucho mejor que hacerlo cuando su cuerpo se sacudía en libido. Seungmin adoraba soborear la sonrisa en su boca—¿Seungmin de pequeño habrá sido igual?

—Si Seungmin de pequeño te hubiera conocido...—no había necesidad de decirlo en secreto, no había nadie más que ellos en su jardín—no te habría soltado nunca.

Hyunjin le tomó de la cintura y lo besó en silencio, por supuesto que sabía que no soltaría, ninguno lo haría.

—Recuérdame estar siempre junto a ti—era una suplica, tal vez una promesa. A Seungmin no le importaba qué era, lo que le producía la sensación de estar pasando su mejor vida era la manera en que el brillo de angustia en Hyunjin aumentaba al pronunciarlo, teniendo miedo de perderlo.

—Por los siglos de los siglos, querido.

Se abrazaron por última vez antes de entrar a casa y refugiarse en café, a veces se confundían cuando oían repetirse aquellas palabras, ¿Se conocían hace 20 años o 20 segundos? Hasta en sueños veía a Hyunjin susurrándole sucios chistes, devolviéndole el corazón robado y mostrándole tristemente el suyo.

Era su amado.

🌷

Seungmin se giró en la silla y paseó los dedos por las viejas cuerdas de su guitarra, esas molestosas chicas que sus amigos trajeron no dejaban tranquilo a Hyunjin, ¿Acaso no sabían que esa casa le pertenecía? ¿Que él lo hacía?

Las dejaría durmiendo en la sala estar, solo Hyunjin en su cama abrazándolo y amándolo.

—¿Desconfiado?—alzó la cabeza distraído cuando Han Jisung se sentó a su lado, bebía relajado una cerveza.

—No de él—murmuró sincero—¿Aún piensas que fue apresurado?—la pregunta salió antes de pensarlo, aunque dijera que hacía las cosas que su corazón quisiera aún necesitaba saber si estaba haciendo lo correcto.

Jisung también tocó la guitarra, habían demasiados recuerdos guardados en la música.

—Nunca vi que amaras tanto a alguien—tuvo un escalofrío inseguro, darle a Hyunjin lo que incluso no tenía era complicado—O que alguien te ame de la forma en que mereces, hasta que llegó él.

Se sonrieron avergonzados, hablar de temas amorosos con su mejor amigo no era tan común como debería.

—¿Crees que me ame mucho?—parecía un niño, ansioso por oír aprobación a sus deseos.

—Amigo, estoy seguro que lo sabes—los dos miraron a Hyunjin en un extremo, sonriendo lejano y amable a las personas invitadas a la fiesta, de vez en cuando sus ojos se desviaban hacía él y sonreía más amplio, alimentando el dulce corazón de Seungmin.

—Él es fácil de querer—confesó analizando el lenguaje corporal de sus amigos y conocidos, lo integraban como si lo conocieran de toda la vida.

Era la clase de persona que tenía estar con alguien por muchísimos años para admitir que sentía amor, y es que de forma racional tres veranos no eran suficientes para decir que lo amaba, que era el amante de su vida entera, pero Seungmin lo sentía desde lo profundo de sus heridas y memorias, quería continuar amando en inocencia, quería sus veranos pasados y futuros.

—Tú también lo eres—Jisung se levantó y caminó para reunirse con el resto, al rato olió el aroma del perfume de Hyunjin llegar a su espalda.

—¿En qué piensas mientras la tocas?—Seungmin sonrió deteniendo la música, Hyunjin se acomodaba a su lado en el espacio que guardó para él en el sofá, muy cerca suyo.

—En todo, mucho en ti, poco en dolor—acarició la madera de la guitarra, no había rastro de pasadas relaciones y sus miedos, solo un sonido amigable que susurraba en cada nota "cariño, amor, querido, amante"

—Me gusta oírte tocar con esa tranquilidad, por favor canta—Hyunjin se inclinó dejando un beso en su mejilla, el calor reunido en la punta de sus labios al tocarlo.

Seungmin se sentó recto y comenzó una vieja canción que oyó en la radio cuando era niño, cuando se preguntó a qué se refería el autor al decir "con cada cicatriz de cuerda de guitarra en mi mano, tomo está fuerza magnética de un hombre para que sea mi amante". La armonía no se iba de su cabeza al jurarle a Hyunjin ser aquella persona que le daría un hogar, que le sería fiel y sincera, que estaría por los siglos de los siglos acompañándolo.

Supo que la canción estaba llegando a su fin cuando la sonrisa embobada en Hyunjin se la robó con un beso, quizás ni siquiera había terminado el último verso cuando se lanzó a sus labios. No lo sabría, porque tendría toda una vida para cantarle mientras este escribía con pasión en sus borradores, cantando mientras deslizaban anillos en sus dedos algún día.

Algún día.

—Te amo—Hyunjin le sacó la guitarra del pecho y lo atrajo para besarlo otra vez, de fondo escuchaba risas y música, estaba rodeado de gente que le aceptaba tal y como era: enamorado—Te amo tanto.

—También te amo.

Eres mi amante, oh cariño, eres mi amante.

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𝐩𝐚𝐩𝐞𝐫 𝐫𝐢𝐧𝐠𝐬/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora