Cap. 28 🖤❤️

303 28 6
                                    

Giré un poco, sentí un leve dolor en mis caderas, y lo recordé.

Había tenido sexo con Perth la noche anterior.

Temble ante los recuerdos, sintiendo que lo vivi hace segundos, me sonroje un poco, él fue muy dulce, se aseguro todo el tiempo de que yo estuviese bien.

Una leve sonrisa se poso en mi rostro, sentí que habíamos dado un gran paso, aunque bueno ya prácticamente vivía con él, dos grandes pasos en poco tiempo.

Su gran brazo se poso en mi cintura, y se pegó a mí, aún estábamos desnudos, por lo que sentía su hombría contra mi trasero.

No podía ni respirar, se sentía extraño, se sentía demasiado íntimo, oh no, aún no puedo con esto.

Me levante rápidamente sintiendo mis mejillas arder hasta no poder más, tome mi boxer y veloz me lo coloqué.

-Mhm.-le oí murmurar mientras se volteaba, escape de la habitación yendo a hacer algo de comer, me iba a desparecer.

Coloqué los respectivos ingredientes y espere a que todo estuviera.

Pronto oi a Perth y como se acercaba a pasos lentos a la cocina.

¡¿Cómo lo iba a mirar a la cara!?

Después de que lo hicimos, no, no, no.

Me altere y removi los huevos con una cuchara de madera.

-Buenos días.-habló en el marco de la puerta.

Su voz se oía más gruesa de lo normal, que deleite.

Giré intentando no ser tan evidente ante aquel nerviosismo que me recorría los huesos.

-Hola.-respondi, observándole.

Casi dejo caer la cuchara, pues que hombre tan atractivo, estaba sosteniendo el puente de su nariz intentando despertarse aún.

Su cabello lo tenia alborotado, la cadena de plata hacia contraste con su cuerpo lleno de tinta, los tatuajes, ¡Santo Cristo! Aquellas flechas que llevaban hacía su parte baja eran mis favoritas.

No pude evitar mirar hacia donde me guiaban, unos boxers azules me hicieron perder la cordura, haciendo que me ruborizara de nuevo, se ajustaban perfectos a sus grandes piernas, y aquel trasero, que de por cierto también estaba bien dotado.

¿Me acosté con semajante hombre?

Alguien pellizqueme por que no lo puedo creer.

Pase saliva lentamente, olvidando por un momento como respirar.

Perth era perfecto, en todo sus sentidos.

-¿Qué preparas?-se acercaba mientras colocaba sus manos en cada una de mis caderas y ubicaba su cabeza entre el hueco de mi cuello y el hombro.


-L-lo normal.-sujete con presión el cubierto, moviéndolo por qué necesitaba aparentar que él no me afectaba tanto.

Rió con suavidad depositando besos en mi cuello.

-No hagas eso...-subí mi hombro intentándolo retirar su rostro de ahí.-Necesito terminar de servir.

tattoo  PerthSaint {Adapt.}​Donde viven las historias. Descúbrelo ahora