"Vivir es lo más raro de este mundo, pues la mayoría de las personas no hacemos otra cosa que existir"
— Oscar Wilde.Los primeros años de vida de Hwang Hyunjin, habían sido gastados y concentrados en entender la existencia y razón de su vida. El porqué de su existencia y la razón de su inmortalidad.
Vivir para la eternidad era tétrico, escalofriante y agotador.
Su primer recuerdo de la niñez, es de sus padres despidiéndose de él para abandonarlo en los callejones sucios de un pueblo alejado de las zonas rurales.
Años después cuando volvió a encontrarlos, halló la traumante escena de sus padres realizando el acto de la muerte.
Porque después de todo, había una sola manera de morir con aquel cuerpo inmortal.
Hyunjin lo descubrió por si solo, fue buscando pistas de su origen, del origen de los vampiros y sus destacados poderes. Él tenía diversos de ellos, tantos como no se podrán imaginar, y unos restantes que incluso aún no ha descubierto.
Uno de esos, era el poder de la sanidad.
Un don infinito sin contras, podía arrojarse de un rascacielos y al segundo de estrellarse ponerse a caminar como si nada. Podía curar a una persona con enfermedades sin solución e incluso regresar la vista a un ciego.
Lo único que no era poseedor de lograr, era de regresar a un muerto a la vida, porque su don era sanar, ¿cómo sanar algo que ya no existe?, algo que ya no tiene vida ya no necesita sanar.
Otro poder que poseía y nunca fue consciente de tenerlo hasta ahora era...
La de ser un maldito idiota.
Sí, era un don extravagante, que decirlo.
Si ese no fuera un don, ¿entonces cómo podría llamar a lo que estaba viendo sus ojos?.
Había seguido el largo y brillante hilo dorado. Pronto se dio cuenta que el camino de regreso era malditamente similar, y en un pestañeo se hallaba allí, frente al templo del reino y viendo como el hilo saltaba la muralla para ingresar al interior.
Eso fue lo que hizo, su cuerpo estaba más que curado y estable para ese momento. Por lo que no se le fue difícil volar hasta el techo y quedarse embobado observando la línea dorada seguir su recorrido dentro de la habitación de la reina.
Arrodillándose se tomó la cabeza superado.
—¿Qué es lo que está pasando? —se lamentó, mientras aún oía el disturbio de la fiesta debajo de él.
Cayendo sobre su trasero soltó aire con fuerza, cerrando los ojos y contando hasta diez para poder poner la mente en orden. Y abriéndolos chasqueó los dedos, pasando los segundos el cuerpo envuelto en mantas de Yang Jeongin levitó frente suyo.
Se entumeció al verlo.
Incluso cuando lo dejó descansar entre sus piernas, no pudo entender lo que veía, repasando cada espacio de su pequeño cuerpo buscó una respuesta en vano, ¿qué podría encontrar en un bebé recién nacido?.
Allí, reposando en la altura de su pequeño corazón se conectaba el hilo dorado.
Y al acercarlo para tocarlo con sus dedos se desvaneció en el aire, pero no fue a ningún lado, la fuerte esencia mágica se seguía desprendiendo del menudo cuerpo que ahora dormitaba sin contemplaciones, sin notar el pánico de cierto vampiro que mordía su puño cerrado aterrado.
—Veamos, unamos cables —asintió con una risa nerviosa—. Yo te preste un poco de mi poder de sanidad —habló al príncipe quien ni siquiera se alteró—. Me fui, volé lejos y ¡pum! —soltó aire cuando notó que lo dijo muy fuerte y el bebé movió las piernitas inquieto—. Me caigo rompiéndome los huesos y sintiendo el tan curioso y atroz dolor físico —asintió seguro que no se perdía de nada mientras hacía una mueca pensativa—. Luego veo un hilo dorado...y lo sigo...y estoy aquí, eso es todo.
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Sempiterno | Hyunin
FanficCon siglos de perdición, Hyunjin encuentra una vida que lo hace ver de colores el mundo. Pero cuando éste vuelve a encontrar el destino de la muerte, Hyunjin se propone a volver a encontrarlo en la siguiente vida; a la persona quien lo hizo sentir v...