lluvia amorosa

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Mientras las gotas de lluvia caían sobre la ciudad en aquella tarde tan solitaria fue donde te conocí. Tú corrías sobre la acera con el periódico del día sobre la cabeza para tratar de cubrirte de la lluvia, y yo que te miraba desde mi lugar, debajo del techo de la parada de autobús y no estaba de tan buen humor, pero al verte así corriendo buscando algún refugio cercano me pareció de lo más divertido y tierno.
Nunca me gustó la lluvia, no hasta ese día que te conocí, a ti, mi ahora esposa y madre de mis hijos.

Relatos en 100 palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora