Nivel 12: Valores compartidos

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Si bien era cierto que ambos tenían formas de ser muy distintas, había cosas que tenían en común, como la lealtad, el respeto y un inmenso amor por sus seres queridos.

- ¿Y no han pensado en adoptar?- Preguntó Teneo, mientras los acompañaba a cenar.

Ambos se miraron entre ellos por unos segundos. No esperaban la pregunta.

- Oh, lo siento, creo que fuí muy indiscreto.- Se disculpó de inmediato el menor, después de que Salo y Celintha lo fulminaran con la mirada.

- No hay problema.- Respondió Kagaho tranquilo.- Pues... La verdad... Si lo hemos pensado, pero no ahora.

- ¿Por qué?, serían unos excelentes padres.- Preguntó nuevamente Teneo, ganándose ahora un pequeño palmazo en la nuca por parte de Celintha.

- No seas entrometido.- Lo regañó la chica.- ¿Te gustaría que te preguntaran a tí cosas tan personales?

Kagaho y Hasgard no pudieron contener una pequeña risa por la reacción de Celintha, que parecía más avergonzada por la pregunta que ellos o Teneo. Pero aún así, Hasgard intervino.

- No dudo que Kagaho sería un excelente padre... Aunque creo que con él, el niño aprendería a pelear antes que a caminar.- Habló el peli-blanco, haciendo reír levemente al peli-negro.- Pero por ahora no está en nuestros planes cambiar pañales. Quizás en unos años más.

- Si. Un hijo no solo necesita dinero, también atención y muchos cuidados que en éste momento no nos sentimos capaces de brindarle.- Añadió Kagaho.- Hasgard se la pasa cubriendo guardias en el hospital, y cuidando de pequeños pacientes como si su vida dependiera de ello.

- Y Kagaho se la pasa todo el día de un lugar a otro supervisando obras, yendo a las oficinas a recoger y entregar planos, y el tiempo que está en casa lo usa para hacer y arreglar más planos...- Añadió Hasgard.- Y también a ayudar a Teneo con tareas de la escuela de vez en cuando.- Finalizó con un leve aire bromista, haciendo sonrojar levemente a Teneo.

...

Los años pasaron, el tiempo siguió su curso, y varias cosas cambiaron. Ya no eran unos jóvenes veinteañeros, ya tenían casi cuarenta años, pero no se arrepentían de nada.

- ¿Y cómo es la vida de casados?- Le preguntó Teneo a Kagaho, mientras almorzaban juntos.- Quiero a Salo, pero... ¿Qué tanto cambiarán las cosas?

Kagaho le dió un sorbo a su café antes de responder.- Si realmente hay amor entre ustedes, no tendría que cambiar nada.- Respondió el peli-negro.- Ya viven juntos, lo único que cambiará es que usarás uno de estos hasta dormido.- Añadió, señalando su anillo de matrimonio.

Teneo ya no era aquel jovencito que hace años le dió tantos dolores de cabeza, el menor tenía ya veintinueve años de edad, ya era todo hombre. Después de que Teneo consiguiera graduarse de la universidad con su título en ingeniería, entró a trabajar a la misma empresa que Kagaho.

Actualmente, ellos dos se llevaban bastante bien, se habían hecho amigos muy cercanos en todos esos años, y Teneo veía a Kagaho y Hasgard como sus mentores de vida, unos hermanos mayores, casi como unos segundos padres. Y siempre que algo lo inquietaba, acudía con alguno de los dos.

- ¿Su vida siguió siendo la misma después de que se casaron?- Preguntó Teneo, aún nervioso.- Realmente tengo miedo de terminar en un matrimonio fallido como el de mis padres.

Pero en ésta ocasión, Teneo sentía que quién mejor podía comprender cómo se sentía y darle el mejor consejo, era Kagaho. Y así había terminado en la situación actual.

Amorometro [Hasgard x Kagaho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora