Capítulo 3

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Sola, me repetí a mi misma.
Carlos se había escabullido; como de costumbre,Andy estaba llamando a la familia y yo pues... aquí estaba,sola sin saber qué hacer.
Tenía que aclararme la mente.
-Estaba sola.
-Carlos y Andy estaban peor que nunca.
- Mi madre había muerto. Eran palabras que no tenían sentido alguno en mi cabeza.
Aunque llevaba casi una década sin hablar con mi madre realmente, sabía que la quería, y que también ella a mi. Pero había entrado en una situación, ¿Cómo decirlo? Insalvable, esa sería la mejor manera de describirlo.
Recuerdo cuando aún tenía una familia verdadera, cuando todos éramos felices, cuando ni Andy ni yo teníamos que buscar la calle como refugio, cuando tenía una hermana, cuando tenía dos padres que nos querían y nos cuidaban, y no al contrario, cuando soñaba con cuentos de hadas, cuando aún se me permitía ser una niña, cuando sabía que mi vida era perfecta, cuando teníamos una casa preciosa, más dinero del que necesitábamos, cuando éramos una familia y lo más importante, unida.
¿Por qué los recuerdos solo venían en los peores momentos?
Gracias a ese momento de memoración de mi antigua vida, comencé a llorar, no tuve otra opción que imitar la anterior postura de Carlos y sentarme en el suelo, pegada a la pared antes de desmoronarme.
¡Qué agonía sentía ahora!
Siempre había visto las cosas que ocurrían en las películas como algo lejano e imposible.
Ahora mi vida misma era una película.
¿Todo acababa aquí?
¿No iban a dejarme tener una vida feliz?
La respuesta estaba clara.
¡¿QUÉ HE HECHO YO PARA MERECER ESTO?!
Nunca he sido una mala persona,
¡¿POR QUÉ PUEDE HABER ASESINOS ARRUINA VIDAS QUE VIVEN FELIZMENTE A COSTA DEL DOLOR DE LOS DEMÁS Y YO QUE NO HE HECHO NADA NO?!
¿Es eso justo? No, por supuesto que no.
Comenzé a sollozar audiblemente.
¿Qué más daba si la gente me oía? Era mi dolor, no el suyo.
Y de todas formas les daría igual. ¿A quién le importa una chica de dieciséis años que llora? A nadie.
-¡NO ES JUSTO!- Grité.-¡¿Por qué a mi?!- Susurré sollozando. Cuando conseguí secarme las lágrimas ya cesadas de mis ojos, vi que había gente mirándome. ¿Qué mas daba?.
La gente miraba, pero a nadie le importaba realmente. Solo eran una panda de cotillas. Realmente no le importaba a nadie. Y si no le importaba a nadie. ¿Por qué me sentía mal por la gente? ¿Por qué lloraba por ellos? Mi madre me había dejado, no había sido un accidente, era suficientemente lista como para saber si podía llegar a morir. Entonces, ¿Por qué lloraba por ella?.
Por ser idiota.
Por ello en ese mismo momento en que descubrí que realmente no le importaba a nadie y que realmente estaba sola, juré que JAMÁS VOLVERÍA A DERRAMAR UNA LÁGRIMA POR ALGUIEN A QUIEN NO LE IMPORTARA.

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