Nivel 10: Apoyo mutuo

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La graduación llegó, cada uno obtuvo el título por el que luchó por años, y con ese logro, llegó el momento de emprender el vuelo.

Kagaho había aceptado aquel proyecto en el extranjero, y en ese momento se encontraba ya de camino al aeropuerto, a bordo de un taxi junto a Hasgard.

- Te extrañaré.- Murmuró Kagaho, tomando tímidamente la mano de Hasgard.- Sé que dijimos que seguiríamos el plan, pero... Te extrañaré.

Hasgard lo abrazó por los hombros, antes de responder.- También te extrañaré.- Le dijo el peli-blanco.- Pero éste es tu sueño, es por lo que haz luchado por años.

Llegaron al aeropuerto, y ambos bajaron del vehículo para adentrarse en aquella edificación y sentarse a esperar que el vuelo de Kagaho fuera anunciado.

- Me vas a hacer falta allá.- Le dijo Kagaho, intentando contener sus lágrimas.- Me va a costar acostumbrarme a no verte al llegar a casa, o dormir mientras me abrazas.

- Y a mí me va a costar acostumbrarme a no escuchar tus ronquidos, o abrazarte para que dejes de patear mientras duermes.- Le respondió Hasgard con una leve sonrisa, abrazándolo.- Es una etapa nueva para ambos, pero pase lo que pase, estaremos siempre el uno para el otro.

Kagaho no aguantó más, e importándole poco que hubiera gente viendo, se abrazó a Hasgard, comenzando a llorar en su pecho.

Habían dicho que cada uno seguiría su camino, y mantendrían su relación aún si era necesario estar a distancia, pero no era lo mismo la teoría que la práctica, y eso, Kagaho lo acababa de descubrir.

- Tranquilo.- Le susurraba Hasgard, mientras le acariciaba la espalda.- Serán solo tres meses. Estarás de vuelta antes de que siquiera lo notes.

Después de que Kagaho consiguiera calmarse, su vuelo fue anunciado, y sabían que el momento había llegado. Así que fueron al lugar correspondiente.

- ¿Llamarás todos los días?- Le preguntó Hasgard con una sonrisa, mientras lo acompañaba a dónde abordaría el avión.

- Claro que sí.- Respondió Kagaho, con el ánimo un poco más elevado.

Antes de subir al avión, Kagaho saltó a los brazos de su novio para darle un beso de despedida, siendo correspondido. Después abordó el avión.

Ambos estaban tranquilos. Las despedidas- aún si eran temporales- siempre eran un trago amargo para cualquiera. Pero cada uno tenía sus razones para seguir el camino que querían, y no tenían derecho alguno para menospreciar las del otro.

Ellos eran un equipo. Se apoyarían en las buenas y en las malas. Siempre buscarían la forma de que el otro sintiera su apoyo y su compañía, aún si estaba al otro extremo del mundo.

Pensando en todo eso, ambos podían seguir sus planes completamente tranquilos. Esto no era un "adiós", sino un "hasta pronto".

Amorometro [Hasgard x Kagaho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora