Chapter 20: Don't Blame Me

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Aquella extraña dirección en tinta azul, no era más que una pequeña casa de renta frente a la iglesia que alguna vez piso, con quién fue su más grande error.

Aquel lugar no le traía muy gratos recuerdos y al parecer Seungcheol estaba destinado a sufrir el mismo destino.

Un escalofrío recorrió su columna vertebral, al ver aquella hermosa puerta caoba tallada a mano, de la cual estaban siendo colgadas pequeños crisantemos rosados: amor frágil. ¿Coincidencia?

Wonwoo soltó un pesado suspiro mientras volvía su mirada en dirección aquella singular casa algo simple para significar algún peligro real.

Sus manos temblando al tratar de meter aquella desgastada llave en la cerradura. La puerta se abrió con un ligero chillido, que provocó aún más nervios en el joven Omega.

Las paredes eran de un sencillo blanco, con algunos espejos en las paredes y un viejo vestidor en una esquina, no era en nada una casa, era más un cuarto de tamaño decente.

Al adentrarse más en aquel casi vacío espacio, lo comprendió. Al parecer la casa era rentada mayormente por parejas prontas a casarse para hacer los últimos arreglos, dentro se encontraban algunas prendas de ropa y materiales de adorno.

No tenía sentido estar allí aún, y aquel atemorizante pensamiento que corría en su cabeza se hacía más real, debían esperar.

La parte más complicada sería esa, ya han esperado demasiado y el destino parece burlarse de ellos cada vez.

Cuenta una leyenda que las personas no son capaces de escribir sus propios destinos, sin embargo cada decisión conlleva a un final diferente, es momento de tomar las riendas y esperar lo mejor.

Cuenta una leyenda que las personas no son capaces de escribir sus propios destinos, sin embargo cada decisión conlleva a un final diferente, es momento de tomar las riendas y esperar lo mejor

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Dos semanas, se pasan muy rápido cuando no quieres que el día de tu boda llegué.

Desde la ventana de aquella habitación se podían ver a las personas llegar, todos lucían aún más felices que el mismo novio.
Todas esas personas que el mismo Seungcheol no conocía bajaban de sus lujosos coches, luciendo sus elegantes trajes y sus pretenciosas sonrisas falsas, causando más náuseas al mayor.

Seungcheol quería acabar con esa farsa de una vez por todas. Espera con todas sus fuerzas que aquel mensaje fuera un éxito y tenía completa confianza en que su inteligente Omega lo entendería. De cualquier manera no se arrepentía de ninguna de las decisiones que tomó si eso significaba su tan ansiada libertad.

Solo le quedaba la parte más difícil: rezar a todos los santos de aquella hermosa iglesia barroca que por una vez en su miserable vida le permitan ser feliz, Seungcheol nunca fue más creyente que en ese preciso momento.

Todas sus cartas estaban sobre la mesa, no tenía nada más que apostar. Está era su última partida.

Jihoon y Sooyoung bajaron de su auto y de algún modo sentían como la gravedad atraía sus cuerpos manteniéndolos en el asfalto firme bajo sus zapatos

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Jihoon y Sooyoung bajaron de su auto y de algún modo sentían como la gravedad atraía sus cuerpos manteniéndolos en el asfalto firme bajo sus zapatos.

Tal vez era la manera de ser concientes ante la situation, una carga se sumó en sus fragiles pechos.

Del otro lado, Wonwoo trataba de encontrar el momento adecuado para entrar de una vez por todas en aquella casa y sacar a su Omega de allí. Pero las personas simplemente viene y van de allí, por ahora no hay señal de Jisoo y más joven está agradecido por ello. Un mensaje de Mingyu lo distrae de su visión.

Habían tantas cosas pasando al mismo tiempo que Seungcheol solo salió de se ensoñación cuando una amplia y firme mano agarro su cuello y lo estrelló contra la pared más cercana, quebrando así uno de los feos espejos de decoración.

-"¿Qué hiciste esta vez?" El Alpha hablo con repentina furia, Seungcheol seguía algo aturdido ¿En qué momento se fueron todos de aquel lugar?

El agarre se intensificó cuando el menor no obtuvo respuesta. -"¿Qué diablos fue lo que hiciste?" El Alpha hablo con sus dientes apretados y rechinando de furia.

-"¿Qué he podido hacer? Me tienes encerrado." La voz del mayor salió entrecortada a causa de la falta de aire.

-"El estúpido de Jihoon está fuera, le llegaron demandas y notas a mi padre y me dices que es solo coincidencia. No soy estúpido perra inútil. Esto es culpa tuya." Una fuerte bofetada resonó en aquel vacío lugar, y un hilo de sangre salió de aquellos hermoso labios.

Su prometido lo había hecho nuevo, Seungcheol odiaba la estúpida audacia que ese horrible ser cargaba consigo, la suerte parecía siempre estar de su lado. Era tan frustrante que cada vez que creía hacer algo bien, Jisoo sabía perfectamente cuál era su siguiente paso. Aunque, actualmente ya no hay nada más de lo que arrepentirse, el mensaje había sido entregado, el juego había terminado.

El desenlace de esta historia solo podría acabar de una forma. Los esponjosos y rotos labios del Omega mayor formaron una sonrisa burlona, por primera vez en años no le importaba acabar muerto si eso significaba que, su hasta ahora compañero de vida estaba tan furioso y frustrado.

Su normalmente tranquilo rostro se desfiguraba con la acidez de la rabia y la irá que surcan desde sus entrañas.

Y ahí, en aquella pared blanca con pequeñas manchas al rojo vivo, en un hermoso traje blanco, con las campanas resonando desde afuera y con insuficiente oxígeno en sus pulmones, sintió paz, por primera vez en mucho tiempo se sintió bien al saber que aquella persona de la que recibió tantos malos tratos estaba sintiendo, por fin, todo lo que el sintió cada maldito día de su existencia a su lado.

Toda esa impotencia y ansiedad se desvanecieron con la llegada de la satisfacción al saber que al fin había devuelto lo que le habían hecho por años. Valió la pena cada maldito golpe que recibió por parte del Alpha que destilaba ira y, en poco tiempo se sentía flotar, mientras el pequeño ramo de Dalias, Achilles y Azaleas blancas se tenían en tonos rojos escarlata.

Su rostro se torno purpura lentamente y de sus hermosos ojos avellana brotaron cálidas lagrimas, aunque su sonrisa no se desvaneció como su visión.

Su rostro se torno purpura lentamente y de sus hermosos ojos avellana brotaron cálidas lagrimas, aunque su sonrisa no se desvaneció como su visión

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Flores en el ramo:
Achilles: Lucha
Azalea blanca: consuelo
Dalia: Inestabilidad

No me golpeen aún por favor:c
Cualquier duda, queja o sugerencia es bien recibida ^^

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